Capitulo 38

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"¿Mirio?" Amajiki preguntaría viendo al rubio tirado en el suelo desangrandose.

"¡Mamá!" El niño pelinegro gritaria para llamar la atención de su madre. "¿Si hijo?" La señora preguntaría bajando por las escaleras. "¿Mirio puede quedarse a dormir esta noche?" Amajiki consultaría con una sonrisa nerviosa mientras el rubio estaba a sus espaldas esperando alguna respuesta. "Por supuesto mi pequeño Tamaki-kun." La mujer respondería amablemente acogiendo al chico en su casa.

"Wow, ¡Eres increíble Mirio-kun!" Tamaki diría con estrellitas en sus ojos al ver como el rubio atravesaba el televisor de su habitación. "¡Tu también lo eres Tamaki-kun!" Mirio respondería con una enorme sonrisa. "N-No lo soy, mi don es insignificante comparado al t-tuyo." El pelinegro contestaría cabizbajo mientras sentía como una mano se posicionaba en su hombro.

"No digas eso Tamaki-kun, eres el chico más genial que conozco y estoy seguro de que serás un gran héroe, ¡Juntos seremos los mejores!" Mirio comentaría ante la mirada asombrada del niño. "¡Así será Mirio-kun!" El chico respondería mientras ambos alzaban la mano y reían alegres.

"Sabes, cuando dije que no quería saber nada más de ti, no era tan literal." Amajiki diría acercándose al chico para socorrerlo. "¡Maldición! A perdido demasiada sangre." El pelinegro se maldecía mientras buscaba alguna manera de salvar a su amigo de la infancia. "Vamos Mirio, aguanta un poco más." Tamaki le pedía al rubio que no daba señales de vida.

Entonces una brillante idea se visualizó entre tanto caos. "¡Eri-Chan!" El chico exclamaría mientras corría desesperadamente en busca de aizawa y la peliblanca, el sabía que era demasiado tarde para trasladarlo a un centro hospitalario, ella era la única salvación; poco le importó ver como toda la gente a su alrededor gritaba y miraba aterrada al verlo lleno de sangre con el rubio en sus brazos.

"¡Te estás perdiendo en tu propio mundo Tamaki!"

"¡Tú tenías razón! ¡Por favor resiste, no puedes morir si aún no me he disculpado contigo!" El pelinegro rompería la puerta de el dormitorio de los profesores entrando a la sala común dejando a todos impactados con la escena. "¿¡Que fue lo que ocurrió Amajiki!?" Midnight le preguntaría alarmada por el estado crítico del rubio.

"Y-Yo no lo sé, lo encontré tirado en la alberca desangrandose y lo traje hasta aquí." Tamaki explicaría haciendo una breve pausa para tomar aire y continuar hablando. "¡Necesito a Eri-Chan!" El niño exclamaría desesperado intentando encontrar a la peliblanca que se escondía detrás de la pierna de Aizawa.

"¿S-Señor Mirio?" Eri preguntaría asustada al ver al rubio totalmente ensangrentado y cruzando la delgada línea entre la vida y la muerte. "¡Por favor Eri! ¡Por favor usa tu quirk para rebobinar a Mirio! ¡Te lo ruego!" Amajiki exclamaría desesperado siendo detenido de golpe por aizawa.

"Tranquilizate, ella no puede usar su peculiaridad a su antojo, no la presiones, la policía y la ambulancia están en camino." Lo que el héroe y profesor no se esperaba era que el pelinegro lo tomara de la camiseta encarandolo.

"¿¡Acaso no ves que está al borde de la muerte!? ¡La ambulancia no alcanzará a llegar!" Tamaki había sacado quizás su versión más valiente de el, quizás había cometido errores imperdonables, quizás se había comportado como un idiota, podía ser muchas cosas, pero jamás podría dejar morir a el que en algún momento fue su mejor amigo.

"M-Mirio-kun..." La voz temblorosa de la niña que tenía lágrimas en sus ojos indicaban lo asustada que estaba al ver a su salvador a punto de morir. "Y-Yo no quiero ser inútil, e-el es muy b-bueno conmigo..." Eri diría mientras rayos amarillos adornaban su cuerno.

"Eri-Chan..."  Aizawa murmuraria sorprendido por la capacidad de reacción de la niña. "D-Duele." La pequeña se quejaba por el intenso dolor que sentía en su cabeza, aunque eso no era impedimento para seguir rebobinando al rubio; las heridas de este comenzaron a desaparecer y con ellas vendría también el desplome de la peliblanca sobre su pecho. Luego de tanto esfuerzo simplemente no pudo seguir y se desmayó.

"¡Mirio!" Tamaki exclamaría buscando alguna reacción del rubio, aunque esto no ocurría con el pasar de los segundos. "Tranquilo, seguramente sigue inconsciente." Midnight comentaría tomando en brazos a la pequeña Eri. "Eres una heroína Eri-Chan." La maestra diría acariciando el cabello de la niña...

Actualidad

"¿E-Entonces Mirio está bien?" Nejire e izuku preguntarían al unísono. "Aquí viene el problema, no todo es alegría está vez." El detective respondería con un rostro cabizbajo. "El está inducido en coma por el golpe que recibió en su cabeza, si bien eri pudo rebobinar sus heridas y fractura craneal, no puede sacar a el joven Mirio de ese estado, eso escapa de nuestras manos." Naomasa comentaría serio. El rubio era la única persona que sabía quién había sido el perpetrador; sin el iba a ser complicado dar con el paradero de esa persona, así que lo que más imploraba era que despertara pronto.

"¡Necesitamos ir a verlo lo antes posible!" La peliceleste exclamaría un poco exaltada, lo único que quería en este preciso instante era poder ver al rubio con sus propios ojos. "Lo siento, tendrán que esperar un tiempo para eso." El detective respondería bajando los ánimos de la niña. "¿Por qué?" Nejire preguntaría cabizbaja por la respuesta del hombre.

"Es por un tema del procedimiento que debemos llevar a cabo, pero les prometo que en cuanto me den el 'Si' les avisaré." Tsukauchi le devolvería la esperanza a la chica que asentía con la cabeza. "Gracias por su ayuda chicos, me gustaría poder trabajar en conjunto con ustedes en esta investigación, cualquier novedad que tengan no duden en contactarme, toda información es útil." El hombre agradecía la colaboración de los estudiantes en el caso.

"Así será detective, créame que no descansaré hasta encontrar a esa persona y cuando lo haga..." No alcanzaría a terminar de hablar ya que izuku le había puesto la mano en su boca haciéndola callar. "G-Gracias detective, estamos en contacto." El peliverde diría un poco nervioso, sabía que la chica podía decir algo que no debía.

"Nos vemos chicos, cuídense, recuerden que esta persona podría tomar represalias contra ustedes, no confíen en nadie." El hombre le aconsejaba. "T-Tomaremos las precauciones." El chico respondería sin quitar su mano de la boca de la peliceleste. "Adiós detective." Izuku se despedía del hombre arrastrando a Nejire consigo hasta un pasillo.

"¿¡Por que hiciste eso!?" La chica preguntaría con un puchero, aunque eso no quitaba que estaba algo molesta. "No era el momento." El peliverde respondería un tanto cabizbajo. "Tenía miedo." Izuku admitiría mientras dirigía su mirada hacia la peliceleste. "Yo simplemente no pude dejar de pensar en el, no puedo imaginarme una vida sin Mirio." El chico por primera vez desde la noticia comenzaría a sollozar apretando su corazón con fuerza.

"¡Ahhh!" El pecoso caería de rodillas al suelo dando un grito desgarrador, estaba sacando todo lo que sentía, todo lo que estuvo guardando dentro de el. "Midoriya-Kun..." Nejire diría en voz baja acercándose al chico envolviéndolo en sus brazos mientras acariciaba su cabello y le daba palmaditas en la espalda. "Todo estará bien ¿Si? No te dejaré solo, estamos juntos en esto, Te amo..." Lo último lo decía en voz baja para que el niño no la escuchará.




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