Capítulo 9

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[Sawyer en multimedia]


Corro hasta mi madre y le doy un fuerte abrazo. Últimamente no la he visto, pues tenía mucho trabajo pendiente, y la he echado mucho de menos.

—¡Ay, cuánto te he echado de menos! —Dice rodeándome con fuerza—. ¿Cómo estáis? —nos pregunta a ambos.

—Mejor, gracias —responde Collin con las manos en los bolsillos y con las mejillas rojas.

Mi madre se acerca a mí con una sonrisa en los labios y susurra:

—¿Estáis saliendo?

—Eh... sí.

Nos mira a los dos sin borrar su sonrisa.

—Ay... qué guapos estáis. ¿Qué tal están tus padres, Collin?

—Bien, ya no están tan asustados —responde incómodo.

Mi madre asiente y suspira.

—Siento no poder pasar el fin de año contigo, cariño —dice bajando la mirada—. Ya sabes, el trabajo...

Niego con la cabeza y la abrazo con fuerza. El fin de año es sólo un día más, puedo pasar más días con ella. Suficientes problemas tenemos como para preocuparnos de un estúpido día en el que sólo se bebe y se come.

Ella mira su reloj de muñeca y suelta una exclamación.

—¡Llego tarde!

Se despide rápidamente de nosotros antes de alejarse corriendo. ≪Mejor verla cinco minutos que nada.≫ Collin me rodea los hombros con un brazo y me da un beso en la frente antes de empezar a caminar. Le doy patadas a las montañitas de nieve que se acumula en la acera. Ahora que lo pienso... mi padre lleva varios meses en la cárcel y todavía no he ido a visitarlo. Lo echo tanto de menos... No sé cómo pudo hacer aquello —y lo mismo me pregunto del señor Barker—. Suspiro apoyando la cabeza en el brazo de Collin mientras él me acaricia la mejilla con el dedo.

Un taxi para delante de nosotros, y doy un respingo cuando una de las puertas se abre de golpe, quedándose a escasos centímetros de mí. Collin me agarra con fuerza y me pregunta si estoy bien mientras mis oídos están pendientes de la voz que proveniente del interior del coche.

—...¡Yo haré lo que me salga de los cojones!... ¡No, Nathan, no eres nadie para mandarme!

Doy un paso hacia atrás automáticamente cuando veo una cabellera rubia salir del taxi. ≪Ay, Dios mío.≫ Sawyer sale del coche con cara de pocos amigos mientras habla por teléfono. Inconscientemente me aferro con fuerza a la mano de Collin mientras le veo pasar a cámara lenta frente a mí. Está de espaladas a mí, sacando de la cartera un par de billetes para el taxista, que le ha sacado las maletas. Giro la cabeza unos segundos para darme cuenta de que estamos frente al Cesar Palace mientras su voz sigue retumbando en mi cabeza.

—¡Nathan, tú no eres...! ¡Que no lo eres, joder!... ¡La herencia es mía y me la gasto como quiero!... ¡Esa no es excusa, no eres el único que le echa en falta!... Adiós, Lewis, que te den mucho por culo.

Collin agita una mano frente a mis ojos mientras Sawyer camina con sus maletas hasta la entrada del hotel.

—Megan, ¿estás bien? —me pregunta Collin cuando Sawyer ya está unos pasos más lejos de nosotros.

≪La única que lo ha estado pasando mal he sido yo por lo que veo.≫

—Sí —respondo.

Mi corazón da un brinco —por lo cual me regaño a mí misma— cuando él se para en seco. Cuando sus piernas dejan de caminar hacia la entrada del hotel, cuando hay una pequeña posibilidad de que no me haya vuelto invisible para él y que realmente lo haya pasado tan mal como yo. Gira la cabeza lentamente para mirarme por encima del hombro. Su tez blanca persiste y sus rasgos rectos y bien definidos también. Su cabello rubio se alborota con el azote del viento y sus ojos grises me miran con esperanza. Pero viajan hasta Collin, perdiéndola por completo para ser sustituida por la confusión.

Déjame Amarte © [UME #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora