Capítulo dos

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*Recuerden que esta tipografía significa diálogos en ingles*

🇬🇧📍Londres, Inglaterra | 13:24 p.m. | Discusiones

Te juro que ya no puedo—puse mis manos en mis muslos doblando mi cuerpo del cansancio.

Necesitas eliminar distractores Yuliana, has estado tensa todo el ensayo—dijo mi maestra parándose frente a mi—No creas que se te va a tener preferencia solo porque has sido la reclutada de Brown.

Me tomé el estómago entre las manos, estaba sufriendo del dolor.

Es que enserio no puedo, llevo toda la semana ensayando más de doce otras, no me encuentro bien—amaba mi profesión pero era enfermo ensayar doce horas todos los días, conocía mis límites y yo ya estaba sobrepasándolos todos.

Quieres estar aquí, hazlo. Que yo no veo a tus compañeros quejándose por ensayar el mismo tiempo que tú, ¿O es que no estás a la altura?—escuché las risas de los chicos de mi clase y como pude me recompuse.

Nunca le diga a alguien que no está a la altura y menos a una Mexicana—dije enojada—Vieja amargada—me acomode en mi lugar—¿Vamos a ensayar o se van a quedar ahí parados?

No podía más pero tampoco dejaría que me avergonzara así, y tal vez es algo muy egocéntrico pero nadie va a venir a decirme que no puedo hacer algo. Nunca.

Pase horas ensayando, hasta que la boca del estomago me quemaba, hasta que las ganas de vomitar eran inevitables, hasta que los pies me sangraron, literalmente, hasta que mi boca se quedó seca, ensayé hasta el desmayo.

Tomé un poco de agua para después ponerme mi sudadera y los tenis. Mis ojos se cerraban solos, no había fuerza humana que me hiciera estar cuerda en ese momento.

Estar en Londres era difícil, no tenía amigos, ni salía tanto pues si yo era muy tímida en mi día a día, las personas de aquí no cooperaban, algunos se acercaban a hablarme pero no era tanto por que quisieran saber de mi, si no por Alex pues sabiendo que es mi ex novio piensan que voy a ir en modo hater a sacar sus cosas privadas o situaciones de ese estilo, entonces pensar todos los días en regresarme a Monterrey era como una necesidad. Tanto que le pedía a Dios una señal para saber que hacer.

No odiaba vivir aquí, era un lugar tranquilo para personas que no tienen que ir a la escuela y soportar comentarios racistas "De broma" o que "No son para tanto" por que si, en Londres existía también la gente racista, nadie se salva de eso.

Levante mi maleta en mi hombro con la disposición de irme a la salida, tomé la manija de la puerta y escuché a la instructora hablar.

Piensa bien que es lo que quieres niña, te puedes ir ahora, nadie te va a detener. Ganaste el Grand Prix de pura suerte. No tienes lo que se necesita para estar aquí, ¿Por qué no te quedaste en México a seguir haciendo tus videitos? Al menos en ese trabajo eres buena—suspiré y quise dejarlo así pero era tanto el enojo acumulado que tenía que no iba aguantarla más. Me pase toda mi vida callándome todo lo que me molestaba, callando injusticias que se me hacían peor ya no, no estaba para aguantar más malos tratos.

Si estoy aquí es por algo, si gane el concurso es por algo, si soy famosa es por algo, si tengo las oportunidades que tengo es por algo, ustedes se comprometieron a darme flexibilidad de horarios y hasta ahora no veo que eso esté sucediendo. Estoy aquí porque amo el arte, porque es mi pasión y mi vocación—camine hacia ella—¿Piensa que decirme mexicana o recalcar a cada rato que soy Latina va a herir mis sentimientos? Estoy orgullosa de eso, de ser mexicana y aún así estar aquí, porque soy la única que ha sacado a flote todas las presentaciones que hemos tenido y no lo digo yo, lo dicen todas las reseñas que han salido en revistas o en internet—miré a la mujer de pies a cabeza—así que si no me van a respetar aquí, me voy a ir y si, es amenaza pinche vieja pendeja.

Otro atardecer; Quackity Donde viven las historias. Descúbrelo ahora