Déjame Amarte © [UME #2]

Capítulo 12

[En multimedia Rachel, Candice Swanepoel]

—...Tres, dos, uno, ¡cero!

Todos aplaudimos ante la llegada del año nuevo y bebemos de nuestras copas. Collin me pilla desprevenida y aprovecha para plantarme un beso en los labios. Me quedo mirándole boquiabierta mientras él esboza una sonrisa. Poco a poco las comisuras de mis labios se elevan y mis mejillas se sonrojan. Coge su copa y la choca suavemente con la mía para brindar por el año nuevo.

Rachel corre hasta mí y me da un fuerte abrazo, que hace que derrame mi bebida sobre el vestido que me he puesto. Ya se ha bebido un par de copas antes de la cuenta atrás y estaban bastante cargadas de ron.

—¡Te quiero! —grita entre risas, arrastrando las palabras.

Xander suspira la aparta de mí cuando ve que estamos a punto de perder el equilibrio por los tambaleos de mi amiga.

—¡A ti también te quiero, cariño! —exclama besando efusivamente a su novio.

Me da un vuelco al corazón cuando comienza a vibrarme el móvil en el bolsillo, pero suspiro al leer el nombre de Mary en la pantalla. Descuelgo.

—¡Feliz año nuevo! —exclaman ambas hermanas a la vez a través de la línea.

—Feliz año nuevo, chicas. Cómo me alegro de oíros —digo sonriente. Las echo muchísimo de menos—. ¿Cómo van las cosas por allí?

—Van mejorando —responde Mary mientras escucho los gritos de su hermana de fondo—. Estamos en una fiesta y Chris se ha puesto ciega de chupitos, imagínate... ¿Qué tal por allí?

Collin me rodea la cintura con un brazo y me conduce hasta el sofá para sentarme entre sus piernas, pegando mi espalda a su pecho mientras Sean zapea en busca de algún programa decente a estas horas. Miro a Collin de reojo, que me besa en las comisuras de los labios.

—Por aquí las cosas también van mejorando —digo sonriente y le miro a los ojos—. Tengo novio.

Tras una exclamación de sorpresa, Mary se separa un poco del móvil para avisar a su hermana a gritos de lo que acabo de decir. Si ella se ha sorprendido de tal forma, no quiero ni imaginarme cómo reaccionará Christina. Tras la llegada de la hermana menor a la conversación, llegan tacos y un montón de pregunta ininteligibles por su dificultad a la hora de pronunciar todas y cada una de las palabras. Intento explicarle cómo ha ocurrido, pero me abordan con más preguntas hasta que me piden que les pase a Collin. Suspiro y le miro por encima del hombro, tendiéndole el móvil.

—Ponte —digo.

El frunce el ceño mientras coge el móvil muy lentamente.

—No será el loco de antes, ¿verdad? —pregunta mirándome con recelo.

≪No es ningún loco.≫

—Noooo, tonto —digo poniendo los ojos en blanco—. Son mis amigas de Miami. Mary y Christina. ¡Ponte, que no tienen paciencia ninguna!

Se coloca el móvil en la oreja y pasa un buen rato, callado y escuchando las palabras de mis amigas. No deben de estar diciéndole cosas muy bonitas, pues sus ojos no deja de abrirse y cuando cuelga me entrega el móvil rápidamente.

—¿Pasa algo? —pregunto dejando el móvil sobre la mesita de café que hay entre el sofá y el televisor.

—Muy... muy majas tus amigas —comenta asintiendo lentamente—. Nada más ponerme el móvil en la oreja me han advertido de que si te hago daño iban a venir y me iban a capar. Han dicho otras cosas, pero eran demasiado desagradables como para repetirlas.