15

22 4 0
                                    

Cuando la campanilla que anunciaba el inicio del primer receso escolar resonó por los rincones del gran edificio, todos los estudiantes saltaron fuera de sus salones de clase para dispersarse por todo el lugar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando la campanilla que anunciaba el inicio del primer receso escolar resonó por los rincones del gran edificio, todos los estudiantes saltaron fuera de sus salones de clase para dispersarse por todo el lugar.

Taeyong guardó sus cosas en el compartimento de su escritorio y tomó sus dos teléfonos para salir del salón y encaminarse rumbo al patio trasero del colegio. Al llegar, pasó de largo a un par de estudiantes que estaban por allí y se acercó a los baños fuera de servicio, en donde algunos chicos fumaban cigarros. Rodeó la estructura hasta ingresar al lugar con paredes llenas de dibujos y frases escritas a mano, se acercó hasta los lavamanos en donde un tranquilo Ten estaba sentado con su teléfono en mano y un jugo de fresa en la otra y se detuvo a su lado.

—Aquí estoy —habló Taeyong cuando estuvo frente a él —Habla rápido, tengo mucho por estudiar. Además no concidero que este sea un buen lugar para conversar sobre el tema.

—Descuida, nos reuniremos en el despacho del señor Park de ahora en adelante —Ten respondió guardando su teléfono —Ahora está reunido con unos padres de algún estudiante así que está ocupado, pero de hoy en adelante será nuestra sala de reuniones.

Taeyong puso los ojos en blanco pensando que la manera en que su compañero hablaba del tema era ridícula y poco seria.

—¿Qué querías?

Ten dió un salto para bajarse de los lavamanos.

—Bien, entonces retomando el tema de anoche y teniendo en cuenta que todos los chicos aceptaron el trabajo, necesito acordar el porcentaje de nuestra inversión.

—¿De qué hablas?

Ten siseó los dientes.

—Tae, hay algo que no te conté antes —confesó —Los chicos del club de vóleibol ya tienen experiencia en esto. Solían irse de juerga con viejas adineradas los fines de semana y me lo contaban todo.

El coreano arqueó las cejas.

—No sé exactamente el motivo por el cual estés trabajando para el señor Kim, pero no creo que sea simple gusto precisamente —dijo el pelinegro —El dinero lo es, y lo sé, porque lo necesitas tanto o quizá más que yo, así que mi plan tiene una contraparte, que es producir nuestro propio dinero.

—¿De qué hablas, Ten? —Tae sacudió la cabeza confundido.

—Necesitamos una empresa aseguradora y ya la tenemos, clientes ya hay un par, si ponemos una cifra fija, aumentamos el valor de los servicios y juntamos nuestra inversión, el resultado neto de las ganancias nos lo quedaríamos practicamente todo —explicó Ten —El jefe pensaría que estamos ganando lo justo, podríamos darle el pago a los chicos y quedarnos con el resto sin problema.

Taeyong dejó caer la mirada al suelo y se mantuvo pensativo por un rato.

—¿Qué dices? O acaso, ¿Por qué te metiste en el asunto? ¿Morías de ganas por trabajar como proxeneta?

友人 extracurricular › taetenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora