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—Hwan

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—Hwan... 

Llamó el señor Kim con voz serena pero el nombrado se hizo el de oídos sordos y continuó desquitándose con el tailandés.

—¡Hwan!... ¡Hwansung! —exclamó Kim —Te ordeno que pares.

El hombre robusto contuvo su puño a la altura del rostro del más joven; su pecho subía y bajaba con rapidez.

Se apartó del joven relamiendo sus labios, no sin antes dejarlo sentado en la silla para poder mantenerlo controlado durante el interrogatorio.

Taeyong pasó saliva mientras veía al adolorido Ten sobre la silla; su labio había sido lastimado y sangre comenzaba a brotar de una herida.

—No hagamos esto más complicado, ¿Sí? —sugirió el jefe mientras se recostaba en el escritorio y se cruzaba de brazos muy calmado —Bien, Ten, apenas tenemos la oportunidad de presentarnos. Para mí es un placer, soy el señor Kim, jefe de tu compañero de clases al cual pretendiste superar en intelecto.

Empezó a relatar el mayor mientras Ten trataba de tomar postura para conversar, a la vez, Hwansung se servía un trago de whiskey helado y Taeyong permanecía inmovil frente a la situación.

—Te ves mucho mejor ahora. Espero que estés lo suficientemente consciente como para hablar —siguió Kim —Te preguntarás qué te sucedió y donde estás... Pues bueno, supongo que Taeyong debió haberte advertido sobre las consecuencias de meter tus narices donde nadie te llamó, ¿Verdad? —Kim soltó un suspiro viendo como el tailandés lograba sentarse de manera estable sobre la silla para entonces levantar su mirada débil y hacer contacto visual sin una pizca de temor.

—S... Señ... Señor —balbuceó Ten —Esto no... no es necesario...

—Quizá no, pero ya está pasando y ahora sólo queda que logres convencerme explicando sobre el negocio del cual le comentaste a Taeyong para al menos lograr salvar tu trasero un poco —el mayor arqueó las cejas mientras se encogía de hombros demostrando poca esperanza —Te escucho.

Ten abrió la boca para decir algo en varias ocaciones, pero la falta de alimento y líquido sumando los efectos restantes de la sustancia desconocida que aún no terminaban de abandonar su cuerpo por completo, le impedían hablar a la perfección e incluso su cuerpo se iba hacia los lados de vez en cuando.

—Es un plan que... que... 

—Pero por favor, hermano... —Hwansung soltó una carcajada —Este niñato ni siquiera puede hablar todavía. ¿Seguirás perdiendo el desaste tiempo con él? ¡Deshazte de ellos de una vez por todas! Debemos encargarnos del caso del bar el Itaewon y otras cosas más importantes...

—¿Te quieres callar de una buena vez? —Kim miró de manera fría al hombre que hablaba sin parar —O entonces tendré que deshacerme de ti primero. ¿Quieres que te regrese a trabajar en la bodega acaso?

友人 extracurricular › taetenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora