Capitulo trece

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El corazón palpitaba de forma frenética, no estaba preparado para nada de lo que pasaría, pero ya no tenia modo de como arrepentirse, lo único que podía considerar "bueno" era que iba hacer con el alfa con el que había sido destinado estar y que solo esperaba que lo tratara bien al momento en que sucediera.

El sol ni siquiera había salido cuando él salió de su habitación, se aseguro de ver bien por el pasillo antes de adentrarse a la habitación del Capitán.

Todo en la habitación era oscuro y no lograba ver nada, creyó que a lo mejor su superior se encontraba dormido así que decidió que sería mejor irse para no molestarlo, error, porque tan solo le dio la vuelta quedando frente a la puerta una lampara que estaba en el escritorio se encendió.

─ ¿A dónde crees que vas? ─ escucho a sus espaldas logrando sentir como su piel se erizaba ante aquella voz profunda y grave.

Había creído que a lo mejor se habría salvado, pero fue todo lo contrario, ni siquiera aún se sentía bien después de haber sufrido un intento de abuso.

Retrocedió un paso volteándose en el proceso, he hizo una reverencia a su mayor de modo de disculpa.

─ Creí que aún estaba dormido.

No le dijo nada al respecto, más le hizo una seña de que se acercara.

Dejo su mirada abajo mientras avanzaba al capitán, al ya estar a su frente el alfa tomo su mentón y lo alzo para que lo mirara cosa que no hizo ya que movió su mirada para ver a otro lado.

─ Mirame─gruño, sintiendo miedo cuando llevo su mirada de golpe hacia los del capitán llegando a ver sus ojos se habían iluminado por breves segundos, significando que su lobo estaba más que presente. ─ quiero que te apoyes de la mesa─ le ordeno soltándolo, le miro extrañado haciendo lo que le había pedido.

Se puso frente al escritorio y coloco sus brazos en esta apoyándose de esta, viendo como el capitán se ponía tras cerca suyo, los nervios no se habían ido y aun no entendía que era lo que le tenia planeado para él.

Se estremeció cuando sintió una mano en su cintura y luego la otra bajar un poco su pantalón hasta inicio de sus glúteos.

─ Esto te dolerá un poco─ advirtió.

─ ¿Qué cosa? Au.. ─ se quejo cuando sintió un pinchazo en su parte baja, llevo su mirada a su cadera llegando a ver que el capitán tenia en su mano una inyección apenas ya vacía─ ¿para que fue eso? ─ pregunto aun sintiendo como su parte trasera dolía.

─ Es un liquido que te dejara infértil solo por cuatro días─ informo dejando la jeringa en el escritorio de madera luego de ponerle la tapa.

─ Me hubieras avisado, eso me dolió─ volvió a quejarse cuando llevo una de sus manos a su glúteo sobando por encima del pantalón en un intento de que el dolor se fuera.

─ No sabía si le tendrías miedo a las inyecciones además el dolor será momentáneo─ le bufo y dejo su mano aun en la zona afectada─ si sigues tocándolo puedes infectarlo─ le dijo quitándole su mano de su trasero llevándola de vuelta a la mesa.

Iba a protestarle cuando noto que el capitán sacaba de su bolsillo un curita y se la ponía en donde le había pinchado.

─ ¿Mejor? ─ no dijo nada y miro hacia la puerta cuando escucho un ruido─ tranquilo, nadie entrara a menos de que se le ordene─ murmuro cerca de su oído y luego sintió como le habían dejado un beso detrás de esta.

Quedo paralizado, no se había esperado aquello.

─ Te puedes ir si quieres, sino tu compañía no me incomoda. ─ se alejaba un poco, pero al notar que no reaccionaba llevo su mano dentro de su camisa y le pellizco.

¡Soy omega y qué! - YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora