Ya he crecido (Tomioka Giyu x Kochō Shinobu)

La segunda llamada

-Sabes que si no respondo vendrá ¿Verdad?- 

Cuando contesté un Sanemi enojado estaba del otro lado junto a mi hermana mayor que me sonreía de forma traviesa. Por el fondo vi que estaban en el estudio de papá. Se me ocurrió que la habitación iba muy bien con el rol que había adoptado Sanemi, pero no imaginaba que iba a querer usarlo conmigo. 

- ¿Dónde está? ¡Voy a matarlo! Pasame con Tomioka.- 

-Habla conmigo primero- dije tratando de no enfocar a Giyu.- 

- Oh, lo esta defendiendo- se burló Kanae, dándole una palmadita en el hombro a su novio.- 

-Ya basta, no le provoques.- le supliqué cuando vi como el rostro de este se tensaba.- 

-Si no me pasas con él, te iré a buscar.- 

Fue por los nervios, pero se me escapó una risa. Tapé mi boca en el segundo que fui consiente, pero la cara de Kanae me confirmó que había sido tarde. Sanemi se quedó congelado un segundo antes de darse cuenta de todo. 

-Se que no me corresponde hacerlo, Shinobu, pero sabes que no confío en él.- 

-No se porqué no te gusta, no es un mal chico- Kanae siempre había cuidado de Giyu- 

-No te pongas de su lado. Shino, dame con...- 

-Acá estoy- 

Tomioka se paro detrás mio, apoyó una mano en mi cintura y se inclinó para que quedáramos a la misma altura. Pude ver como mi cuñado miraba su mano mientras la vena en su frente palpitaba.  

- Quita tu mano de...- 

-No- su voz volvió a sonar firme- 

-¿Qué dices, maldito bastardo?- 

-No puedes darnos ordenes Sanemi, ya somo adultos.-

-Sabes que eso no significa... - 

-¿No significa qué? 

-Giyu... -

- ¿Cómo te atreves? ¿Crees que una simple tormenta o tu "enfermedad" te da derechos?-

-¿Derecho a qué? Dilo ¿A estar enamorado? ¿A ser correspondido?- podía sentir como su cuerpo se iba tensando a medida que se enojaba.

-Esto... - frotó su mano contra su cara mientras se ponía colorado- sabes que fue un movimiento sucio el que hiciste, aprovecharte de que los dos están solos y que ella no puede huir.-  

-Fui yo la que se aprovecho de la situación - la frase salió de mi boca antes de que la pensara-

-¿Qué? - dijeron los tres desconcertados.- 

-Yo... yo... ¡Yo no pienso hablar de esto con ustedes dos! ¡Métanse en sus vidas!-

Y sin más, después de gritarles, conté esa llamada tan caótica que estábamos teniendo. Dejé el celular en la mesada, me giré para esconder mi rostro en el pecho de Giyu y solté un par de insultos mientras me aferraba a su ropa. Él se empezó a reír mientras me escuchaba maldecir a medio mundo.