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(PUNTO DE VISTA GENERAL)

El tiempo se detuvo para ambos.

Ajax se quedó estupefacto, a la
vez, en su interior tenía un revoltijo
de sentimientos encontrados.

Enid había olvidado casi como
respirar, le costaba tomar el aire
por los nervios que corrían por todo su cuerpo. Y se preguntaba: "¿Cómo pude soltar algo así de la nada?"

Pasando algunos minutos
mirándose en silencio, se vio
interrumpido en cuanto Enid vio
cómo se fruncía el ceño de su aún esposo, haciendo que el cuerpo de
ella se estremeciera.

-¿Qué?

Fue lo único que pudo decir,
mirándola con los músculos
tensos. En sus ojos color café se
podía apreciar la confusión y
duda. Mientras que en los de su
compañera de vida y esposa se
notaba inseguridad por la situación
que los rodeaba. Preguntándose
de nuevo en su mente: "Esto
realmente estaba pasando?". Se
aclaró la garganta queriendo
apartar su mirada del hombre. Sin
hacerlo, respondió como pudo.

-He estado pensando desde hace
tiempo sobre nosotros.- Frunció el
ceño, esta vez apartando la mirada.

La mandíbula del arquitecto se
endureció al escucharla.

- ¿Ya no me amas?

La pregunta le tomó por sorpresa
a la rubia, volviendo a posar
su mirada en la de él, suspiro y
paso su mano libre por su frente,
preparándose para su reacción
después de lo que escuchara salir de su boca.

- Ajax...

Negó lentamente con una mueca,
causando que él cerrara los ojos.

- Yo te quiero...

La cortó antes de que pudiera
continuar.

- ¿No eres feliz? -La miró dolido.
- Te doy todo para que seas feliz,
Enid.

Su tono se volvía más serio y con
enojo, causando que ella se pusiera
alerta, alejándose un paso de él. Los
puños del hombre se cerraron, casi
enterrando sus uñas en sus palmas.

- Ajax. Te he querido desde que
éramos unos adolescentes.- Habló
con paciencia.- Pero no te amo...

El arquitecto dio unos pasos atrás
con los ojos cerrados mientras
negaba, pasándose las manos
por su rostro y despeinando su
cabello en señal de frustración.
No podía creer lo que su esposa
le estaba confesando. Creía que
eran felices, una familia perfecta.
Trabajaba duro para que salieran
adelante desde que se casaron y se
independizaron con un pequeño
Xavier.

- Hemos pasado 18 años juntos.-
Continuó. – No me arrepiento, me has dado a un hijo que adoro con
todo mi ser. Pero... no nos amamos,
Ajax.

Caminó hasta dejar el vaso con agua sobre el desayunador, tratando de relajar un poco su cuerpo en el transcurso. Recargo su espalda en la orilla, viendo el perfil de su marido.

Por su parte, el arquitecto no quiso
ver el rostro de la mujer. En el
fondo sabía que no lo amaba. Y
con cada una de sus infidelidades
en cada viaje de negocios a los que
iba, demostraba que él tampoco la
amaba.

-Lo sabes.- La miró confundido.
- No vale la pena seguir juntos si
ambos no estamos felices. Xavier
lo entenderá. -Respira profundo,
decidida a sacar la duda que tenía
desde un tiempo atrás. – Has
estado con otras mujeres.

Afirmó, inspeccionando al padre
de su hijo. La sorpresa se notó
en cuanto escucho las palabras.
Frunció el ceño dejando caer
sus hombros rendido; su esposa
era sumamente inteligente, la
subestimo.

My Woman, My Love. |Wenclair G!P|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora