Intervalo

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Desde que Shinobu me había besado y dicho que le gustaba me sentía diferente. Estaba aturdido por mis emociones, no como si sobre pensara las cosas, sino como si me hubiera sumergido en una pileta y todo lo que llegaba a mí estuviera amortiguado. Todo menos ella.

La habría besado toda la mañana si no fuera por esa inoportuna llamada. Me separo de ella lentamente, teníamos las respiración entrecortada y vi lo sonrojada que estaba mientras miraba hacia todos lados, era adorable, siempre lo había sido. No quería separarme de ella, intenté volver a besarle, pero ella puso su mano sobre mi boca, conteniendonos. No era lo que en ese momento quería, pero aún así era su mano la que me estaba tocando. Necesitaba más, quería sentirla, saborearla y si fuera por mí no me hubiera contenido, ignoraría a todo el mundo menos a Kocho Shinobu, pero como ella me lo pedía. Solo pude besarle la mano mientras la miraba y contenía todo el deseo dentro de mi.

-Hola-

-Hola, ¿Cómo te sientes? ¿Estas tomando tu medicación? ¿Cómo esta Shinobu? ¿Durmieron bien?- pude sentir como mi hermana caminaba por la casa mientras hablaba por teléfono, seguramente estaba siguiendo a mi sobrino. -

-Estamos bien, recién me despierto y Shino esta haciendo el desayuno.- traté de acomodar mi pelo.-

-Shino...- la voz de ella tomo un tomo juguetón- ¿Ya no es Kocho?-

-No... no empieces...-

Su risa al otro lado del teléfono me hizo avergonzarme, sentí que aunque no estuviera acá ella lo sabía todo. Apoyé mi frente contra la pared, el frío de esta me tranquilizo un poco.

-¿Cómo estas?- traté de sonar tranquilo.-

-Bien, ordenando todo -

- Te escucho acelerada-

- Y lo estoy. No es para nada fácil lidiar con un niño y su abuela, pero es divertido. Crearemos lindo recuerdos - soltó una risa acompañada de un suspiro. Casi podía ver como se limpiaba el sudor de la frente, sonriendo con sus mejillas sonrojadas por los quehaceres mientras miraba a su hijo.-


Cuando bajé a la cocina me quede unos segundo observando como Kocho se movía, era como si estuviera en su casa y por un momento la idea me hizo muy feliz, pero no debía emocionarme. Un paso a la vez, Giyu, un paso a la vez. Se giró dándose cuenta de mi presencia y me dedico una preciosa sonrisa, algún día quisiera que entendiera lo que esa sonrisa le hacia a mi corazón. Me sentía muy feliz mientras comía y otra vez volví a pensar que podía hacer esto todos los días, pero antes tendía que hablar con ella.

Lo que vendía ahora era afrontarlo todo.


Ya he crecido (Tomioka Giyu x Kochō Shinobu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora