Capítulo 41

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41

James ha entrado a ducharse, se le nota que tiene molestias pero se cree que no me he dado cuenta. Mi teléfono suena justamente cuando James sale del baño. Frunzo el ceño cuando leo que es mi padre.

— ¿Papá? — Pregunto cuando descuelgo.

Veo que James me mira extrañado.

— ¿Qué ha pasado? ¿Como está James?

No puedo disimular la sorpresa que me llevo al saber que mi padre se preocupa por James, ya se que le gusta el tema del boxeo y le agrada la idea de que esté conociendo al mismísimo The Fast, pero eso no quita que me sorprenda.

— Está bien papá. Solo ha sido el cansancio de la pelea, le han mandado un día de descanso.

James todavía no ha quita su mirada de mí, ni siquiera se ha movido para intentar ponerse algo de ropa. Está parado delante de mí con una toalla blanca alrededor de su cintura, con gotas de agua bajando por su cuerpo musculado y yo solo intento centrarme en la conversación con mi padre sin derretirme.

— Tengo una idea Celina, quédate con él si tiene que hacer reposo. Nadie mejor que tú lo cuidará.

— ¿Papá? — No me puedo creer lo que acaba de decir.

— No te preocupes por mamá, yo me encargo.

— Tengo que estudiar. — Le digo.

— Dudo mucho que por un día vayas a suspender, se lo inteligente que eres. Bueno hija, mañana nos vemos. Adiós.

Y me cuelga. Me quedo mirando el móvil con los ojos muy abiertos y siento que la boca me va a llegar al suelo. ¿Quién era este y que ha hecho con mi padre?

— ¿Que te ha dicho? — Escucho la voz de James pero no levanto la cabeza.

Después de unos segundos le contesto; — Dice que me quede contigo hasta que te recuperes.

Levanto la mirada cuando no escucho su contestación. Me está mirando con una sonrisa en la cara.

— Pues si lo dice tu padre tendrás que obedecerle.

Sus pasos se acercan a mí y yo doy pasos hacia atrás. Una corriente está por todo mi cuerpo al tenerlo semidesnudo en un espacio tan reducido y si se me acerca puedo hasta desmallarme.

Mi espalda choca contra la camilla donde estaba echado James cuando he entrado y en menos de cinco segundos le tengo pegado a mí.

Su mano va directa a mi pelo y lo echa hacia atrás dejando mi cuello libre, siento su respiración muy cerca. Mis ojos están cerrados, soy incapaz de abrirlos para asegurar que sigue a centímetros de mí con su pecho húmedo.

Siento un beso húmedo en mi cuello y luego su lengua hasta mi mandíbula. Va dejando pequeños besos hasta llegar a mis labios.

— Tiene pinta de ser una buena noche.

Y después de esas palabras junta nuestros labios en un beso, pero no un beso normal, un beso donde demuestra todo lo que siente.

Sus manos ágiles levantan mi cuerpo y hacen que me siente en la camilla con ambas piernas alrededor de él. En un acto reflejo llevo mi mano hasta su pecho, tenía tantas ganas de hacerlo pero no se el que me lo impedía. La dejo ahí unos segundos como esperando la aprobación y al ver que sigue besándome incluso con más ímpetu la muevo hasta llegar a sus abdominales bien marcados.

Escucho un gruñido por su parte cuando mis uñas arañan su piel, un fuerte tirón en mi espalda hace que nuestros cuerpos se junten más todavía pero segundos después se separa de mí.

— Lo siento, este no es lugar para esto. — Me dice mientras se gira y se mete en el baño con la ropa para cambiarse.

Frunzo el ceño extrañada por su cambio de humor, ¿no es lugar para que? 

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