Capítulo 13

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13

Miro la hora en el móvil y veo que quedan cinco minutos para que sean las dos. Sin pensarlo dos veces me levanto de la banca haciendo que más de dos ojos se dirijan hacía mí, me pongo roja de la vergüenza. Uno de esos pares de ojos son los hermosos ojos de James. Baja del ring con sus andares de chico rudo y se acerca hacia donde estoy parada.

- ¿Tiene prisa la niña buena?

Levanto mi brazo para golpear su hombro pero él ni siquiera se mueve de su sitio ni hace una mueca.

- Necesito estar en casa ya. - Le digo.

- Me ducho y nos vamos.

Voy a hablar para decirle que me voy yo, aunque no se el camino de vuelta, pero él me detiene.

- No repliques, te voy a llevar. No tardo.

Y no me deja terminar porque desaparece por el vestuario. Me quedo mirando el reloj del móvil como los minutos pasan. Son y diez y todavía no ha salido, mis padres saben que es raro de mi que llegue las tarde de y cuarto a casa y no llegaré antes ni aunque James tuviera un avión aparcado en el estacionamiento del gimnasio. Pero gracias a Dios hoy no le he dicho a John que me vaya a buscar al instituto, si no si estaría en serios problemas.

Muchos chicos ya se han ido y otros están en el vestuario como James. Puedo contrar a 3 que siguen haciendo ejercicios y también puedo ver a Ian en el mostrador perdido con algo que hay en el ordenador.

James sale casi corriendo del vestuario y se ha vuelto a poner la ropa que llevaba cuando lo he visto en la puerta del gimnasio. Lleva el pelo mojado y se lo echa hacia atrás. Viene a mi lado y sin decir una palabra me coge de la mano y tira de mi hacia la salida.

Miro nuestras manos entrelazadas y siento un pequeño hormigueo subiendo de mi mano por el brazo, tengo el pelo de punta. No paro de mirar nuestras manos hasta que choco con la espalda de James y tengo que dar un paso hacia atrás para no estar pegada a su espalda.

- Sube. - Me dice suavemente James mientras me abre ma puerta de un Range Rover negro.

Me siento en el asiento del copiloto y veo como él cierra la puerta y da la vuelta al coche para entrar en el asiento del conduztor. El coche es impresionante, es bastante grande y los asiento son de cuero beige, del mismo color que el volante y toda la parte de la guantera. Huele a agua fresca, a su olor, y yo me pierdo en el paraíso que es sentir su olor.

Para el coche y yo estoy medio dormida contra la ventanilla. Es el resultado de levantarme temprano para ir al instituto, algo que no he hecho, y sentirte tan a gusto. Miro la entrada de mi urbanización, me vuelvo hacia James y él me esta mirando sin ninguna expresión en la cara.

- Bueno, hasta... No se, hasta cuando nos volvamos a ver. - Digo roja como un tomate.

Me voy la vuelta para salir pero me para poniendo una mano alrededor de mi muñeca.

- Dicen que las niñas buenas van al instituto, y yo como buena influencia que soy para ti me aseguraré que vayas. - Me dice cierca de mí.

Puedo sentir su aliento chocando contra mi cara, no puedo apartar la vista de sus labios. No entiendo nada de que lo que está diciendo.

- ¿Y como va ha hacer para asegurarse, Sr The Fast? - Le pregunto.

Él se ríe bajo y mueve su mano hacia mi rodilla cubierta por unos leggins.

- Pues voy a venir justo a aquí y la voy a llevar al instituto. Y no me voy a ir hasta que no te vea dentro de él. - Me dice.

¿Me quiere llevar al instituto? Dejo de respirar durante unos segundos. ¿Qué dirían si me vieran con él? ¿Pero desde cuando me importa lo que digan los demás? Y se perfectamente que va a hacerlo le diga que si o que no.

- Haz lo que quieras.

Salgo del coche después de hablar y veo como su mano que estaba en mi rodilla queda en el aire. Él sonríe por mis palabras.

Cuando voy a unos metros del coche me voy cuenta que llevo todavía su chaqueta. Me doy la vuelta y lo veo todavía en el coche mirándome.

- ¡Tu chaqueta! - Digo quitándomela pero no hago el esfuerzo de moverme de donde estoy.

- ¡Quédatela!

Me doy la vuelta con una sonrisa y abrigada a mi nueva chaqueta favorita.

(...)

Cuando entro por la puerta de casa vea a mi madre está sentada en un sillón, gira su cabeza hacia mí y yo le sonrío pero no recibo lo mismo de ella. Dejo la mochila en el suelo y me quito la chaqueta y la dejo encima de la mochila antes de que se de cuenta que llevo una chaqueta que se nota que no es mía.

- Sientate. - Me dice.

Hago lo que me dice y veo como juega con los anillos que lleva. Está todavía con un vestido rojo que le llega hasta las rodillas y sin ninguna escote. Ojalá llegue yo así a su edad para poder utilizar vestidos como este.

- ¿Qué pasa? - Le pregunto.

- ¿Dónde has estado?

Se me para el corazón, ¿sabe que no he ido a clase? Noto mi pulso aumentar y no soy capaz de contestar.

- Son las dos y media, ¿por qué has tardado tanto? ¿Por qué no le has dicho a John que te traiga? ¿Quién lo ha hecho?

Suelto un pequeño suspiro.

- Estaba hablando con Berta, me ha traído ella. Se me ha olvidado decírselo pero me ha dicho Berta que ella puede hacerlo.

Ella asiento con la cabeza no muy convencida y yo me voy a mi habitación después de coger la mochila y la chaqueta. Ni siquiera como, solo me quito la ropa quedando en ropa interior y me pongo la chaqueta subiendo la cremallera hasta mi pecho.

Hoy ni siquera he pensado en Taylor, James quita todos mis pensamientos triste y me hace reír en estos duros días. No se para que he empezado a pensar en Taylor porque sin darme cuenta la imagen de Taylor acostandose con una chica sin cara de mis pesadillas viene a mi mente y las lágrimas caen en cascada de mis ojos.

ShadowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora