Entras en la habitación tan perfecta pero inconsciente, me hiciste detenerme y mirar. Cada vez que escucho que él rompió tu corazón, puedo arreglarte, ¿chica? ¿Mostrate un mundo diferente? Te llevaré a cualquier lugar, te voy a poner en un trono. Te...
Me paso todo el domingo estudiando como una loca, esta semana se acaban los exámenes y el viernes podremos ver la nota que tendremos para así alcanzar alguna carrera universitaria. Mis nervios están a flor de piel, se que necesito una nota bastante alta para entrar en Medicina pero ni siquiera se lo que quiero. Me he prometido a mi misma pensarlo después de saber la nota.
El lunes como cada mañana suena el despertador a las 7:00 y con los ojos todavía cerrados me levanto de la cama. Después de una agradable ducha me visto con el primer chandal que veo y salgo corriendo escaleras abajo con mi mochila en un hombro.
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Salgo de casa después de desayunar y charlar con mi madre. En la puerta está el Mini de Berta aparcado y la veo concentrada con su móvil.
Entro en el copiloto y ella pega un pequeño salgo, me río y ella arranca mal humorada.
— ¿Qué tal el sábado? — Pregunta después de salir de mi urbanización.
Sabía que me lo quería preguntar.
— Bien. — Respondo solamente.
Ella gira un segundo su cara y me fulmina con la mirada.
— Sabes a lo que me refiero. ¿Habéis...? — Deja la pregunta en el aire.
Yo miro por la ventana las casas pasar y pienso una respuesta para salir de esta.
— No Berta, no hicimos nada.
No me atrevo a mirarla, quiero que esta conversación termine. No quiero decirle a nadie mis miedos.
— ¿Y ni siquiera lo ha intentado?
— Lo intenta, pero no me presiona. Sabe que no estoy preparada. — Respondo con un hilo de voz.
— Oye. — Noto la mano de Berta en mi muslo y giro mi vista hacia ella. — Se que no es fácil para ti hablar de esto, pero es algo natural, no tienes que tenerle miedo. Sé que James es el indicado para ti, de verdad lo sé, se merece que pierdas el miedo con él.
Yo simplemente asiento y ella vuelve su atención a la carretera.
(...)
Cuando suena el timbre de las 14:00 nos levantamos todos recogiendo nuestras cosas y dejándole a la profesora el examen encima de su mesa. Uno menos.
Me encuentro con Berta en las taquillas y en ese mismo momento me llega un mensaje.
James:
Niña buena, no puedo ir a por ti, tengo que seguir entrenando hasta muy tarde. Ojalá pudiera estar allí y que me contarás lo bien que te están saliendo los exámenes.
— Vaya sonrisa de enamorada. — Levanto la vista hacia Berta que me mira con una ceja levantada.
Yo solo subo mis hombros y ella niega con la cabeza.
— ¿Te llevo a casa? — Pregunta.
— Si.
(Lo siento por lo corto que es y lo aburrido pero es necesario para seguir la historia. Os prometo que pronto tendréis otro capítulo. ) ❤️
