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ENID POV

-Hija, vamos a que te pegue el sol
un rato, mientras riego las plantas.

Dijo entrando a mi habitación.
Asiento, dejando mi libro a un lado,
para después ayudarme a bajar
las escaleras. Agarra sus guantes
de jardín y sale cerrando la puerta
detrás de mí. Me siento en el
escalón de la entrada, viendo como
mi madre agarra la manguera para
empezar a regar las flores.

- Créerme que no he olvidado
nuestra conversación, Enid.-
Amenaza.- Ahora, ¿me dirás quien es el hombre que te tiene así?

Bufo por lo bajo apartando mi
mirada de mi madre. Las últimas
veces me había salvado, pero sabía
que pronto sacaría de nuevo el
tema.

-No lo conoces.

Vil mentira.

-¿Y piensas presentármelo?
Porque no lo vi en el hospital.

-Luego lo harás.- Esquivo.

Levantó mi mirada hacia la casa de
mi novia, viendo como saca su auto
del garaje. Sonrío. Se baja de él,
viendo como llevaba una camiseta
sin mangas de color roja, y unos
shorts negros. Se veía tan atractiva.
Necesitaba unos binoculares.

-Mira, Weds está lavando su auto.-
Indica mi madre para levantar la
mano y saludarla de lejos.

La pelinegra que la ve, saluda
de regreso con una sonrisa, para
después continuar poniéndole
jabón al auto para tallar con
una esponja. Mi vista estaba
completamente en ella. Llevaba días sin besarla, y la deseaba. Maldecía el yeso de mi pierna. Quería ir hasta ella para poder besarla y llevarla dentro de la casa para que me hiciera suya, pero mi yeso y mi madre me lo impedían totalmente.

Me lo podía imaginar
perfectamente.

Juego con mis dedos antes de
levantarme para caminar directo a
la pelinegra, quien en ese momento
llevaba puestos lentes oscuros,
haciéndola ver más caliente si era posible. Su ropa estaba algo mojada, y cuando me miró, sonrió de lado, esa sonrisa que me hacía encenderme más de lo que ya estaba. E ignorando todo nuestro alrededor, incluyendo mi madre que apostaba que nos estaba mirando, camine a paso rápido hasta mi novia para besarla
ferozmente, algo sorprendida
me correspondió de la misma
manera. Mis manos apretaban sus
hombros con necesidad de algo
más, para después dirigirse a su
nuca, impidiendo que se apartara.
Cuando a nuestros pulmones
les faltaba el aire, nos alejamos
agitadas. Y sin más, la tome del
brazo dirigiéndola dentro de la
casa, y en cuanto la puerta se
cerró, salte sobre ella, envolviendo
con mis piernas su cuerpo,
haciendo que su espalda chocara
con la puerta, con sus manos
sosteniéndome de mi trasero. Subí mi mano a su rostro para quitarle
los lentes, y así poder ver esos
preciosos ojos que me quitaban el
aliento. Nos miramos a los ojos por
unos segundos, antes de sonreír.
Una de mis manos se fue a su
cabello enredando mis dedos en él,
mientras la otra se mantuvo en su
cuello para besarnos profundo.

Camina hasta el desayunador,
donde me dejó sentada, mientras
sus manos recorrían mi cuerpo sin
pudor alguno. Mis piernas aún la
rodeaban manteniéndola pegada a
mí, rompió el beso para dirigir sus
besos a mi cuello, llenándome toda
de pequeñas mordidas, lamidas y
chupadas, haciéndome gemir. Quite
su camiseta lanzándola lejos, para
pasar mis manos por su marcado
abdomen, haciéndola gruñir,
sintiendo como ya estaba excitada.
Sus manos se fueron al cierre de mi
vestido para bajarlo rápidamente, y quitármelo, dejándome en ropa
interior. De un momento a otro
quedamos totalmente desnudas,
besándonos y tocándonos como
si fuera nuestra última noche. Mi
mano bajo desde su hombro hasta
su miembro haciéndola gruñir
mirándome feroz, sonreí guiándolo
a mi entrada...

My Woman, My Love. |Wenclair G!P|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora