Capitulo 13

2.4K 236 9
                                    

¡Ochako-Chan, Tsuyu-Chan!" Nejire exclamaría enérgica, no podía negar que se sentia feliz por ahora tener dos compañeras de patrullaje. "H-Hadou-Senpai." La castaña respondería un tanto tímida. A decir verdad, ahora sabría lo que Midoriya tuvo que pasar.

"¿Ryukyu-Chan no es increíble? ¡Oh! Para que lo pregunte, obviamente es increíble. ¿Están listas para salir a patrullar conmigo? Hoy atraparemos a muchos chicos malos." La niña terminaba de hablar, aunque aún sentía esa emoción que traía consigo.

"Hadou-Senpai, ¿Ryukyu-Chan dejo alguna tarea en específico para nosotras?" Tsuyu preguntaría calmada. "Nop, me dejó a cargo de ustedes dos. Pensé en quizás mostrarle la agencia, pero luego me di cuenta que sería muy aburrido, ¡Es más divertido patearle el trasero a un villano!" Nejire comenzaría a caminar dando algunos saltitos mientras ambas chicas la seguían.

"¡Lemillion!" Izuku llamaría la atención del rubio que se detenía un segundo. "¿Qué ocurre bro?" Mirio respondería, Midoriya solo se digno a darle una mirada seria mientras sostenía a una niña que parecía estar aterrorizada. "¿E-Estas bien? ¿Estas perdida?" Deku preguntaría un poco nervioso, aún no estaba acostumbrado a actuar como un héroe.

"¡Eri-Chan!" La pequeña se aferraba con más fuerza al chico que no sabía cómo reaccionar ante la situación. "Oh... Disculpen, Eri-Chan siempre suele escaparse cuando no le dan dulces, perdonenla." El sujeto explicaría con un tono amable y tranquilo, todo lo contrario a lo que parecía ser la reacción de la peliblanca.

"¿Es su hija?" Mirio preguntaría dudosamente, con los años de experiencia que tenía, sabía por donde iba la cosa, solo estaba ganando tiempo y información. "Así es, vamos Eri-Chan. Estas haciéndole perder tu tiempo a estos héroes." El hombre comenzaba a actuar de forma sospechosa, no solo por como miraba a la niña, si no también por que se estaba quitando uno de sus guantes.

Era la señal, la señal que la pequeña niña necesitaba para soltar al peliverde y correr hacia el hombre. "P-Pero..." Midoriya trataría de intervenir siendo detenido por Mirio. "Ya nos vamos, ojalá le pequeña Eri comience a comportarse mejor, adiós." El rubio haría gala de su experiencia, algo de lo que Deku carecía en este tipo de instancias. El hombre solo se perdería entre la oscuridad del callejón ante la atenta mirada de los dos héroes.

"Lemillion..." Se podía notar la frustración del pecoso, que solo tenía que conformarse a ver cómo se llevaban a la niña. "Lo sé, no hace falta decirlo." Togata posaba su mano en el hombro del peliverde, era momento de volver. "Vamos Deku, debemos ir con Sir." El rubio ordenaria, ambos irían rumbo a la agencia del héroe que parecía estar interesado en las novedades que ambos chicos traían.

"Así que se encontraron con el líder de los 8 preceptos de la muerte..." Sir se notaba pensativo mientras tomaba un sorbo de su taza de café. "¿Que hay de la niña?" Nighteye preguntaría. "E-Ella se notaba asustada, sea lo que sea que le hagan, n-no creo que sea algo precisamente bueno..." Izuku explicaba la situación, El héroe por su parte hayaba los conectores.

"Se suponía que ustedes no debían saber esto, pero de todos modos se los diré. Este grupo Yakuza es altamente peligroso, gracias a mis fuentes de información logré saber que tuvieron contacto con la liga de villanos, he de decir que muy probablemente haya tenido que ver con las balas anti-quirk. Es un tipo de droga que anula momentáneamente la peculiaridad del afectado, aunque eso podría cambiar, convirtiéndose así, en un efecto permanente." La seriedad del héroe era total, ahora Mirio y Izuku tenían una idea en común.

"Eri..." Ambos dirían al unísono. "Te permite el beneficio de la duda... No creo que un grupo Yakuza tenga encerrada a una niña solo por que si, hay algo detrás. Quizás todo esto que les dije tenga que ver con ella, trataré de hayar más información al respecto. Ustedes pueden volver a la academia de momento, yo los contactaré cuando tenga alguna novedad." Sir dejaría en libertad al dúo, que solo asentía con la cabeza a las órdenes del héroe.

"Bro, estás muy pensativo, debes despejar tu cabeza un momento." El rubio le recomendaría al peliverde que caminaba a su lado. "L-Lo siento Mirio, es solo que me sentí tan inútil, no pude hacer nada en ese momento." Izuku explicaría cabizbajo, Togata no demoraría en colocar su brazo alrededor del cuello del pecoso.

"Tranquilo, no eres el único que se siente así. No siempre podremos actuar de la manera que a nosotros nos parezca conveniente, hay que saber que hay momentos y momentos." Mirio le daba una charla a su Kohai, no quería que se viniera abajo tan rápido. "G-Gracias por tus consejos, es bueno tenerte cerca no solo como mi amigo, si no que como mi compañero." Izuku parecía abrir su corazón con el rubio que sonreía feliz.

"Somos hermanos de otra sangre, ya verás que cuando me gradué de U.A y forme mi propia agencia, tu serás el primero en estar ahí, no permitiré que Hadou se salga con la suya." Mirio alzaba el puño hacia arriba solo para acto seguido mirar al chico que le extendia la mano. "Es una promesa, te prometo que cuando crees tú agencia yo seré el primero en unirme, cuenta conmigo." El peliverde le regalaba una sonrisa, Togata no pudo evitar dejar el sentimentalismo de lado soltando unas cuantas lágrimas.

"Te quiero bro, te quiero." El rubio apretaba más el agarre que tenía sobre el pecoso, solo para sentir como unos brazos envolvían a ambos por detrás. "¡Yo tambien los quiero chicos!" Nejire exclamaría risueña mientras se unía al abrazo grupal. "¡Ahh!" El dúo diría al unísono, desde ya que les había pegado un buen susto. "¿H-Hadou-Senpai?" El pecoso preguntaría nervioso.

"Sip, la mismísima, pero no vengo sola." La chica le abría paso a Ochako y Tsuyu. "Hola Midoriya." La chica rana saludaria tranquila muy por el contrario de Uraraka. "H-Hola D-Deku-kun." Se notaba nerviosa al hablar con el chico. "¿Por que le llamas por su nombre de héroe si ya no estamos en patrullaje?" La peliceleste preguntaría con curiosidad, realmente le interesaba saber.

"O-Oh, es p-por cariño." La castaña explicaría sonrojada. "Awww que tierna, yo le digo Midoriya-Kun, ¿No es así Midoriya-Kun?" La chica preguntaría soltando al rubio para concentrar su abrazo solo en el peliverde. "S-Si Hadou-Senpai." El niño respondería nervioso por la cercanía de la peliceleste. "¡Oyee! No hace falta tanta cordialidad, te conozco desde hace emmmm... ¿Desde hace cuánto conozco a Midoriya-Kun Mirio?" Nejire preguntaría con una sonrisa.

"Desde el festival deportivo, hace unos 4 meses." El rubio explicaría con una risita por lo torpe que era la peliceleste. "¡Eso, eso! 4 meses y aún sigues llamándome Senpai, no es justo." La chica voltearia la mirada indignada por la formalidad del pecoso luego de tanto tiempo. "¡L-Lo siento!" Midoriya se disculpaba un poco sonrojado, aunque sus disculpas parecían no convencer a la peliceleste.

"¿C-Como puedo llamarla e-entonces?" El peliverde preguntaría. Hadou giraría su cabeza mirando directamente al chico que comenzaba a sentirse nervioso. "Mmm... ¡Nejire-Chan estaría bien!" La peliceleste se escuchaba feliz, eso era música para los oídos del niño que solo sonreía. Esto definitivamente no era agradable visualmente para la castaña, que se le veía algo cabizbaja.

"¡M-Muy bien! N-Nejire-Chan..." Con toda la valentía que tenía se atrevería a llamarla por su nombre de héroe. "¡Ñññññ!" Hadou chillaba de emoción mientras presionaba con más fuerza el abrazo. "Yo que tu no haría eso." Mirio aconsejaba a la niña que ladeaba la cabeza en señal de confusión. "¿Por qué?" La peliceleste preguntaría confundida.

"Porque no sé si esta rojo debido a que lo estás apretando muy fuerte o porque literalmente le estás poniendo tus dos montículos sobre su espalda." No había fallas en su lógica, por obvias razones Hadou no tardaría mucho en soltarlo algo aregañadiente. "Perdón, jijiji." Esas disculpas seguidas de su risita característica eran suficientes para el pecoso.

"No me gusta este sentimiento..." Ochako diría mentalmente mientras presionaba su puño contra su pecho.



Por eso vineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora