Capítulo 42

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42

JAMES POV's

Cuando entro en el baño dejo la ropa en una silla y me apoyo en la puerta, siento un escalofrío por todo mi cuerpo al sentir la fría puerta contra mi espalda desnuda pero se que no es porque la puerta esté demasiado fría, es porque yo estoy demasiado caliente. Así me pone ella.

Necesito de todo mi autocontrol para parar cuando nuestros besos van a más, se que ella no es ese tipo de chicas y que tiene algo que le atormenta pero yo soy una persona de carne y hueso y no puedo impedir sentir lo que siento cuando la tengo cerca. Es la chica más bella que hay en todo Estados Unidos y por supuesto la más sexy, cualquier hombre estaría a sus pies con un solo movimiento que ella hiciera, y por eso no me puedo creer que a quien esté besando sea a mí.

Ella merece algo mejor, alguien que no se haya acostado con cientos de mujeres y que las haya echado de su cama a los pocos minutos. Ella merece a alguien que la haga feliz, alguien a quien no odie su madre. Pero soy demasiado egoísta como para dejarla ir, por lo menos por ahora.

Me cambio de ropa rápido y al terminar suelto un suspiro. Solo de pensar que va a pasar la noche conmigo pican mis dedos por tocar cada parte de su piel.

Salgo y está todavía sentada en la camilla jugando con sus dedos, navegando en sus pensamientos. Se le ve confundida y eso crecen más dudas dentro de mí. Ella se niega a ser tocada pero cuando nos estamos besando no pone ninguna barrera, no se que puedo hacer.

Ella levanta la cabeza cuando se da cuenta que estoy cerca de ella y no me cabe duda de que sea porque sienta este calor que hay entre los dos cuando estamos a menos de dos metros. Intenta sonreír pero más bien que eso parece una mueca de dolor. Le tiendo mi mano para ayudarla a bajar.

— ¿Nos vamos? — Pregunto.

Ella asiente antes de coger mi mano y bajarse con cuidado de la camilla. Ando delante de ella sin soltar su mano, no sé si ella siente la misma electricidad que siento yo cuando nuestros dedos se entrelazan pero puedo jurar que es de lo mejor que he experimentado en mi vida. Solo con sentir su toque ya estoy perdido.

¿Qué me has hecho Celina? Yo ni de broma era así. Nunca he creído en estas cosas de tener ojos para una sola mujer, me parecía algo absurdo. ¿Para que una sola mujer cuando todas te dan lo mismo? Una noche loca. Eso es lo que pensaba yo antes de conocerla. Pero de repente apareció ella en la primera fila del ring con sus ojos azules y su maravillosa sonrisa. Todo se nubló en mi mente. Al verla se que noté que no era como las demás, que no se fijaría en mí por ser el boxeador tatuado, sino por la persona que soy. Antes creía que podía conseguir a la primera chica que pasara por delante pero con ella es tan distinto, no me creo capaz de hacer que se fije en mí. Es todo tan confuso pero a la vez tan increíble que no quiero que acabe nunca.

Salimos del local donde se celebran las peleas y veo mi coche aparcado a lo lejos. Camino con Celina hasta él, se por su contacto y por el sonido de su caminar que está justo detrás de mí pero no ha dicho ni una sola palabra desde que nos besamos.

Abro la puerta del copiloto para ella y por fin me giro a mirarla. Está con la cabeza agachada y parece que ni siquiera está aquí conmigo. Levanto su cabeza poniendo mi mano en su mentón. Sus ojos azules por unos segundos se unen con los míos pero gira su cabeza hacia el coche. Vuelvo a hacer que me mire frunciendo en ceño.

— ¿Que pasa? — Le pregunto.

Ella tarda unos segundos en contestar.

— Nada.

— No se mucho sobre mujeres pero se que cuando me dices nada de verdad te pasa todo. Dímelo. — Le suplico.

— No te preocupes por mí.

Intenta subirse al coche pero la paro por el codo y la apoyo en el coche. Mis manos van a cada lado de su cara y la levanto haciendo que estemos a centímetros. Puedo sentir su respiración chocando con mi rostro.

— ¿En quien me voy a preocupar sino?

Ella como siempre intenta ser la primera en quitar la mirada pero no le dejo, esta vez no.

— No se que es esto que está pasando dentro de mí, Celina. Pero no quiero arruinarlo tan pronto.

Ella me mira fijamente como intentando comprender mis palabras. Espero una respuesta pero nunca llega.

— Solo te pido que aguantes, que aguantes todo lo malo que hay en mí. — Continuo hablando.

Celina levanta una mano y acaricia mi mejilla lentamente, y esa es la señal que me faltaba para juntar nuestros labios pero esta vez en un beso suave, lleno de ganas, lleno de delicadeza, lleno de... ¿amor?

ShadowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora