Llamo un par de veces y la puerta se abre al instante.
—Me he olvidado las llaves del coche y el móvil —murmuro evitando su mirada.
Él no dice nada: se aparta y me deja paso.
Camino rápidamente hasta la habitación y cojo mis cosas de la mesita de noche. No me puedo creer que esté pasando esto. ¿Después de todo lo que hemos luchado vamos a dejarlo sin más? A ver, puede que me haya dejado llevar antes y haya dicho cosas en caliente de las que no me sienta orgullosa, pero ¿y él? Es decir, yo me estaba disculpando cuando Sawyer empezó a gritarme.
Me muerdo el labio y suspiro. Dios, estoy agotada. Me siento en el borde de la cama y cierro los ojos. Creo que tanto estrés me está dejando exhausta.
—¿Te encuentras bien? —me pregunta Sawyer.
Cuando abro los ojos me lo encuentro apoyado en el marco de la puerta.
—Eh... sí.
Me levanto, guardándome mis cosas en los bolsillos del pantalón, y paso por su lado conteniendo el aire. No entiendo por qué estoy tan estúpida últimamente. Me paro en seco y me paso la mano por la frente.
—En serio, ¿estás bien? —me vuelve a preguntar frotándome los brazos.
—Sí.
—Genial —murmura y hundo la cara en mi cuello.
Cojo aire súbitamente cuando su lengua comienza a lamer la piel de mi cuello y me tenso de arriba abajo.
Sawyer me da la vuelta rápidamente, me besa con fuerza y me coge en brazos para llevarme a la habitación. Sus fuertes brazos me dejan en la cama y se quita la camiseta antes de subirse encima de mí y despojarme de la mía de un tirón.
—¡Sawyer! —exclamo sorprendida.
—Sí, nena —gruñe hundiendo la cara en mi cuello y atrapando mis pechos entre sus manos.
Cierro los ojos y me muerdo el labio con fuerza mientras sus dedos se deslizan hasta los corchetes de mi sujetador.
—Dios, Megan —jadea y deja un rastro de besos hasta llegar a mis pechos—. Megan...
—Sawyer, Dios mío —gimo arqueándome bajo su cuerpo.
—Megan, Megan...
Entierro los dedos en su pelo y tiro de él cuando atrapa un pezón entre sus dientes.
—Megan, Megan, despierta.
Abro los ojos y frunzo el ceño.
—¿Cómo?
—Despierta. Megan, despierta.
—Despierta —susurra Sawyer a mi lado.
La luz del fluorescente me deja sin visión durante unos segundos hasta que consigo ubicarme. Estoy en una habitación rodeada de máquinas. ¿Estoy en un hospital?
Hago una mueca de dolor y me llevo una mano a la nariz, donde tengo una venda.
—¿Qué ha pasado?
—Eh... Cuando cerré la puerta te... te di... en la nariz. Lo siento —dice Sawyer haciendo una mueca—. Te he dado un golpe muy fuerte, ¡sin querer, claro!
—Ya... ya. Estoy algo... cansada.
—Te han puesto un sedante para el dolor —me explica entrelazando nuestro dedos—. El médico me ha mirado muy mal cuando le he explicado lo que ha pasado.
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Déjame Amarte © [UME #2]
ChickLitSINOPSIS 2ª Temporada de la #TrilogíaUnMaravillosoError Dolida, rota, así es cómo me siento. Su traición me está consumiendo y pretende acabar conmigo. Todavía me cuesta creer que me haya engañado. Pensé que me quería, que le importaba, pero está cl...