16. Casualidades y otras cosas de la vida

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Min Yoongi

Suelto una suspiro sin ser plenamente consciente de ello, cosa que tiene a dos pares de ojos mirándome con suma atención. Mientras, yo intento hacerme el desentendido tomando un par de piezas más para ajustarlas al tablero del enorme rompecabezas que llevamos horas intentando armar en la habitación de Namjoon.

—¿Qué sucede? —pregunto ante su repentino silencio.

Que ellos permanezcan callados solo puede significar una cosa: preguntas.

Hoseok mira primero a Nam —que ahora lleva el pelo de un color caoba— como si se estuviesen poniendo de acuerdo en algo, él asiente y entonces el rubio regresa su mirada a mí.

—Eso mismo queremos saber, amigo —cruza los brazos bajo su pecho, esa solo es otra señal de que sus preguntas no cesarán hasta que hable—. ¿Qué sucede?

Arrugo la nariz, mas no respondo. Me tomo mi tiempo antes de hacerlo puesto que estoy pensando de qué manera dejar claro mi punto sin hacer un enredo y entenebrecer más mis caóticos pensamientos.

—Las tutorías con Oh Bitna concluyen mañana —es lo primero que digo.

—Eso es genial —menciona Ho—. ¿Pero cuál es el problema?

Coloco la pieza a la que por fin le hallé sitio y detengo mis movimientos, regresando las otras piezas a su empaque.

—La semana pasada cancelé la tutoría, ya saben, por lo del cambio de horario en mis entrenamientos —ambos asienten—. La cuestión es que no fue esa la razón exacta —confieso.

Guardo silencio, no queriendo hablar pero sabiendo que si ya empecé, debo de terminar.

—¿Entonces?

Mis amigos parecen estar muy interesados en lo que voy a decir, por lo que les pido que nos acomodemos mejor y así charlar más cómodos; olvidando el bendito rompecabezas y sus mil piezas.

—Antes que eso... —me giro hacia el rubio—. ¿Sigues recibiendo las cartas?

—No —responde extrañado—. ¿Qué tiene que ver esto con lo tuyo?

—Sé quién es la persona tras ellas —confieso. Si quiero dejar claro mi punto, debo de ser claro en todo, sin excepciones.

Namjoon jadea, sorprendido, mientras que yo cierro los ojos sin saber cómo mirar a Hoseok. Lo descubrí por error hace unos días atrás, o más bien semanas, y desde entonces he estado pensando constantemente en si debería involucrarme o no.

—¿Quién...?

Rayos, ya me involucré.

—Es la chica, la que es hija de la mejor amiga de tu mamá.

Hoseok no puede estar más sorprendido, y Namjoon por lo consiguiente. Mientras, yo vuelvo a cerrar los ojos con fuerza; sopesando en el hecho de que no debí haber hablado.

—¿Cómo es que lo sabes?

Esa es una muy buena pregunta. Soy partidario de que todo lo que pasa en la vida son ocasiones que por decisión propia creamos, de alguna u otra manera, así que el haber descubierto esto no sé si fue casualidad o algo que debía de pasar. No obstante, la casualidad de aquel día en que me encontré con la señora Eunbin fue lo que me llevó a descubrir todo esto —y también a ser más consciente de ciertas cosas— y a soltarlo ahora.

—Conozco a la mamá de Oh Bitna —antes de que pregunten, niego y les pido me dejen continuar—, así como a la mamá de su prima, a la señora Garam. El punto es que escuché una conversación, y una cosa llevó a la otra, así que terminé descubriendolo.

Silencio. No puedo decirles nada más allá de esto, porque hay algo de mi vida que no he compartido con ellos; no por falta de confianza, sino por el dolor que me genera el tan solo recordarlo —supongo que después de todo ese suceso es también la raíz de mi problema al no poder negarme a nada—. Sin embargo, por una pequeñísima fracción de segundo, mi mente me traiciona y me lleva a ese momento en que toda mi vida se desmoronó.

—¿Yoon?

Parpadeo y mis ojos, levemente empañados por las lágrimas, se encuentran con los de mis amigos.

—Solo quería decirles que en realidad Choi Hyeonji, que es prima de Oh Bitna, no se encuentra en el país y por ello no has recibido más cartas.

Mentiroso. Mi mente me recrimina una y otra vez llamándome de esa manera desagradable, pero aceptando que es así, porque les he mentido. La verdadera razón por la que empecé a hablar era para contarles todo sobre mi vida y la razón por la que Bitna me detesta —porque estoy másque convencido que la razón la conozco bien—, pero no pude hacerlo.

—Algo escuché a mamá decir —comenta Ho—, ¿pero sabes la razón?

—La señora Garam tuvo un accidente en el extranjero, pero estoy seguro de que está bien —intento calmarlo, aunque no lo consigo.

—¿Cómo podrías asegurarme algo así? —no respondo—. Yoon —presiona.

Suspiro.

—Estoy en contacto con la mamá de Bitna —confieso—. La señora Eunbin dijo que estaba estable, solo esperan que se sienta un poco mejor para regresar.

Otra vez, ese atornillante silencio que me desespera.

—Pero eso era todo lo que nos querías decir, ¿cierto?

—Honestamente, no —respondo a la pregunta de Hoseok y al intentar rehuir de su mirada, me encuentro con la de Nam.

—Tampoco estás listo para hablarnos al respecto, ¿verdad?

Mi amigo, que siempre había sido el más sensato de nosotros y ahora atraviesa una etapa de rebelión contra sus padres, parece captar muy bien el trasfondo de mis palabras; tal vez por eso preguntó.

Asiento y en cuestión de segundos tengo dos pares de brazos rodeandome con calidez, brindandome su apoyo y soltando palabras de ánimo que me hacen saber que cuento con ellos aún cuando el silencio es lo único que puedo brindar.

Asiento y en cuestión de segundos tengo dos pares de brazos rodeandome con calidez, brindandome su apoyo y soltando palabras de ánimo que me hacen saber que cuento con ellos aún cuando el silencio es lo único que puedo brindar

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*Total de palabras: 937.

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𝐒𝐎𝐅𝐓 𝐁𝐎𝐘 ━𝐌𝐘𝐆 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora