Oh Bitna
Aprovechando el cambio de hora y que el profesor Cha aún no llega, Jiah se acerca a donde estoy y tira de mi cabello, no obstante lo hace con delicadeza y sin maldad.
Sonrío ante su gesto reprobatorio.
—¿Qué? —digo con inocencia, aún sabiendo la causa de su ligera molestia.
—Eres una traidora —estoy por refutar en contra, sin embargo ella me detiene al volver a hablar—. Me abandonaste y el profesor Lee me hizo quedar cinco minutos en cuclillas —se queja.
—Te dije que bajaras el dobladillo de tu falda y no me escuchaste —encojo los hombros—, así que no es mi culpa.
—No —concuerda—, pero al menos podrías haberme esperado.
Vuelvo a sonreír. Saco de uno de los bolsillos de mi bolso un chocolate y se lo tiendo. De inmediato sus ojos brillan y no duda en aceptar lo que le doy.
—¡Gracias!
—De nada. ¿Te ayudo? —señalo la falda.
Parece pensarlo un par de segundos hasta que finalmente decide aceptar mi sugerencia.
—Y por favor, procura no volver a hacer de las tuyas en esta ocasión —pido.
—No prometo nada —comenta con su tono pícaro.
Ruedo los ojos pero continúo con mi tarea.
—Listo —me pongo de pie y le quito lo último que le queda de chocolate para comerlo yo—. Oye, sí ha estado bueno.
—¿No lo habías probado?
—No, recién lo compraba —encojo los hombros.
—Buenos días, chicos. Vayan todos a sus lugares, por favor —indica la voz de la supervisora, que ha ingresado con extrema rapidez al salón.
Se toma un par de segundos para respirar y beber un poco de agua antes de volver la mirada a nosotros y hablar.
—Como sabrán, dentro de tres semanas se llevará a cabo la semana de deportes en nuestra preparatoria, por lo que es necesario el uso de algún uniforme o conjunto que los diferencie de otros salones y cursos. Para esto el presidente de curso deberá juntarse con ustedes y llegar a un mutuo acuerdo —aclara mirándome brevemente—. Las actividades que vayan a realizar y de las cuales sean partícipes deberán de ir anotados en un formulario que dicho encargado me entregará una vez este sea llenado.
Termina de decir y pasea la mirada por todo el salón.
—¿Alguna pregunta o duda que tengan al respecto? —dice tras volver a ingerir un poco del líquido vital.
—¿Es obligatorio participar? —pregunta alguien ubicado en los primeros asientos.
Le miro bien la silueta y el perfil, y descubro que se trata de Choi Eunbi. La chica es un cerebro andante, pero dista de humildad.
—No, no lo es —indica la maestra Na—. Sepan que no es obligación el que participen, ya que no les será sumado ni restado de su promedio —aclara—. Sin embargo, considero yo, sería agradable el que al menos la gran mayoría se uniera y demostraran su potencial.
—Es decir que tampoco es obligatoria la asistencia, ¿verdad? —cuestiona alguien más.
—No. En este caso deben saber que la asistencia sí es obligatoria. A menos, claro, de que haya alguna situación de emergencia que avale su inasistencia.
—¿Situación de emergencia?
—Algún accidente o imprevisto de último minuto —señala como ejemplo—. Tampoco es que van a decir que es el último día en que su grupo favorito se presenta y por ende no van a venir —mira con ojos afilados—, porque en ese caso les será restado de su promedio cierta cantidad de puntaje y la calificación de su conducta también disminuirá.
Todos permanecen en silencio ante las últimas palabras de la señorita Na.
Pregunta si todo ha quedado claro y al responder de manera afirmativa, ella se despide alegando que aún tiene que ir a un par de salones más a dar el mismo comunicado que nos dió a nosotros.
—¿Qué vamos a hacer?
Basta tan solo esa pregunta formulada por mi amiga para quedar rodeada de la mayoría del curso.
Suspiro y, armandome de agallas, procedo a preguntar uno a uno qué es lo que desean hacer. Tomo nota mental de cada comentario y sugerencia, mientras veo cómo Jiah sí transcribe en un cuaderno lo que nuestros compañeros van diciendo.
—Deberíamos vestir, no sé, con ropas que nos hagan sobresalir entre los demás.
—No podemos incluir ropa para ir de paseo, si es lo que estás sugiriendo.
—Solo es una sugerencia.
—Que no puede ser tomada en cuenta ya que supondría irse en contra de las reglas —recalco.
Eunbi me mira mal antes de voltear su mirada a otro lado, totalmente indignada por mi negativa.
—Bueno, entonces les indicaré por el grupo del salón cómo quedó todo —indico en vista de que pronto será momento en que el profesor Bae llegue a dar su clase.
Vuelvo a estar tranquila en mi lugar y dejo de prestar atención a todos para poder descansar un momento la mente.
Necesito relajarme.
Y descansar, para el caso.
*Total de palabras: 811.
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𝐒𝐎𝐅𝐓 𝐁𝐎𝐘 ━𝐌𝐘𝐆
أدب الهواة𝐒𝐁| ❛❛Tiene un corazón de oro pero también resulta ser muy ingenuo. O eso parece.❜❜ Bitna es la presidenta del salón de clases y Yoongi, el vicepresidente. Ambos son totalmente diferentes. Él es amable, ella muy rígida. Él siempre sonríe, ell...