Capitulo 17

2.2K 221 29
                                    

"¿Te puedo hacer una pregunta Nejire?" La mujer diría mientras sostenía su taza de té con delicadeza y bebía un sorbo. "Claro señora Midoriya." Hadou respondería un poco relajada, a decir verdad un buen té de jazmín era un calmante relativo para su inquieta personalidad. "¿Tu y mi pequeño bebé están saliendo?" Inko preguntaría tranquilamente dejando su taza sobre la mesa.

"Jiji, ¿Por que lo pregunta?" La chica respondería mientras hacia su gesto característico, llevarse el dedo índice sobre sus labios. "Quiero decir, el jamás ha tenido tal cercanía con una chica. Me sorprendió demasiado cuando vi que te estaba abrazando, es algo que mi pequeño Izuku jamás haría." Inko explicaría tomando un bocadillo que había encima de la mesa.

"La entiendo, he de admitir que no es la primera persona que me hace una pregunta similar, pero puedo comprender el por qué de su pregunta." La peliceleste haría una pausa tomando una cucharada de su té, para luego proseguir con su respuesta. "Es reconfortante estar cerca de ese niño tan revoltoso, jiji." Nejire recordaba el pequeño encontronazo que tuvo el chico con Amajiki.

"Siendo totalmente sincera con usted señora Midoriya... El tiene algo especial que llama mi atención." Hadou dejaría escapar una sonrisa mientras continuaba. "Midoriya-Kun vino a mi cuando las cosas se pusieron difíciles, de alguna manera esos pequeños detalles los valoro, perfectamente pudo haber desistido, pero no lo hizo. Ese algo que llama mi atención es su sorprendente capacidad para lograr todo lo que se propone sin importar las adversidades que pueda tener en el camino, lo pude notar desde la primera vez que lo vi en el festival deportivo a principios de año. Estaba en una seria desventaja contra su rival y de todos modos siguió adelante, cuando lo vi creí que era divertido, luego me di cuenta que era una cualidad tan maravillosa y propia de el. Quería agradecerle a usted por haber criado a un chico tan bueno como Midoriya-Kun." Nejire tomaría las manos de la mujer en señal de agradecimiento.

"Jiji." Inko negaría con la cabeza mientras sostenía las manos de la niña. "Eres una buena chica." La señora comentaría con algunas lágrimas amenazando salir de sus ojos color esmeralda. "No he podido verlo mucho en este tiempo, supongo que me he perdido parte importante de su crecimiento, pero asegúrate de mandarme actualizaciones, aquí está mi número."  La mujer anotaría su número en un papelito pasándoselo a la peliceleste que lo recibía con amabilidad.

"¡Mi bebé, despertaste!" Inko exclamaría viendo al chico resfregarse los ojos mientras salía de su habitación. "Así que n-no era un s-sueño." El peliverde comentaría un tanto somnoliento. "Claro que no tonto Midoriya-Kun." Nejire respondería con una risita por las palabras del niño.

"Ven aquí, de seguro estás muerto de hambre, come algo." Inko Ordenaria mientras le servía unos cuantos bocadillos a su hijo. "Gracias mamá." El peliverde respondería con una sonrisa, mentiría si decía que no extrañaba la amabilidad de su madre. "Tu mamá prepara unos bocadillos demasiado deliciosos." Hadou comentaría alegre por la llegada del chico.

"P-Por supuesto, aunque su mejor platillo es el k-katsudon." El niño respondería un poco tímido. "Es la comida favorita de izuku, siempre que tenía un mal día le preparaba katsudon y automáticamente se le dibujaba una sonrisa." Inko explicaría un tanto risueña. "Aww, ahora a mi también me dieron ganas de probar su katsudon." Nejire confesaria mientras un puchero se formaba en su rostro.

"¡Claro! La próxima vez que vengas ten de seguro que te esperare con un buen katsudon." La mujer diría con una sonrisa, izuku a pesar de la vergüenza que sentía por la situación, sentía una felicidad inexplicable al ver a su madre tan contenta. "¡Gracias señora Midoriya!" La niña comenzaría a dar pequeños saltitos de emoción por la invitación que la mujer le había hecho.

"Fue un gusto poder venir aquí y charlar con usted, fue un cumpleaños muy agradable." Nejire comenzaba a despedirse debido a la hora. "Igualmente, ojalá vuelvas pronto, cuida a este niño revoltoso por mi." Inko pediría mientras le daba un pequeño tirón de orejas a izuku que no entendía porque recibía eso. "A-Auch." El peliverde se quejaria.

Por eso vineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora