Capítulo 1

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Entro en el salón, metida en mi nuevo vestido, y espero a que Rachel comience a soltar sus característicos grititos de alegría. A penas puedo respirar dentro de esto y me pican las piernas por culpa de las medias. Pero si me quejo, aunque sea sólo un poco, Rachel se pondrá de morros y se tomará demasiado en serio lo de encontrarme un chico.

—¡Perfecta! —exclama la rubia, aplaudiendo.

Miro a Xander, y éste no tarda en desviar la mirada hacia la televisión.

Suspiro. ≪Puedo hacerlo.≫

—Xa...Xander, ¿te... gusta el vestido? —pregunto reprimiendo la oleada de ira que siento.

Él arquea las cejas al mirarme de nuevo y sonríe.

—Sí, estás muy guapa.

—¡Genial! Nosotras nos vamos, no nos esperes despierto, cariño —dice Rachel dándole un beso en los labios.

Ella me agarra del brazo y tira de mí hasta la puerta. Espero que esta noche no se me haga tan larga como creo que será.

Ella me entrega mi copa mientras nos quedamos apoyadas en la barra a la espera de visualizar al chico perfecto para una noche, porque, según ella, es lo que necesito; ≪Un polvo de una noche.≫ No sé cómo hacerlo, yo sólo he estado con... él. Dios, ni emborrachándome puedo olvidarlo. No pienso ser una de esas chicas que se quedan sin vida por una ruptura, él no va a volver y no puedo desperdiciar el tiempo esperándole.

—No pienses en él —me regaña.

—No lo hacía —miento.

—Has puesto la cara de pensar en él —replica con el ceño fruncido—. Bebe y yo me encargo de buscarte a uno que te quite las penas.

Apuro mi copa rápidamente y Rachel me pide otra. No creo que deba beber tanto, pero me será más fácil soltarme si estoy como una cuba. El camarero el guiña el ojo a mi amiga cuando le da mi otra copa y ésta comienza a reírse.

—¡¿Cómo pretendes que ligue a tu lado?! —le pregunto gritando por encima de la música.

—Quitando esa cara de pena que tienes y sonriendo un poquito.

Asiento y sonrío. Ella levanta los pulgares y me pasa mi copa llena de Coca-Cola y ron. Con cada sorbo las luces se hacen más brillantes y la música suena mucho más alto. Tras varias copas más y unos cuantos chupitos me decido a salir a bailar.

—Me voy a la pista —digo arrastrando las palabras.

Ella hace un gesto de aprobación.

Camino entre la gente para quedar en el centro de esta tremenda marea de personas borrachas que bailan y siguen bebiendo. Intento dejarme llevar, pero me siento un poco estúpida por estar bailando sola. Él va desapareciendo de mi mente poco a poco, se va desvaneciendo con da movimiento y se esfuma del todo cuando unas manos se posan en mis caderas y mi espalda queda pegada al pecho de alguien. Le miro por encima del hombro y me encuentro con los ojos negros de un chico moreno, que me sonríe con petulancia.

—Nena, no te cortes —dice, y me doy cuenta de que me he quedado parada—. No es posible que seas vergonzosa para bailar y no para llevar este vestido.

Dejo de mirarle y comienzo a moverme contra él. Noto su sonrisa cuando pega los labios a mi oreja, haciéndome estremecer. ≪¿Cómo podrá la gente hacer esto sobria?≫

Él me aparta el pelo del cuello y desliza una de sus manos hasta mi trasero. Me pega aún más a él, haciendo que nuestros cuerpos estén en contacto con cada movimiento.

Déjame Amarte © [UME #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora