04. Al final del día

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Min Yoongi


Mi nombre es Min Yoongi, pero mis amigos me llaman Yoon. Otras personas, como mi hermana menor, me llama Gi —pero eso es solo cuando quiere obtener algo de mí—. Tengo dieciocho años y un terrible problema: no sé cómo decir que no.

En otras palabras, soy el claro ejemplo de que cualquiera puede aprovecharse de mí. Aunque en lo personal no me molesta, hay otros individuos que detestan esa parte de mí. Y, una de esas personas es, claramente, la chica frente a mí.

Me mira con ojos afilados, de brazos cruzados y su típica actitud borde; mientras el otro miembro de nuestro grupo —que para mi desgracia y la de ella resultó ser el del promedio más bajo— mastica chicle como si fuese una vaca y destroza con sus uñas lo que queda de mi goma de borrar.

—Oye, Lim Seo-yoon —llama la presidenta de nuestro salón—, ¿piensas quedarte sin hacer nada o qué?

Los ojos de la otra chica se enfrentan a los de Oh Bitna en una clara señal de desafío, pero esta no cambia su postura y permanece firme a la pregunta realizada.

—¿Qué quieres que haga?

—Acota por lo menos en lo más mínimo —señala—, si no quieres que me levante ahora mismo y le explique al profesor Kang que lo único que haces es holgazanear y que por esa razón no te incluiremos en la hoja de trabajo en cuanto la vaya a entregar.

Para mi sorpresa, en lugar se refutar o quejarse, Lim se limita a fruncir los labios ante la molestia, mientras que yo soy un simple espectador. Siento que no soy más que un débil cachorro presenciando la pelea entre dos fieras de diferente especie, pero igual de depredadoras.

Me aclaro la garganta y le extiendo la hoja con la otra parte de las preguntas a la chica cuyo cabello lleva mechones fucsias. Ella me sonríe en agradecimiento y procede a llevar una lectura silenciosa, el único momento en el que habla es para preguntarme si las respuestas deben de ir con lápiz o bolígrafo. Por otra parte, la presidenta se encarga de cumplir con la tarea de realizar los mapas conceptuales que hacen parte de la otra parte de la actividad.

En cuanto terminamos de realizar todo, Oh Bitna se pone de pie para entregar las hojas al profesor de Literatura; no sin antes dedicarse una mirada afilada con la otra miembro de nuestro grupo.

—Es insoportable —le escucho decir—. No me sorprendería que no consiguiese novio por la misma razón.

Mi frente se arruga ante su comentario, que lo siento muy fuera de lugar. Sin embargo, no sigo nada; tampoco es como que tenga derecho de hacerlo. O eso pienso, hasta que me canso de escucharle despotricar en contra de la presidenta una y otra vez.

—¿Podrías parar, por favor? —pido con molestia—. Estás incomodandome.

Sus ojos arrepentidos me miran con pesar. Nuestra relación tampoco es muy buena, y ella lo sabe, supongo por eso acepta mi petición.

Suelto el aire que tenía atascado en los pulmones y regreso a mi lugar sin tomarme la molestia de dedicarle una última mirada a la chica con cabellos fucsias. De todos en el salón, tuvo que tocarme hacer grupo con quienes más tensión tengo.

Oh Bitna no me soporta. Y yo, en cambio, no consigo estar mucho tiempo junto a Lim Seo-yoon.

Cuando la clase termina, me despido de mis amigos puesto que tengo práctica con el equipo de atletismo. Pero al llegar todo se torna oscuro puesto que soy regañado constantemente por el entrenador —lo cual no entiendo— y después obligado a dar cinco vueltas más por todo el salón de gimnasia.

Al final del día, termino con una jaqueca y un dolor en los músculos que hacía mucho no experimentaba.

Al final del día, termino con una jaqueca y un dolor en los músculos que hacía mucho no experimentaba

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𝐒𝐎𝐅𝐓 𝐁𝐎𝐘 ━𝐌𝐘𝐆 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora