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En el colegio, Taeyong y Ten son dos estudiantes ejemplares. Fuera de este, mantienen una peligrosa doble vida criminal de la que nadie puede enterarse.
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; 〨 INSPIRED BY A KDRAMA.
[ adaptación personal (diálogos e historia modi...
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Taeyong rodeó el gran edificio gris de fachada moderna y se encaminó escaleras arriba hasta llegar a una zona donde habían mesas públicas fuera de la biblioteca pero no había nadie allí más que la chica a quien había ido a ver; él se había cambiado de ropa y ahora vestía una camiseta ancha negra, jeans ajustados y zapatillas Vans negras también, ella, por su parte, vestía un bonito suéter rosa con jeans claros y Converse blancos acompañados de su mochila del mismo color, su cabellera castaña se encontraba recogida en una coleta bajita.
—¿Por qué te ves tan mal? ―Yerim frunció el ceño cuando el contrario se acercó por completo y tomó asiento frente a ella en una de las mesas ―¿Estás enfermo?
―Estoy un poco cansado ―contestó Taeyong a secas.
―¿Pasó algo cuando te llamé? ―interrogó ella ―Te oías agitado y casi ni podías hablar...
―No pasó nada, sólo estaba ocupado.
―¿Con qué?
El castaño arrugó el ceño confundido ante la insistencia contraria.
―¿Sobre qué querías hablar? —preguntó.
Yerim soltó un suave suspiro.
―Oye, Taeyong... ¿Te gustan los karaokes? ―cuestionó ella desviando la mirada hacia un par de árboles que habían no muy lejos.
―Yerim, no estoy de humor hoy...
―¿Sí o no? ―insistió ella.
―No. Nunca he ido a uno.
―¿Y por qué fuiste a Club Banana entonces?
―... ¿Qué?
―¿Recuerdas lo que te dije esa vez... sobre el imbécil que se llevaba el dinero y me sacó del trabajo como si nada? ―inquirió ella regresando su mirada al castaño ―Banana es el negocio de ese tipo. ¿Por qué fuiste allí?
Taeyong se limitó a guardar silencio mientras veía como Yerim llevaba sus manos bajo la mesa para tomar algo que al parecer estaba sobre sus muslos y luego lo dejó sobre la mesa: era el pasamontañas que ella le había dado aquella vez, mismo que prestó a Ten el día que este se infiltró en el karaoke y el cual quizá había perdido en medio del ajetreo de la situación.
El coreano pasó saliva con dificultad sin saber cómo carajos hacerle cara al silencio de Yerim, quien esperaba por respuestas y no estaba dispuesta a dejarse manipular más.
―Bueno... Es que... Es que...
Taeyong levantó la mirada hacia la chica sentada frente a él quien lo miraba con expresión facial neutra y ojos un poco cristalinos, entonces se llevó las manos al rostro y se cubrió con vergüenza, lo menos que imaginó llegar a sentir. Frotó su piel con fuerza y llenó sus pulmones de aire para volver a encarra a la jóven.
