Capitulo siete

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El capitán llevo una silla frente al beta sentándose, el joven observaba cada cosa que hacia el capitán no entendía a que quería llegar además de que aun permanecía inmóvil en la misma posición antes de que SeokJin y Namjoon salieran.

Toco su cabello despeinándolo, sonrió pícaro con el resultado que tuvo.

JiMin simplemente estaba quieto sin saber que hacer mirando hacia al suelo de pronto su rostro fue levantado tras Min rodear con sus manos la parte trasera de su cuello haciendo que esté le mirara directo a los ojos, puso una mueca de molestia al sentir como uno de los dedos de la mano derecha del capitán estaba rascando como si tratara de quitar algo, su cabeza fue empujada hacia delante quedando entre las piernas del capitán, se quejó por eso pero el capitán pareció no importarle.

Cuando logro quitar aquella cosa que estaba en el cuello de JiMin lo miro con interés era pequeño y parecía un rastreador, jalo el cabello del chico hacia atrás, escucho nuevamente un quejido de su parte, no lo soltó mas solo le mostro aquel objeto estaba pegado en su cuello.

─ ¿Sabes que esto?─ el más joven negó mirando la pequeña cosa que estaba en la manos del más grande, paso saliva por su garganta, no sabía que hacia eso en su cuello.

─ Eres un infiltrado, ¿verdad?─ hablo áspero─ ¿De qué maldita tripulación eres?

─ N-no sé de qué habla─ contesto con miedo de que le hiciera daño, en su rostro se notaba lo molesto que estaba. Jalo con fuerza su cabello pero antes lanzo el pequeño objeto parecido a un arete el cual se rompió al ser pisado.

Te dije que me dijeras de qué tripulación eres─ JiMin cerró los ojos aguantando las ganas de llorar, era la segunda persona que usaba su voz de mando en él, esto solo lo recordaba a su padre; le daba terror. ─ ¿Eres de los malditos del barco de los Ri o de los Byul?─ pregunto apretando más fuerte el pelo del chico, escucho un sollozo de su parte iba a golpearlo pero su alfa lo detuvo, bufo al ser detenido por su alfa no entendía porque no lo dejaba golpearlo. ─ ¡contesta!─ ordeno.

─ ¡Ya le dije que no sé de qué me habla! ¡Yo no sé quiénes son la gente de que me habla!─ respondió en alto llorando, se asustó cuando vio un puño acercarse a él, cerró los ojos para el impacto pero nunca ocurrió, volvió abrir los ojos de a poco, aún tenía miedo de que le golpeara.

El capitán le gruño y lo soltó tumbándolo hacia al suelo, él se levantó de su asiento y camino hasta su rostro, se agacho para apretar su mandíbula y hablo.

─ Como no quieres decirme de dónde vienes te hare la vida imposible hasta que hables, ¡¿entendiste pillastre?!

Asintió asustado queriendo que todo se acabara.

Una vez que el capitán lo soltó le ordeno que se fuera de la habitación, lo hizo de inmediato dejándolo solo en la habitación.

Se sentía extraño, ¿Por qué no pudo golpearlo? ¿Por qué su alfa no se lo permitía? ¿Y por qué sentía que si lo hacía iba arrepentirse? Todo esto era muy extraño, era la primera vez que le pasaba algo, desde que ese chico había llegado le estaban sucediendo cosas que nunca antes le habían sucedido.

Aspiro el aroma muerto de flores que ahora habitaba en la habitación; le gustaba debido a que le recordaba a su madre aunque no entendía porque ahora olían como si se hubieran marchitado. Ese chico era simplemente un canalla pero era uno que le atraía y le molestaba demasiado.

En el resto del día solo se la paso en su habitación bebiendo Ron mientras pensaba en los posibles castigos que podría ponerle al chico.

[...]

¡Soy omega y qué! - YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora