La bella y las bestias 2. Fan fic

Capitulo 92: Llegada al Oasis

"Ya es tarde, tenemos que ir a la facultad".

"Si...me la pasé muy bien".

"Igual yo...ahhh... olvidé lo bien que se siente salir a beber ¿No chicas?".

"Si Minnie, parecías una abuela encerrada  en tu habitación, dime ...¿Vas a dormir con alguien? Eres una sucia jajaja".

"Claro que no, estás loca, no soy tu jajaja".

"Vamos Minnie....hay ....que....llegar... temprano".

"No me dejen...chicas...esperen".

Ming ue lloraba en la tienda de Campaña, Paran de inmediato despertó, abrazó a su compañera y secó sus lágrimas.

"Ming ue¿Estás bien? despierta".

Ella se abrazó del cuerpo de su compañero, las dos pequeñas estaban a su lado.

"Paran...sniff... soñé con mis amigas, salíamos a divertirnos, a una fiesta...yo ...Paran...buaaa".

Ming ue no dejó de llorar hasta que se quedó dormida, el leopardo la tenía envuelta entre sus brazos.

Mientras acariciaba el rostro de su compañera, sus lágrimas aún resbalaban por sus mejillas, ella suspiraba con tristeza.

"¿Qué recordaste Ming ue?¿Qué te hizo llorar hasta dormir?¿Ya no nos amas y quieres abandonarnos?" - cuando esa idea cruzó por su mente, el corazón de Paran se congeló .

"Moriré antes de perderte, apenas te encontré y no quiero que me dejes, no como me dejó mamá...".

Al recordar a su madre, Paran lloró amargamente, era un cachorro cuando ellos desaparecieron, todo el mundo que conocía desapareció en un instante, el calor de su hogar, el cariño de su padre, el amor de su madre, todo se esfumó. Con fuerza abrazó la delicada figura que sostenía e inhaló el perfume de su cabello.

Ming ue sintió la respiración de Paran en su cuello,  lágrimas resbalaban por su cabello.

Una delicada mano acarició las orejas del leopardo, de inmediato , su imponente compañero se abalanzó a sus labios.

"Ahh..." - Ming ue tomó un poco de aire, su cónyuge la devoró con avidez.

Suavemente, la mano de Ming ue recorrió los enormes pectorales de Paran, eran fuertes y muy firmes, sus bellos pezones estaban rígidos y sobresalían audaz mente.

Hambrienta Ming ue los devoró, saboreó lentamente aquellos lindos pezones, Paran disfrutaba el calor de la lengua de su compañera.

La boca de Ming ue recorrió el abdomen marcado de Paran, el sabor de su piel aún tenía el calor del sol abrazador del desierto, el sabor salado de su sudor y  la suavidad inconfundible del leopardo.

Poco a poco , la lengua de Ming ue llegó hasta el enorme sable de Paran, este palpitaba ferozmente, gotitas escurrían sensualmente por todo su miembro, las venas gruesas sobresalían furiosas. Ella estaba hambrienta y Paran estaba listo para ella.

Despacio, Ming ue se subió en Paran, disfrutó cada segundo mientras él se deslizaba dentro de ella, solo con su entrada ya la había penetrado hasta lo más profundo de su ser.

Ella estaba arriba, ella dirigía, sus caderas comenzaron a moverse, Paran disfrutaba de los movimientos sensuales de su compañera.

"Paran...ahhh...estás muy adentro...ahh".

Su suave voz susurraba en sus orejas, su cálido aliento lo aturdia.

Bajo el cielo estrellado del desierto, con el ligero resplandor de la fogata, ambos cuerpos se fusionaban en uno solo, Paran era paciente y considerado, adoraba ver el rostro de Ming ue cuando disfrutaba de su cuerpo, ella se movía, sus caderas tenían el ritmo para hacerlo enloquecer, cuando finalmente quedó satisfecha, Paran dulcemente la recostó boca abajo, había pieles que la protegían de la arena, las niñas dormían profundamente en la tienda, ese momento era para ellos dos.