La Mujer De Victoriano Santos

Capítulo 7: Una Sorpresa Inesperada

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Reconciliarse con su marido había hecho que Inés hiciera aquellos quesos con más amor y entrega.

Después de haber terminado, aseó todo el lugar, se lavó las manos para ya salir e ir a su casa a descansar.

Ya era tarde, casi anochecía.

Sin embargo, no contaba con se llevaría una hermosa sorpresa.

Cuando llegó a la casa, encontró flores margarita por toda la sala, encima de los muebles y floreros.

Inés se sintió en el paraíso.

Alejandro bajó sonriente.

—Todo esto es obra de papá, mamá... él ideó esto — cuando se acercó a su madre le besó la frente.

—No puedo creerlo, mis flores favoritas...

Victoriano salió del despacho, con un ramo en sus manos y una sonrisa galante.

Inés soltó un suave suspiro al verlo acercarse, se moría de amor por él.

Una de las cualidades que Inés amaba de su marido es que el sabía cuándo reconocer un error y enmendarlo.

—Mi amor, ¿como hiciste esto? —tomó el ramo sin dejar de verlo a los ojos.

—Para mi mujer lo que sea — besó a su esposa sin importarle nada.

Alejandro se incomodó al ver como sus padres se besaban cada vez con más ímpetu.

Alejandro carraspeó.

Ambos se separaron suavemente al recordar que su hijo mayor los estaba viendo.

—Vaya, ustedes si saben besarse, eh...

Inés se sonrojó escondiéndose detrás de su marido.

—Espera que te vea besando con una mujer para molestarte.

Alejandro carcajeó.

—No seas tan gruñón, papá... Y ya que mencionaste ese tema... les tengo una noticia y ver si les parece...

Inés lo miró intuyendo lo que iba a decir.

—Nos la vas a presentar al fin...

—¿Cómo sabes lo que iba a decir, mamá?

—Ah, es que soy tu madre, te conozco...

—Bah... Bueno, pues sí — sonrió —. Papá, tengo novia oficial y quiero presentarla a ustedes, ¿creen que sea posible hacer una cena mañana para la ocasión?

—Ay, no puede ser, ¡yo me encargo, hijo! — habló emocionada —al fin tendré otra mujer entre la familia — se acercó a su hijo para abrazarlo.

—Claro que sí, hijo... ella es bienvenida en esta casa.

—Gracias, son los mejores, papá.

—¡Prometo ser la mejor suegra, mi vida! — gritó emocionada —¿Ella sabe montar? ¿Qué le gusta de comida? ¿Quién es su familia?

Alejandro rió ante las preguntas de su madre.

—Por ahora, solo te diré que le encanta la comida ranchera, mamá.

Inés miró a Victoriano con mucha emoción.

—¡Voy a hablar con Lupita y Nuria! — alejándose —¡Tú no te preocupes, Alejandro! ¡Yo me encargo!

Victoriano y Alejandro vieron como se dirigía a la cocina.

—Vaya, mamá ya está aburrida de tanto hombres en esta casa, papá - bromeó.