18. Lo natural

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Oh Bitna.


—¿Te encuentras bien?

La pregunta por parte de mi prima me saca de mi trance. Le sonrío.

Hacen casi dos semanas ya desde que regresó a casa con mamá y la tía, que ahora se encuentra un poco mejor en comparación a cuando llegó. Resulta que se accidentó de camino a una de sus capacitaciones. El taxi en el que iba perdió el control y se estrelló contra una parada de autobuses al girar mal en una curva, causando la muerte inmediata del conductor debido al fuerte impacto y provocándole una fractura bastante considerable en la pierna izquierda a ella.

Ahora no podrá trabajar por un tiempo, pero al menos está bien. Eso fue lo que dijeron los médicos al darle el alta dos días después de que mamá y Hyeonji llegaran al hospital en donde estaba ingresada, que resulta ser una extensión del que trabaja actualmente aquí en Corea.

La buena noticia es que se está recuperando bien, la mala es que ya no compartimos habitación.

—Sí, ¿por qué?

—Por nada. Es solo que te ves... rara —mi gesto fruncido parece hablar por mí—. Es como si no estuvieras en este mundo; es decir, tu cuerpo está, pero tu mente... ni idea de dónde ande vagando.

Parpadeo un par de veces ante las palabras de mi prima. Jiah, quien había permanecido en silencio hasta ahora debido a la concentración empleada para pintarse las uñas de los pies, me mira con atención. Esquivo su mirada antes que diga algo. Últimamente anda diciendo pura tontería, de que me gusta Min Yoongi, que yo le gusto a él, y cosas sin sentido como esas.

Ella se dio cuenta al día siguiente, tras concluir las pruebas de ese día, que algo no andaba bien conmigo. Intenté hacerle creer que no era así, que no había nada diferente, pero me acorraló en el baño y no me dejó salir hasta que no le confesase lo que me ocurría. En esos momentos cuando se pone seria la detesto, porque no hay nada que se le pase por alto, pero tampoco es que haya dicho la gran cosa, solo le comenté la última pregunta que me hizo.

Ese «¿Me odias?» continúa martillando en mi interior.

—Seguro piensa que no aprobará el examen nacional.

Jiah al rescate, dice su mirada; le agradezco en silencio su intervención.

—¿De verdad? —pregunta mi prima con sorpresa—. ¡Pero si es más que seguro que lo apruebes con una calificación súper alta! —exclama.

—No sé yo —murmuro incómoda.

Nunca le he ocultado nada a Hyeonji, siempre he hablado con la verdad con ella y generalmente no tenemos secretos, pero sinceramente no me siento cómoda hablando de este tema.

—Igual, aún tenemos tiempo para pensar en ello y estudiar —alega mi amiga—. Por ahora celebremos haber pasado a último año antes de tener que regresar y sufrir porque nos carguen de tareas.

Mi prima y yo reímos. A Jiah nunca le ha gustado hacer deberes, dice que se estresa con tan solo pensar en que tiene que resolver algo, por eso siempre los profesores le llaman la atención y termina redactando informes haciendo promesas que nunca cumple.

—Pidamos pizza y helado —ofrece mi prima y mi amiga no puede estar más de acuerdo con ella—. Le diré a Heejin que traiga el helado de camino a acá.

Toma su teléfono y se va a la sala a hablar por llamada con su amiga, dejándonos a Jiah y a mí en su habitación.

A pesar de que mamá se quejó y estuvo en desacuerdo, la tía Garam terminó regresando a su casa con mi prima. Debido a ello mi progenitora la condicionó: sería ella la encargada de llevarla los días que le toque terapia, y también vendríamos los fines de semana a pasar con ellas aquí. Papá estuvo de acuerdo y mi tía, sin poder hacer nada para frenar a su hermana menor, no tuvo más opción que aceptar. Es esa la razón por la que ahora estamos en la habitación de mi prima, esperando a que llegue su amiga, y listas para pasar una noche de chicas, como ellas le han llamado a la reunión.

—Entonces...

—No quiero hablar de eso —la corto.

Ella suspira.

—En algún momento vas a tener que hacerle frente, Bitna.

—Lo sé —acepto—, pero por ahora solo deseo mantener un poco de paz. ¿Acaso es mucho pedir? —murmuro afligida.

—Claro que no —responde mi amiga acercándose a mí para darme un abrazo por los hombros—. Pero huir no es la solucion a los problemas —alega y, por un segundo, se siente como que se lo estuviera diciendo a ella misma también puesto que guarda silencio.

—Lo tengo más que claro, créeme, pero...

—Tienes miedo de la respuesta y es entendible. Natural en cualquier ser que sienta —señala, y con toda la lógica que tiene continúa hablando—. Sin embargo debes tener en cuenta que en algún momento tendrás que enfrentar la situación y mientras más lo retrases más duro te resultará hacerlo.

Lo que Jiah dice es algo en lo que ya venía pensando, pero ahora con dicho pensamiento suelto en voz alta se hace más real, aunque no haya sido yo quien lo dijo. Ella solo sabe de la pregunta en base a la emoción negativa, mas no de la primera pregunta formulada por Min Yoongi. Aun así, la respuesta a ambas preguntas es lo que me tiene temerosa, independientemente de si es positiva o negativa.

Mi amiga vuelve a centrar su atención en sus uñas y el esmalte de brillo que va a colocarse en las manos. Hyeonji aparece minutos después con una Heejin cargando dos cajas de pizza, un pote de helado mediano para cada una, cucharas y bebidas no alcohólicas para que tomemos —lo cual me resulta una exageración— y yo, en silencio, agradezco tener este tiempo de distracción.

Es como la calma antes de la tormenta.

Es como la calma antes de la tormenta

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*Total de palabras: 984.

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𝐒𝐎𝐅𝐓 𝐁𝐎𝐘 ━𝐌𝐘𝐆 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora