19. El defecto de no poder negarse

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Min Yoongi

El nuevo periodo lectivo ha iniciado y junto con él la sensación de estar llegando al final de una etapa. Puedo notar la emoción en el rostro de todos los compañeros de clase, con los que hablo y los que no; también de mis amigos. Sobretodo de Namjoon, que al parecer ha conseguido algo, aunque no lo comparte con nosotros todavía.

—Min Yoongi —giro el rostro en dirección donde ha provenido la voz. Estoy solo porque rechacé la oferta de ir a comprar algo con los chicos, así que soy un blanco fácil para quienes quieran algo.

—Dime.

Una chica, Lim SoMin si mal no recuerdo su nombre, se acerca a mí tras ser empujada por la que distingo como una de sus amigas. Oh, no. Su rostro sonrojado y el temblor en su andar me ponen alerta. En un movimiento atrevido, se sienta a mi lado y se acerca de tal manera en que casi puedo sentir el calor emanar de su delgado cuerpo.

Intenta hablar un par de veces hasta que por fin consigue encontrar su voz para hacerlo.

—Quería saber si tú...

—No —ese no he sido yo, por supuesto.

Despego la mirada de Lim tan solo para encontrarme con la de una Oh Bitna de brazos cruzados y ojos afilados. Mi entrecejo se frunce debido a su inesperada intervención y escucho con claridad cómo los otros en el salón han empezado a cuchichear entre sí.

—¿Qué quieres decir con que no?

—Exactamente eso, no —hace énfasis en la negación.

—¿Quién te crees que eres? —Lim se ha puesto a la defensiva, puedo ver.

Están una frente a la otra y si este asunto no fuera algo que me involucrara, ya me hubiera reído por la manera tan cómica en que se ven. Son de la misma estatura, pero bastante bajas en realidad, por lo que se ven graciosas estando así.

—Todos sabemos que Min tiene un defecto y ese es no poder negarse a algo, si le decías que querías salir con él independientemente de la respuesta que haya deseado darte, iba a terminar aceptando dado que lo habrías puesto contra la espada y la pared.

En ningún momento de su explicación me dirige la mirada, como si no quisiera verme en realidad a pesar de no poder hacer la vista gorda ante esto.

Lim se pone colorada, no sé si por la furia o la vergüenza, y a grandes zancadas regresa junto a sus amigas para salir del salón. Supongo las risas no era algo que hubiese podido soportar. Ahora me siento horrible.

—Cambia ese gesto en tu cara, Min —me reprocha y solo ahora es que me mira—. Deberías de estar agradecido de no verte obligado a salir con alguien que no te gusta.

—¿Y cómo sabes que no me gusta?

Esa no ha sido lo que iba a decir, pero salió de un impulso.

Su gesto de sorpresa me deja ver que de verdad no se esperaba esa respuesta de mi parte. Aclara la garganta y se gira, pero antes de irse a su lugar me echa una corta mirada y la ira que veo en sus ojos me taladra el pecho.

—Bien, disculpa por haberte hecho el desplante, entonces.

—Espera, no es...

Regresa sin darme la oportunidad de corregirme. Namjoon y Hoseok regresan y ven con gracia cómo he quedado con la mano suspendido en el aire con mi cuerpo en dirección al asiento de Oh Bitna. Me maldigo mil veces por dentro, recordándome a mí mismo que siempre que se trata de ella, debo andar con cuidado.

—No me sorprendería si uno de estos días —inicia Nam comiendo una de sus gomitas favoritas—, Oh Bitna termina arrancando tu cabeza.

—Muy gracioso, Kim Namjoon —lo único que hace es encoger los hombros y acomodarse en su sitio.

Hoseok, que lleva varios días como si sus pilas se hubieran agotado, me mira con fijeza.

—Sigo pensando que hay algo más que aún no nos dices —aunque sé que su objetivo no es incomodarme, consigue que me sienta de tal manera. Estoy rígido en mi sitio y podría decirse que no respiro—. No te estoy obligando a decir nada, Yoon.

Miro de reojo a nuestro alrededor. Aunque nos sentamos siempre al final, del lado de las ventanas de la pared, nunca falta un curioso que esté buscando querer saberlo todo; así que me encargo de que nadie esté mirando o prestando oído a nuestras palabras.

—Se los dije hace unos días, hay algo que debo contarles —repito—. Es solo que necesito tiempo par poder hacerlo.

—Está bien, Yoon. Es tu decisión cuándo y dónde hablar con nosotros al respecto.

—En todo caso —vuelve a decir Nam—, sabes que siempre tendrás nuestro apoyo.

Sí, es la segunda vez que ambos me dicen lo mismo; y de nuevo, me siento una basura por no poder decirles todo lo que siento, cuando entre nosotros no ha habido secreto que nos dure tanto tiempo.

—Prometo que lo haré.

Una sonrisa de aceptación surca en el rostro de cada uno. Luego, no más de tres minutos después, la primera clase del segundo periodo inicia, y con ello se van todas mis preocupaciones; al menos, es así durante lo que queda de día.

 Luego, no más de tres minutos después, la primera clase del segundo periodo inicia, y con ello se van todas mis preocupaciones; al menos, es así durante lo que queda de día

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𝐒𝐎𝐅𝐓 𝐁𝐎𝐘 ━𝐌𝐘𝐆 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora