Capitulo 3

3K 279 29
                                    

"¡Midoriya!" Hadou exclamaría emocionada mientras se abalanzaba con su abanico de preguntas. "¿Como estuvieron tus clases? ¡Si necesitas ayuda, yo puedo ayudarte con alguna materia!" La chica se ofrecería al servicio de su Kohai. Izuku aún no lograba acostumbrarse a lo enérgica que era la chica, eventualmente lo haría, pero por ahora era demasiado pronto.

"C-Creo que estoy bien, n-no se preocupe Hadou-Senpai." Izuku respondería, ahora mismo no tenía a Mirio para salvarlo de las garras de la chica. "¿Y M-Mirio-Senpai?" El pecoso preguntaría por su mayor, se suponía que él debía venir con ella. "Togata llegará un poco más tarde, le surgió un pequeño inconveniente." Hadou explicaría con calma, pero su alma voraz quería bombardear al chico con preguntas.

"¿Q-Qué haremos mientras llega?" El niño preguntaría. Realmente no sabía que hacer si Mirio no estaba ahí, después de todo el era quien tenía siempre la pauta de entrenamiento. "Mmm, ¡Ya se!" Una ampolleta se iluminaria en la cabeza de Nejire. "¡Hablar sobre la vida! Quiero conocerte más." Aquí iba de nuevo, su gran temor se hacía realidad.

"¿Cómo llegaste a U.A? ¿Por que siempre te rompes los huesos cuando peleas? ¿Quieres venir a mi agencia? ¿Como te ha tratado Mirio en este tiempo? Aún tienes tiempo para cambiar de decisión." La chica le guiñaria un ojo, izuku sentía un remolino pasar por su cabeza, ¿Como iba a responder todo eso? Imploraba por que Mirio viniera a salvarlo como solía hacerlo siempre, pero eso no ocurriría. Nejire se había encargado de eso.

"¡Ayuda!" Alguien pedía auxilio, al parecer estaba siendo perseguido por aizawa sensei, "¡Devuélveme a mi gato togata!" El héroe exclamaría furioso, Mirio no entendía como había llegado hasta aquí, había caído en la sucia trampa que Nejire le hizo. "Esto no se quedará así..." El rubio diría en voz baja mientras trataba de safar de la persecución en la que estaba involucrado.

"Waaaaaa." Izuku comenzaría a llorar cómicamente mientras la chica continuaba bombardeando su cabeza de preguntas, el sentía que en este preciso instante era la personificación de algún país de medio oriente. "¡A mi me encanta el katsudon!" Espera, había dicho ¿Katsudon? "A mi también, es demasiado delicioso." Izuku respondería sin tartamudear, ese detalle no sería pasado por alto.

"No tartamudeaste, creo que ya me estás teniendo confianza, jiji." La Peliceleste comentaría risueña mientras veía con una sonrisa al pecoso. "F-Fue por i-instinto." El peliverde explicaria, había vuelto a la normalidad. "Tu tomo 3 es increíble Midoriya-Kun, me sorprende lo observador que eres." La niña de ojos celeste alagaria el trabajo del chico, que, un poco sonrojado trataba de obviar la mirada de el rostro de la chica.

"Maldición, ella es muy linda." El chico inconscientemente diría en voz baja, casi como un susurro, lamentablemente no lo suficientemente bajo para que Nejire no lo escuchará. "Gracias, es bueno saber que crees eso de mi." La niña diría haciendo que el chico explote de vergüenza. "¡L-Lo siento! ¡L-Lo dije sin pensar! ¡Perdón!" El pecoso trataba de disculparse con la chica, aunque a esta parecía no importarle mucho lo que dijo el chico.

Hadou solo atinó a apretar sus cachetes hasta dejarlos rojos. "Eso es por lo de la otra vez, no creas que se me olvidó." La Peliceleste comentaría con una sonrisa. "Eres divertido Midoriya-Kun, Mirio tiene suerte de haberte convencido primero." La chica haría un puchero, al menos se había vengado por eso, seguramente Mirio en este instante estaba pasando por una tortura poco imaginable para cualquiera.

"¡Le juro que pensé que era un gato cualquiera! ¡No podría robarle a su gato sensei!" El rubio trataría de explicar sin mayor éxito, "Sabes, las salas están un poco sucias..." El héroe diría con algo de malicia mientras Mirio abría los ojos. "¡Te ordenó que limpiez todas las salas de U.A esta semana!" Aizawa le dejaría una gran tarea al rubio que comenzaba a reír para no llorar. "Maldita Hadou, te juro que esto no se quedará así, resiste izuku, resiste..." El chico comentaría con sentimentalismo, unas cuantas lágrimas eran derramadas por el rubio que imaginaba todo lo que Nejire estaba haciéndole a su "Hermano menor".

"¿Por qué tiene el cabello tan largo?" Izuku preguntaría para quitarse la duda. "Yo hago las preguntas aquí." Nejire diría seria, el chico no dudaría en disculparse rápidamente. "¡P-Perdón!" Hadou solo comenzaría a reírse a carcajadas mientras una gota de sudor recorría la frente del peliverde. "Es broma Midoriya-Kun." La niña explicaría, está se detendría un momento para limpiarse las lágrimas que salían de sus ojos por la risa.

"Me gusta mi cabello largo, creo que me queda bien. ¿Tu que dices?" La chica volvería a llevarse el dedo índice sobre sus labios, eso definitivamente se estaba convirtiendo en algo demasiado tierno para el propio izuku que sonreía por la acción de la chica. "L-Le queda bien H-Hadou-Senpai." El peliverde respondería sin dejar su timidez de lado, quizás en algún momento se terminaría acostumbrando, solo quizás.

"Odio que haya tanta calor en estas épocas." La chica se quejaba por las temperaturas, "¿Eres team invierno?" Izuku preguntaría sin ningún signo de timidez. "Como toda persona de bien." La niña respondería con esa sonrisa tan resplandeciente que siempre llevaba consigo. "¿Por que siempre sonríe? ¿Acaso siempre está feliz?" Izuku se preguntaría en voz baja, para su suerte esta vez Hadou no logro escucharlo.

"¿Mmm?" Una notificación desde su celular le advertía algo. "¿Que?" La expresión tan amable y sonriente que cargaba consigo había desaparecido, siendo reemplazada por una más bien preocupante y desalentadora. "¿Esta bien Hadou-Senpai?" Izuku preguntaría un tanto confundido por el cambio tan repentino. "Me tengo que ir, nos vemos otro día." La chica igonoro completamente la pregunta del chico, está saldría del gimnasio dejando solo al peliverde que se preguntaba que había pasado.

"Supongo que le ocurrió algo, ojalá no haya sido algo malo." El chico diría para si mismo mientras abandonaba también el lugar, dejando la incertidumbre presente...

Por eso vineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora