Capitulo 10: Lazos

912 127 2
                                    

Cuando Ming ue despertó con los primero rayos del sol, recordó la escena sangrienta con aquel tigre, pese a la barda improvisada, la extensión de las ruinas era muy grande, poder bardear todo el terreno era un trabajo arduo, trabajando solo Mu Deas llegaría el invierno y no terminarían.

La carne permaneció toda la noche deshidratandose, en la mañana Ming ue  revisó su experimento y fué todo un éxito, era mucho trabajo pero poder conservar de esa manera los alimentos era sencillo, obviamente gracias a la fuerza descomunal de Mu Deas y su habilidad para cazar. Las pieles de los animales se secaban al sol y con ellas, podrían cubrirse del frío. Las semillas  que obtuvieron de la aldea pavo real  incluían algunas de girasol, almendras y pistaches, lo que alegró mucho a Ming ue.

Mu Deas salió a cazar más presas mientras Ming ue preparaba un corral improvisado para las aves que había capturado, con alegría recogió tres huevos de las aves, tuvo mucha suerte al capturar aves hembra.

Mientas Ming ue trabajaba para darle forma a su pequeña granja, un par de ojos la observaban con anhelo, la gran pitón roja deseaba tomarla, poseerla, pero no era el momento.

Ming ue terminó de arreglar su gallinero y comenzó a cultuvar las semillas de girasol.

"Amo las flores, siempre habia soñado con tener un jardín con verduras y flores, ahora lo que sobra es espacio y carezco de semillas, pero empezar con girasoles no es mala idea."

Alegremente cavaba los zurcos y organizaba su pequeña parcela, imaginaba que los girasoles crecerían grandes y con suficiente luz, mientras sembraba tarareaba una dulce canción, las serpientes que escucharon su canto se acercaron hipnotizadas, parecían ser atraídas involuntariamente hacia ella, la pitón gigante entró  en el mismo especie de trance cuando el grito de la hembra lo despertó, Ming ue entró corriendo, un pelotón de serpientes se arrastraban hacia ella, eran de gran tamaño y diferentes colores, presa del pánico, subió a la planta alta y se escondió entre las pieles ya curtidas que habían en la habitación principal.

La enorme pitón llamó a las demás serpientes y todas se retiraron de inmediato.

Cuando Mu Deas regresó de cazar, vió el gallinero nuevo a un costado de la entrada, luego  los surcos y las semillas regadas, de inmediato gritó por toda la casa buscando desesperadamente a Ming ue, cuando subió al cuarto principal, vió a su pequeña hembra envuelta entre las pieles como una oruga, temblaba como gelatina.

"Ming ue ¿que ha pasado?¿Que haces aqui?"

Al escuchar la voz de Mu Deas, Ming ue saltó a su cuello, abrazándolo con fuerza.

"Eran muchas serpientes, muchas de ellas, estaba sembrando mis girasoles cuando aparecieron de la nada, tuve mucho miedo y me escondí aquí, no es que me aterren pero no estaba preparada..."

Mu Deas se sentía feliz al sentir el calor de su pequeña hembra, el aroma de ella lo embriagaba y la suavidad de su piel lo volvía loco, tiernamente la cargó en sus brazos y ella escondió su rostro en el cuello de Mu Deas, al sentir su respiración, Mu Deas sintió como su zona baja se endureció y palpitaba dolosamente, sus pupilas se volvían salvajes solo de sentir la respiración de la mujer en sus brazos, no tenía duda alguna, ella debía ser su pareja para toda la vida.

Con mucho cuidado, como si de una flor se tratara, recostó a Ming ue en el nido, la beso tiernamente en los labios y susurró a su oido: "No temas, no hay nada afuera , cuando llegué y no te ví sentí que mi corazón se rompía, quiero ser tu cónyuge, quiero que seas mía..."

Con pasión, besó los labios suaves y carnosos de Ming ue, ella no lo rechazó, quizás por la adrenalina del evento anterior, sentía una gran tranquilidad con el calor de Mu Deas, al sentir los labios del hombre saboreando la piel de su cuello, ella experimentó un placer agradable, las manos fuertes de Mu Deas la sujetaron de la cintura y ella disfrutaba de las dulces caricias que él le brindaba, sin embargo, ella recobró el sentido en un instante y con rapidez, salió de los brazos de Mu Deas.

"Yo...yo...dame un poco mas de tiempo, me gustas pero... aún no ...estoy lista...de donde vengo, en el mundo real, las parejas tienen citas, se dan tiempo para conocer sus mutuos intereses y después formalizan el compromiso, solo...dame tiempo..."

"¿Citas?¿que es eso?"

"Son paseos, salidas donde las parejas conocen sus intereses y si son afines, la relación puede durar meses o quizás años para formalizarse "

"¿Años?Eso es imposible, el tiempo debe aprovecharse para repoducirse y  las hembras eligen al macho mas fuerte para protegerla, asi las crías serán fuertes y saludables, dudo mucho que encuentres algun macho más fuerte que yo"

Mu Deas hablaba decidido y seguro de su posición en el reino de las bestias, jamás había codiciado nada, jamás luchó por nada más que su vida, pero esa hembra que encontró en el bosque, era su mundo y daría lo que fuera para poder permanecer a su lado.

"Jeje, entiendo, pero yo no soy de este mundo, ni siquiera creo que este mundo sea real, debes ser paciente o yo podría morir de tristeza"

"¡¡¡Tú no puedes morir!!!"

La voz de Mu Deas fue firme y llena de ira, sujetó con fuerza a Ming ue por los hombros y el dolor que ella sintió  parecía muy real.

"Mu Deas, me lastimas ¡Sueltame!"

"Yo...yo...lo siento... si tu mueres no tendría sentido vivir para mí".

"Estas equivocado, la vida es preciosa y si yo muero puedes rehacer tu vida con alguien más"

"Jamás" Respondió Mu Deas en un tono ofendido y desesperado: "Cuando nuestras parejas mueren, nosotros nos quedamos sin alma, el corazón se rompe y morimos junto a ellas, nosotros solo tenemos una pareja para toda la vida".

"Con mayor razón debes elegir bien a tu pareja, conoce más mujeres y distingue cuál es la correcta,no solo te dejes impresionar por la primera chica que conoces".

"¿Crees que los machos andamos buscando una hembra y otra? No es así, el destino nos une a ella y solo una tenemos para el resto de nuestra existencia".

Ming ue ya no dijo nada, escuchar a Mu Deas le hizo comprender la gran desventaja que los machos tenían en ese mundo, parecía un poema para una mujer, pero si ellos elegían  a su cónyuge de forma errónea, el precio a pagar era demasiado alto.

"De acuerdo, de acuerdo, ya no quiero discutir tus términos, solo te pido que seas paciente, te agradezco salvar mi vida y custodiarla hasta este momento, pero si en algún momento, conoces a una mujer a la cual quieres convertir en tu cónyuge, yo no me voy a interponer".

Mu Deas no replicó, la pequeña hembra no creía en sus palabras, él ya había entregado su corazón a ella y solo quería que parte de su alma quedara grabada en la de Ming ue, ese lazo inquebrantable que  solo la muerte puede terminar.

Con la rutina del día anterior, comenzaron a deshidratar la carne y a curtir las pieles, Ming ue terminó de cultivar los girasoles y el futuro parecía incierto.

La bella y las bestias 2. Fan ficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora