Capítulo 12

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- Creo que voy ha empezar con el entrenamiento porque como se presente aquí Ian y me vea con los brazos cruzados me quedo sin huesos, creo que tendré que hacerle la pelota por lo de las patatas. - James dice.

De mi boca sale una carcajada y veo entre mis ojos medio cerrados como él me mira con una sonrisa en su cara durante mi ataque de risa.

Asiento con la cabeza y el se retira con su mochila hacia una de las muchas puertas de la habitación.

Han pasado casi tres horas desde que he entrado en este gimnasio y cada rato que paso aquí con James me parece mejor. Es un chico increíble, creo que seremos buenos amigos, no entiendo como dice que nunca ha hecho reír a una chica si a mi me duele la boca de tanto reírme.

Después de unos minutos sale de la habitación con solo unas calzones negras que llegan hasta un poco más arriba de sus rodillas. No puedo apartar mi vista de su tonificado torso lleno de tatuajes, algunas partes están algo rojas y supongo que es porque se las ha hecho hace poco. Me encantan cada uno de los tatuajes que tiene pero la flor roja de su cuello es la que más me llama la atención, es su único tatuaje de color y desde ahora será mi tatuaje preferido.

Deja su bolso de deporte al lado de mí en la banca donde estoy sentada y con una sonrisa en su cara solo para mí se vuelve hacia un saco de boxeo.

Veo como sus bíceps y tríceps se hacen más grandes con cada golpe que da al saco, y me quedo impresionada con sus brazos, son gigantes. Podría aplastarme con un solo dedo si se lo propone.

Creo que ha pasado una hora cuando veo a tres chicos con tatuajes que empiezan a entrar en el gimnasio y todos me miran con los ojos muy abiertos, supongo que nunca han visto a una chica aquí. A partir de estos chicos empiezan a venir más y reconozco a el chico de Berta nada más entrar por la gigante puerta. Él me ve y se acerca para sentarse a mi lado.

- ¿Qué hace por aquí la chica de James? - Me pregunta con una sonrisa.

Me quedo con mi bebida por la mitad por la sorpresa y los ojos muy abiertos. Su sonrisa se hace más grande.

- No soy la chica de nadie. - Le digo.

No pienso en ningún chico en este momento, se que no voy a estar con nadie en una temporada, no cuando acabo de salir de una relación donde me han hecho tanto daño. No confío en ningún hombre por muy bien que se porte conmigo.

- Por poco tiempo. - Dice muy decidido.

No le contesto y por fin bebo de mi bebida. Cuando termino él habla:

- Oh que estúpido soy, ni siquiera me he presentado. Soy Jack, ¿Celina verdad?

Asiento y él me da dos besos, cosa que no me esperaba.

- Espero que nos llevemos bien, Berta me ha dado órdenes de mandarme a la mierda si no tengo el visto bueno de su mejor amiga.

Río un poco por lo bajo y él se despide de mí para entrar también a la habitación donde después de un tiempo caigo en que es el vestuario.

Giro mi vista y me encuentro con el torso de James delante de mis ojos, a menos de un metro, está bebiendo agua. Puedo oler su fragancia a agua fresca mezclada con el olor a testosterona y yo cierro los ojos disfrutándolo.

- ¿Ya estas dejando que otro chico te haga reír? Esperaba que fuera solo yo él que te hiciera reir. - Me dice y yo abro mis ojos al instante.

Lo tengo a pocos centímetros de mi cara, está agachado para poder tener la cara al mismo nivel que la mía. Sus ojos son algo que no se puede explicar con palabras, hermosos se queda corto.

- No vas a tener la suerte de ser el único. - Le digo levantando una ceja.

Sonríe.

- ¿Ah, no? - Ni siquiera ha terminado de hablar y ya tengo sus manos en mis costados.

Me río bastante alto por las cosquillas que me está causando. Tengo un grave problema con las cosquillas, cualquier toque me hace doblarme por la mitad mientras no paro de reírme.

- ¿Solo yo? - Me dice mientras sigue con su trabajo.

Yo no puedo contestarle, no paro de gritar mientras río. Me hace cosquillas más fuerte cuando ve que no le contesto.

- ¡Si si! ¡Solo ! - Grito y por fin para.

Se separa de mí con una sonrisa de victoria en la cara y se sienta a mi lado. Nada más sentarse aparece un hombre musculado sin tatuajes y más mayor que los chicos a los que he visto entrar. Gira su mirada hacia aquí pero lo pierdo de vista porque el cuerpo de James está en medio.

- ¿Qué haces ahí sentado? Mañana tienes una pelea y el sábado otra más importante todavía. No quiero verte vagueando. - Dice acercándose porque ya lo veo.

Cuando él me ve se calla al instante y me esperaba por su tono de hablar a James que me mirara mal pero no lo hace. Todo lo contrario, me sonríe y puedo ver sus blanquecinos dientes.

- Oh Ian, ella es Celina. Él es Ian. - Nos presenta.

Como Jack, se inclina y deja dos besos en mis mejillas. Supongo que tiene buena relación con su entrenador aunque haya estado toda la mañana diciendo que le pateará el culo.

- Encantada. - Por fin muestro mis modales.

Él asiente con una sonrisa y la borra cuando se gira hacia James.

- Solo estoy haciendo un descanso, ahora vuelvo.

Ian frunce el ceño.

- Tú nunca haces descansos, pero haz lo que quieras. - Le dice indignado y se va por otra puerta donde nadie ha entrado.

¿Nunca hace descansos? ¿Entonces por qué está aquí? Dejo de preguntarme cosas a mí misma cuando escucho su voz.

- ¿A que hora tienes que estar en casa?

- A las dos. - Contesto.

Él asiente.

- Te llevaré.

- No hace falta, tienes que entrenar. Tu entrenador ha dicho que mañana tienes una pelea.

Él sonríe.

- Tú por eso no te preocupes, nadie podrá nunca ganar a The Fast.

Y no se por qué pero pienso que esta última frase viene con doble sentido.

ShadowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora