Un pequeño niño carga con un gran peso sobre sus hombros: El destino de la Tierra. Pero para cumplir su objetivo es entrenado por el protector del mismo planeta... Aunque una parte del entrenamiento no será nada fácil.
¿Alguien que me de una chambita, por favor? Es que mi papá me anda jode y jode que debo conseguir chamba en vez de estar descansando en mis días de descanso >:(
Nah, no se crean... No tengo papá :3
En fin, pero si ustedes también se encuentran en la misma situación que en la que me encuentro ahora mismo, solo les puedo decir que... ¡Póngase a chambear! Ya les hace falta >:(
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Un fuerte y agobiante silencio se hizo presente en el lugar provocado por el shock de los jóvenes presentes quienes no lograban pronunciar palabra alguna.
Por una parte, el joven peli azabache sabia que tarde o temprano volvería a encontrarse con las chicas que tenia justo delante, no por nada había regresado. Pero no esperaba que fuera tan pronto ni mucho menos en un lugar tan alejado como Seattle.
En cambio, las chicas apenas si podían respirar. A sus ojos, era imposible que aquel chico estuviera justo delante de ellas; no había explicación alguna. Prácticamente... Estaban en presencia de un muerto.
¿De... De verdad eres... Tu? - Interrogó Dina incrédula.
La peli azabache se acercaba poco a poco al joven saiyajin para confirmar que sus ojos no la estaban engañando.
Una vez estuvo frente a el, Dina posó sus manos sobre el fornido cuello del joven Goku, donde este ultimo no puso resistencia ante aquel tacto. Y una vez que Dina pudo sentir que aquel joven era real, no pudo evitar emocionarse y abalanzarse con un fuerte abrazo hacia Goku, donde este ultimo aceptó gustosamente aquel tacto.
Me alegro de verte, Dina - Saludó Goku con una pequeña sonrisa.
Ellie, si es el. ¡Es Goku! - Exclamó Dina con una enorme emoción en sus palabras.
La mencionada no mostró reacción alguna a lo mencionado por su compañera, puesto que ni siquiera pudo lograr escuchar lo dicho gracias al shock que estaba viviendo.
La joven pelirroja solo podía escuchar los fuertes y rápidos latidos de su delicado y tocado corazón. Si esto seguía así, no cabía duda alguna que la joven chica iba a sufrir un paro cardiaco. Pero en lugar de eso, la misma logró mover con dificultad sus piernas.
Iba acercándose poco a poco a aquel que fue su mejor amigo, aquel que fue su máximo soporte, aquel que alguna vez fue el amor de su vida, aquel a quien le lloró por días enteros... Aquel quien creía muerto.
Poco a poco Ellie fue acercándose hasta quedar a pocos centímetros de distancia con el joven Goku.
Tanto el ónix como la esmeralda cruzaban miradas después de varios años. Era notable en ambos las ganas y necesidad que sentían por volver a reencontrarse.
Por parte de Goku, este se había quedado completamente mudo al ver de mejor manera el rostro de Ellie. Aun tenia esas pecas en su rostro que la hacían ver tierna y su piel aun seguía pareciendo delicada y frágil. Probablemente uno de los mayores cambios fue su cabello que era mas corto, pero eso no hacia mas que hacerla ver mas perfecta a los ojos del joven saiyajin.
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