Capitulo doce

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Ya había pasado un día desde el incidente, no estaba preparado para salir por la puerta de la habitación, aun quería ocultarme, temía que cuando saliera me encontraría con el alfa que trato de tocarme, no sabría que hacer si llegara a pasar.

Nam prometió estar al pendiente de que aquel alfa no se me acercara, pero nada me aseguraba de que podría tener otro método para hacerlo, además, él tiene trabajo en el barco igual que yo y no puede seguir posponiéndolo por mí. No quiero que se busque un problema más con el capitán por mi culpa.

Mire por el pasillo antes de salir de la habitación, quería estar seguro de que no hubiera nadie allí que pudiera hacerme algo malo.

Hoy me tocaba limpiar la habitación de reuniones, que no era tan grande como la pieza del Capitán en donde había durado casi un día entero limpiando, quizás allí solo le tocaría unas tres horas y chau castigo que me habían puesto. Aunque pensándolo bien en este momento no parecía una gran idea, digo, si se termina tendría que volver a la cubierta o a la cocina, allí estaría rodeado de todos los alfas que hay en esta nave y solo imaginar que tendría que estar cerca de muchos alfas sin saber sus intenciones me causaban escalofríos, así que viendo el lado bueno de esto es que estaba solo aunque fueran trabajos pesados.

Observe bien la habitación, había tres libreros con bastantes libros y uno que otro objeto entre ellos, estos libreros cubrían una pared completa y al frente de ellos había una mesa con un globo terráqueo junto algunos papeles tirados.

Por otro lado, había un cuadro de un señor, mapas tirados y mucho polvo.

Fui sacando poco a poco los libros del uno de los libreros, fui dejándolos en la mesa mientras le quitaba las telas de araña y el polvo que poseían.

─ Aun no entiendo para que tener tantos libros si ni siquiera los lee... ─ alegue poniendo un trapo algo húmedo en uno de los niveles superiores del librero en el que estaba.

Y como había pensado me tomo mas de tres horas para terminar de arreglar todas las cosas, solo quedaba limpiar la mesa que poseía una capa notable de polvo y por debajo unas cuantas telarañas.

¿Enserio como es que no limpiaban esto antes?

Pase un trapo limpio por la mesa quitándole rápidamente aquel polverío que tenia e ir por la parte de abajo donde me esperaba mas polvo y tela de arañas.

Limpie el trapo con el agua que tenia con algo de detergente y lo exprimí para sacar toda el agua que tenía, lo deje en el suelo un momento para tomar el plumero y arrodillarme para así quitar más fácil la suciedad que había.

Al finalizar pase el trapo húmedo por el soporte, me detuve un momento cuando mi brazo flaqueo, tuve que dejar un momento el trapo para hacer levemente movimientos para quitar un poco la fatiga y el dolor que sentía.

─ Estoy muy cansado─ murmure─ supongo que esto me lo merezco por quererme hacerme el valiente sabiendo que soy un omega─deje salir un suspiro junto a un leve sollozo. Porque los alfas tenían todo más fácil y los omegas solo teníamos que llevarnos toda la mierda, ellos solo aportaban un puto esperma para la sociedad y se creen lo mejor mientras que los omegas tenemos que conllevar un embarazo con cambios de humor, hormonales, los horribles vómitos y sobre todo el dolor del parto el cual podría incluso llevarte a la muerte si no llegas a soportar todo el proceso.

Recogí una vez mas el trapo para finalizar cuando.

La madera del suelo rechino.

─ ¿Así que ese fue tu secreto todo este tiempo? ─ esa voz la conocía, sabía que ahora si la había jodido y que esta vez no tendría el cómo explicarse─ Eres un omega.

¡Soy omega y qué! - YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora