Extra 6

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Del tiempo que zenitsu estuvo en la misión, se pudo decir que kaigaku había estado frustrado, su padre también había tenido una misión.

Por lo que obligadamente se tuvo que regresar con sus hijos a la finca del abuelo. El oji turquesa había estado con sus hijos durmiendo gran parte del tiempo, los pequeños solian comer una gran cantidad de comida y eran tranquilos después de su festín.

Un par de veces que salió por la tarde a comprar cosas pequeñas, un par de peluches nuevos, unos libros;"cuentos para niños". Principalmente para leerles algo a los cachorros y que estos fueran aprendiendo el lenguaje natal. Compro un par de mantas, unas frutas, algo de leche, y unas canastos para llevar todo, pues tenía a sus hijos en brazos.

Tenían casi un año y medio, estaban a mediados de septiembre, por lo que no faltaba mucho para su segundo añito de vida.

Los pequeños solian mirar todo a su alrededor, hiroyuki era el más curioso, hotaka prefería dormir mayor parte del tiempo, por lo que en si, los hijos de kaigaku eran tranquilos.

Regresaron a casa de manera tranquila, la noche ya casí salia en su totalidad, kaigaku dejo a los pequeños en el tatami, prendiendo las luces y dejando todo acomodado en el tatami.

—muy bien. Papá hará algo de fruta picada, y ustedes jugaran con sus peluches nuevos, ¿vale?.

Hiroyuki sonrió con entusiasmo, buscando entre las mantas algo con que poder jugar, hotaka estaba lanzando pequeños bostezos. El oji turquesa había comprado cuatro peluches nuevos, dos grandes y unos de un tamaño mediano.

Los más grandes eran de un gato color anaranjado, el otro era un dragón oscuro con manchas color plata, eran peluches bastante atractivos. Los otros eran un par de zorros, parecía representar el ying - yang.

—listo, lo demás lo dejare a un costado.

El peli negro dobló las mantas de polar, dejandolas en una pila, y buscando las frutas, dejandolas por separado, saco unas botellas de leche fresca. Busco uno pequeño cuenco donde quito las cascaras de las frutas y las pico. Piña, manzana, durazno y algo de una fruta llamada mango.

Los menores solian comer algo liviano en las noches, la fruta era lo mejor que podia brindarles, asi que una vez lavado, se acercó donde sus hijos, hiroyuki palmeaba a su hermano en la espalda mientras este estaba boca abajo, parecia dormir nuevamente.

—hotaka es bastante flojo...—kaigaku observo a su cria, supuso que era normal, por lo que se sentó y dejo el cuenco con fruta fresca y picada en trozos pequeños.—anda hotaka, no duermas, aún falta algo de comer.

Kaigaku dio caricias en la cabeza de su cachorro, quién se removió molesto, principalmente por que su hermano no dejaba que durmiera, y ahora seguía su padre.

—jaja, vale. Pero come fruta.—kaigaku tomo con unos palillos la fruta y le acerco un cubito de mango a la boca del menor, quién abrió su boquita para probar el alimento de color extraño.—¿rico?.

El menor quedo extrañado, el sabor era muy diferente al que estaba acostumbrado a comer, miro con curiosidad a su padre. No sabía mal, pero seguía confundido.

Hotaka por su cuenta empezó a tomar cubitos de fruta, al igual que hiroyuki, quién consumía cubitos de piña, estaban fascinados por los sabores. Algo que irían tolerando con normalidad más adelante.

Kaigaku solo sonrió, por lo que se tumbo en el tatami, cerrando sus ojos y dejando que sus pequeños se alimentaran un poco más.

Pasado un par de minutos, los pequeño empezaron a gatear, además de balbucear, hotaka hacía el esfuerzo de subirse por su cuenta en el dorso de su padre, las noches solian tener temperaturas diferentes. Kaigaku tenía siempre una vestimenta que dejaba a la vista su trabajado abdomen y dorso.

El menor dio pellizcos pequeños en los pectorales de kaigaku, quién hacia pequeñas muecas por los apretones. Uno de sus hijos estaba metido en su cabeza, ahogandolo levemente con su cuerpo.

parece que tienen subidón...

Ese fue el corto pensamiento de kaigaku, donde alzó a Hiroyuki y miro como hotaka comenzó a dar más apretones en su dorso.

—cariño, yo no soy mamá.—kaigaku apartó las pequeñas manos de su bebé, tomándolo en brazos de igual forma—vamos a la cama, yo quiero dormir un rato.

Caminó hacía su habitación, donde el futon estaba, dejando a los pequeños en las mantas, hiroyuki se había abalanzado contra su hermano, dispuestos a "jugar". Kaigaku solo se quito su ropa, dejando su cuerpo desnudo a la vista de sus pequeños. Quiénes ignoraron el simple hecho de que hiciera su padre, después de todo preferian jugar unos minutos.

Pequeñas mordidas inofensivas y empujones, eran fuertes, no sentian dolor, por lo que para ellos era un tipo de juego. El oji turquesa ya había quedado desnudo, colocándose un yukata para dormir y posteriormente poner un pequeño alto en el juego de sus hijos.

—vamos a dormir pequeños, ya es tarde, aún que normalmente dormimos de día...—kaigaku suspiro, metiendo a los bebés en las mantas, donde hiroyuki aún se removia, de manera juguetona, bufando al ver que su padre alejaba a su hermano.—vamos hiro, duerme.

Los menores se vieron obligados a dormir, aún no tenían ganas de hacerlo, por lo que buscaban el olor de zenitsu, extrañamente no lo habían visto, y sin el olor suave de su madre, por lo general demoraban más en dormir.

Kaigaku suspiro levemente, liberando un poco de su propio olor, un olor bastante suave y similar a intentar hacer dormir a los pequeños, un último recurso por si los menores no dormían.

Finalmente, después de estar agitados, los menores lograron conciliar el sueño, donde kaigaku pudo finalmente cerrar sus propios ojos y darse un pequeño descansó. No hizo mucho, pero sus pequeños sin la presencia de su madre les era difícil estar tranquilos del todo. Además, no solo eran los cachorros que extrañaban la presencia de zenitsu, él también lo hacía y estaba inquietó.

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Olor A Durazno || Kaigaku×Zenitsu [Bl]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora