Desperté sintiendo el sonido amortiguado de un latido y el suave vaivén de una respiración que no era la mía. La tenue luz que se colaba por la ventana terminó de despertarme y entonces fui consiente de que estaba acostada con mi cabeza apoyada en el pecho de Giyu, quien dormía profundamente. Me paralice durante unos segundo, confundida por no estar en mi cuarto, mientras trataba de traer los recuerdos del día anterior.
Eso fue lo peor que pude hacer. Sentí como toda la sangre subía a mi cabeza mientras recordaba un sección de besos dados en esta misma cama, con la misma persona que me sostenía entre sus brazos mientras dormía. Quería gritar y patalear de la vergüenza pero no podía despertar a Giyu, porque entonces no sabía que hacer.
Con todo el sigilo, que había obtenido al tener cinco hermanas pequeñas, me deslice fuera de sus brazos sin despertarlo. Recogí un buzo y medias del suelo para poder salir del cuarto. Me acuclille a su lado para verlo dormir un rato, estaba demasiado hermoso como para no hacerlo, pero podía despertar en cualquier momento. Besé mi dedo indice y después lo coloque sobre sus labios y una parte de mí deseo que fuera mi boca y no mi dedo, pero descarté ese pensamiento. Sentí que estaba haciendo algo que no debía por lo que me sonrojé a más no poder, pero aunque estuviera avergonzada saque una foto de él antes de salir.
Me metí al baño corriendo en punta de pies mientras contenía un grito de emoción.
-Contrólate - le dije a mi reflejo en el espejo del baño. - Eres una adulta, se una adulta Shinobu.-
Tenía las mejillas sonrojadas y los ojos brillante. Estas profundamente enamorada, dijo una voz en mi mente. Claro que no, me dije mientras recogía mi pelo en un rodete, pero al dejar mi cuello al descubierto los recuerdos volvieron. Podía sentir el aliento de él sobre mi piel, el rose de sus labios, su voz profunda susurrando en mi oído y un calor diferente me recorrió.
-Maldita seas Tomioka Giyu- dije mientras tapaba mi rostro con mis manos.-
-¿Por qué estas maldiciéndome ahora?-
La voz repentina de Giyu hizo que pegara un salto y un grito ahogado se me escapo. Me giré como los ojos abiertos como platos para verlo apoyado contra el marco de la puerta del baño. Me había olvidado de cerrarla, que estúpida. Se notaba que recién se estaba despertando, tenía el pelo desordenado, los ojos adormilados y un bostezo se le escapo de forma repentina.
- Yo... - dije tratando de que mis neuronas conectaran - yo... -
Él me miró siendo consciente de la situación y todo rastro de sueño desapareció de su rostro, y sin decir nada se dio la vuelta y volvió a su cuarto. Sabía que había interpretado mal mi nerviosismo, lo había dejado bien en claro anoche, él temía que me alejara. Giyu no quería que huyera de él por lo que había decidido darme un tiempo para que ordenara mis pensamientos, pero eso no sería una buena idea, yo no quería pensar, por lo que decidí seguirlo.
-¡Giyu!- cuando salí del baño, lo vi volviendo con decisión -
En un movimiento repentino quede atrapada entre él y la pared. Estaba avergonzado, podía ver sus orejas sonrojadas y como fruncía un poco los labios mientras me miraba a los ojos.
-Me gustas - dijo de golpe, pero su voz tembló un poco.-
-Lo sé-
- Me gustas mucho- dijo con un poco más de valor.-
-Lo sé -
- Y no soy un niño, y anoche... -
Sentí un nudo en el estomago y miré mis manos que estaban entrelazadas mientras me sonrojaba. Mordí mi labio y sostuve el aire esperando que volviera a hablar.
-Mirame a la cara y decime si aún me ves así- dijo Giyu mientras tenía sus brazos poyados contra la pared. - Si puedes mirarme y me dices que sigo siendo el mismo pararé. Lo prometo. -
Mi rostro estaba a centímetros de su pecho, podía sentir su respiración acelerada y oler su perfume, había sido el mismo desde hace diez años. Ese aroma al que estaba tan familiarizada. Respire profundo para tomar valor, pero cuando inhale mi pecho rozó con su abdomen haciendo que me tensara. Él soltó un pequeño suspiro y fue ahí cuando lo miré. La tensión que había entre los dos era palpable.
Nuestros ojos se encontraros. Giyu, ya no era un niño, mínimo me pasaba unos veinticinco centímetros, sus facciones eran definidas y puntiaguda, tenía la voz grabe y una mirada firme. Esos profundo ojos azules que me miraban con intensidad, podía perderme en esos ojos, estaba a punto de dejarme caer en ellos. Yo ya no tenía fuerzas para este juego.
- Yo... yo...- trate de hablar.-
-Vos, ¿Qué?- dijo mientras inclinaba su rostro hacia mí. -
-Yo...- Volví a repetir mientras mi miraba se dirigía a su boca, ligeramente abierta y tan cerca mio.- yo... lo sé, se que no eres un niño, lo se hace mucho.-
Soltó un suspiro de alivio mientras apoyaba su cabeza en mi hombro. Lo sentí reír, sentí como su cuerpo se aflojaba soltando su estrés y entonces me abrazo, pero no fue un abrazo como el que normalmente me daba. Se alejo para poder verme a los ojos con una sonrisa enorme.
-Me gustas- le solté antes de que él pudiera decir algo y con el impulso de valentía que tenía le bese. -
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Ya he crecido (Tomioka Giyu x Kochō Shinobu)
FanfictionShinobu había olvidado que, Giyu, ya no era el niño que había visto por primera vez cuando ella tenía catorce y el nueve. Ahora que él ya había cumplido los veintidós, ella no podía seguir viéndolo como su hermano pequeño, y Giyu tampoco le dejaría...