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En el colegio, Taeyong y Ten son dos estudiantes ejemplares. Fuera de este, mantienen una peligrosa doble vida criminal de la que nadie puede enterarse.
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; 〨 INSPIRED BY A KDRAMA.
[ adaptación personal (diálogos e historia modi...
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—¡Oye, despierta!...
Taeyong apretó los ojos con fuerza regresando a la realidad al sentir como alguien pateaba su pie.
—¡Oye!
El castaño movió su cabeza y fue abriendo los ojos para recibir el golpe de luz proveniente de la bombilla que tenía encima de él en el techo del lugar.
—¿Sabes qué? Mijung tiene un gusto muy raro... Entiendo que pague por sexo, pero, ¿con alguien así?
—Se ve atractivo... Sólo está sucio y desordenado.
El castaño analizó lentamente su alrededor con sigilo y a medida que su vista se iba esclareciendo, pudo notar que se encontraba dentro de lo que parecía ser un cuarto de baño con paredes y suelo cubiertos por un sospechoso plástico transparente; también vió a dos hombres parados junto a él con guantes en manos y uno de ellos envuelto con el mismo material, entonces intentó separar los labios para gritar pero no pudo, pues tenía una cinta en la boca. Se desesperó e intentó moverse pero también descubrió que tenía sus extremidades atadas con cadenas que se unían a quién sabe qué.
—Quédate quieto... ¡Oye! —ordenó uno de los dos hombres que estaban de pie cuando vieron que el joven empezaba a quejarse y sacudirse —Quédate quieto si no quieres que te mate desde ya.
Taeyong se quedó inmovil cuando vió al tipo de brazos y cuello completamente tatuados, agacharse para tomar algo del suelo y luego elevar un martillo en dirección hacia su rostro.
—Si deseas me puedo hacer cargo yo... —comentó el otro tipo desde atrás pero su jefe lo ignoró y entonces se agachó hacia Taeyong poniéndose en cuclillas.
—Para no alargar demasiado esto, te explicaré porqué debes morir, así que escucha bien... —el hombre sacó su teléfono del bolsillo y le enseñó una foto al castaño —Mira, ¿Ves bien? Es mi mujer. Te acostaste con ella, ¿No?
Taeyong abrió los ojos de par en par y miró al tipo para sacudir su cabeza frenéticamente y negar el acto.
—Entenderás que como su marido es algo que me enoja y debo vengarme. Así que... —el tipo guardó el dispositivo y suspiró para seguir —Vamos a comenzar.
—¿Entonces decidimos que un brazo? —rectificó el tipo envuelto en plástico y con guantes de látex, quien afirmaba el agarre a su hacha afilada mientras tomaba el brazo izquierdo de Taeyong como si fuera una salchicha a punto de partir en pedacitos. El castaño comenzó a quejarse ahora más fuerte que antes y se revolcaba muerto de miedo.
—Sí, házlo bien pegado a la axila —ordenó el jefe parado a un lado mientras terminaba de ponerse un par de guantes también.
—Quédate quieto... Terminará pronto.
Taeyong soltó un grito ahogado de dolor al sentir la afilada herramienta de metal cortando su carne, entonces en aquel momento la puerta se abrió de repente impidiendo así que el malandro volviera a cortar.
