Capitulo 70

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Tenía su espalda llena de quemaduras que le hacían retorcerse de dolor en el suelo mientras escuchaba pasos acercarse. "¿En serio creíste que Ochako Uraraka se mostraría tan fácil? Solo un idiota como tú podría caer en una trampa como está. Sabíamos que estarías cegado por la ira, por eso la utilizamos como carnada." El peliblanco comentaría con una gran sonrisa. Aprovechando la lluvia para apagar el humo que producía su cuerpo cada vez que utilizaba su peculiaridad.

"Tsk, M-Maldita traidora." Izuku intentaría ponerse de pie pero recibiría otra llamarada de fuego directo en su espalda. "¡Aghhh!" Definitivamente era un dolor indescriptible y parecía estar arrinconado. "¡Deku-kun!" Toga exclamaría mientras se lamía los labios viendo con deseo al chico. "Yo tambien quiero jugar contigo, dame un poco de tu sangre~." La rubia ordenaria abalanzandose contra el.

"¡Gaghh!" Otro grito de dolor ahora por sentir como el cuchillo de la chica era enterrado en su pierna. Esto parecía más bien una tortura y no tenía como defenderse, estaba débil, lo suficientemente débil como para no poder hacerle frente a una manada de víboras. "Chuchu, chuchu." La niña comenzaría a extraerle sangre mediante una jeringa mientras tenía un rostro perverso.

"No te pases Toga, recuerda que debemos llevarlo con el jefe, lo necesitamos vivo." Toya comentaría haciendo que la rubia se aleje un poco del niño que agonizaba de dolor mientras se arrastraba por el suelo. "Aún no entiendo cuál te su fascinación por acabar así. Eres un inútil, Izuku Midoriya." El villano diría algo indignado por la ingenuidad del chico.

"¿Y l-la tuya cual es? ¿V-Vengarte de tu familia? Jajaja." Izuku reiría burlándose del peliblanco que estallaba de ira. "¡Silencio Acéfalo con pelo de lechuga!" Toya exclamaría lanzándole otra llamarada, ahora en su torso. "¡Deku!" Ochako parecía preocupada por el niño, sorprendiendo a todos los ahí presentes.

"¿Uhm? ¿En serio estás preocupada por este insignificante ser?" El villano le preguntaría con una gran sonrisa que tenía malicia pura. "N-No es necesario que lo lastimen tanto. Y-Ya no puede pelear." Ochako argumentaria sacando de quicio al peliblanco que le apuntaba con su mano a Izuku. "Si tanto te importa entonces vete con el, oh, verdad, el tampoco quiere estar contigo." Esa risa tétrica inundaba el aire del lugar mientras le lanzaba otra llamarada de fuego al chico que comenzaba a perder lentamente el conocimiento.

"¡Detente!" Uraraka exigiría empujando al peliblanco hacia atrás para que no siguiera torturando al pobre chico. "¡Quítame tus sucias manos de encima maldita perra!" Toya exclamaría poniendo su mano sobre el brazo de la castaña, quemándose al instante mientras caía al suelo algo adolorida.

"M-Maldicion, soy un estupido, no tengo escapatoria." El pecoso diría mentalmente analizando la situación en la que se encontraba. Definitivamente no era el más optimista, tenía clara su posición dentro del tablero de ajedrez, pero tampoco podía hacer tiempo hasta que alguien llegará a su rescate, porque seguramente nadie llegaría. En términos generales, estaba frito.

"P-Perdoname Nejire-Chan, soy un idiota, perdoname, lo siento tanto." El pecoso se comenzaba a lamentar previendo su futuro, dejándose caer en un mar de lágrimas que solo eran camufladas por la lluvia, aunque sus lágrimas eran susceptiblemente visibles para el peliblanco. "¿Estas llorando? ¿Estas asustado? ¡Estas son las cosencuencias de tu egocentrismo! ¿¡Creíste que podrías solucionar todo tú solo!? ¡Pues te equivocaste!" Después de todo, quizás el tenía razón. Se había cegado tanto que dejó a todos sus amigos y novia de lado, ahora estaba algo arrepentido de esa decisión.

"M-Maldicion, n-nadie llegará a salvarme, estoy perdido." Izuku susurraría alegrando aún más al villano que comenzaba a aplaudir como un auténtico desquiciado. "Suplicando por ayuda, igual que tu madre aquel día. De tal palo tal astilla." ¿En serio había dicho eso? ¿En serio el se había osado a decir eso? Jamás se lo perdonaría.

Los ojos del peliverde desorientados seguidos de un grito lleno de ira eran el indicio clave de que había cometido un error. "¡Te mataré!" Izuku aseguraría mientras le conectaba un golpe con el 100% del One For All, rompiéndose el brazo al instante. "¡Te mataré!" Volvería a repetir el pequeño héroe que comenzaba a acribillar al peliblanco contra la pared del callejón en lo que era una sangrienta escena.

"Quedate en tu lugar niño." Spinner por fin hablaría pateando con fuerza la cabeza del pecoso que salía disparado contra la pared. "¡Maldito mocoso!" Toya ahora sí estaba enfadado, lo suficientemente enfadado como para querer matarlo en ese preciso instante. "¡Me las pagarás!" Estaba totalmente fuera de sí y se podía notar a simple vista, lo otro que también se podía notar a simple vista era su boca completamente partida y ensangrentada.

"¡Aghhh!" Todo su cuerpo estaba lleno de quemaduras, definitivamente quedaría lleno de cicatrices si es que seguía con vida. A duras penas podía seguir consciente, lo que dejaba en evidencia una vez más su gran resistencia. "Terminemos con este estupido juego de una buena vez." El peliblanco comentaría preparado para terminar con todo en este preciso instante.

"Estas acabado, no tienes oportunidad contra nosotros." Dabi afirmaría con una sonrisa siniestra. Sus chances de escapar eran prácticamente nulas, el había sido demasiado necio, nunca debió haber ido a la boca del lobo exigiendo explicaciones, menos estando herido, ahora lo iba a pagar caro. "Shigaraki y All for One estarán muy contentos de verte." El peliblanco comentaría mientras encendía una llamarada de fuego que pretendía lanzarle sin ningún tipo de remordimiento. "¡Dulces sueños Izuku Midoriya!"

"¡Gaghhhhh!" Un grito de dolor se escucharía proviniendo del callejón. "¿E-Eh?" Izuku parecía estar estupefacto, incrédulo, si dar crédito a lo que sus ojos veían. "¡Maldito bastardo, se suponía que tú estabas muer...!" No alcanzaría terminar de hablar porque nuevamente recibiría otro golpe ahora en su rostro, que lo mandaría a volar unos cuantos metros.

Esa capa roja, ese cabello rubio, su espalda que enaltecía su robusta figura, ese traje blanco con un estampando en el pecho que decía 1.000.000 y esa sonrisa radiante que siempre traía consigo. No había ningún tipo de dudas, era el. "¿Me extrañaste... Bro?"

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Llámenme loco, pero el capítulo 35 fue la última vez que se le vio. Hoy, 35 capítulos después, está de regreso. Así es, me espere hasta este capítulo solo para eso. El hijo de puta regreso.

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