Victoriano iba a toda velocidad en su camioneta, sabía dónde era el hogar de Francisco.
Alejandro y sus hermanos iban en la camioneta de su mamá, intentaban ir detrás de él y no perderlo de vista.
Mientras Victoriano conducía, se llenaba de dolor y de odio más que nada, en especial, de Francisco.
-Con mi mujer... - apretaba el volante -te atreviste con mi mujer... - golpeó el volante sin pudor.
Lo que más le dolía era que Inés no le había dicho nada, no había acudido a él en decirle lo que ese hombre le mandaba descaradamente.
Las palabras de aquella nota no paraban de retumbar en la cabeza de Victoriano.
Trataba de ni siquiera imaginar que su propia mujer hubiera quedado en manos de otro hombre, y menos en las manos de Francisco.
Ella lo había elegido a él, siempre a él.
Cuando Victoriano llegó, golpeaba la puerta sin ninguna delicadeza. Claro que sería así, ¿De qué otra manera sería?
-¡Francisco! ¡Francisco! ¡Sal, imbécil! ¡Da la cara!
No hubo respuesta.
-¡Si no abres, yo mismo tumbaré esta puerta!
Después de unos segundos, Francisco abrió la puerta burloso.
No pudo alcanzar a hablar cuando sintió el cuerpo de Victoriano encima de él golpeándolo sin medida.
-¡Te voy a partir tu cara! ¡Con mi mujer no te vuelvas a meter! ¿Quién crees que eres para siquiera tener contacto con ella a mis espaldas? ¿Eh? - le daba puñetazo tras puñetazo -¡Descarado! ¡Ocúpate de tu propia mujer! ¡No vuelvas a mandarle nada a Inés! ¿Me oíste? - se levantó y le dió una patada por el abdomen.
Francisco reía y tocía en tanto.
-Hasta ahora te das cuenta - rió de nuevo.
Victoriano caminaba de un lado a otro, trataba de calmarse pensando en Inés.
-¿Acaso nuestra Inés te lo dijo al fin? - sonreía con dificultad - he perdido la cuenta de cuantas rosas le he hecho llegar... mi Inés es como una rosa... fina... hermosa... y es...
Victoriano nuevamente se fue contra él, sin control alguno.
-¡Maldito! ¡Eres repugnante! ¡Codiciando a la mujer de otro! ¡La mía! ¡Yo fui tu mejor amigo! ¿Quién eres? ¡Te odio, imbécil!
Alicia se asomó atemorizada por el pasillo.
Victoriano estaba nublado de rencor qué seguía golpeándolo sin parar, ni se había percatado de la presencia de Alicia a lo lejos.
Francisco comenzó a defenderse logrando estar encima de Victoriano y devolverle las mismas golpizas como podía.
-¡Tú no eres ningún santo! ¡Inés era para mí! ¡Tus hijos debieron ser mis hijos! ¡Ese bebé que espera debía ser mío! ¡Todo de ella era para mí! ¡Tú eres el ladrón! ¡El que codició primero fuiste tú!
Victoriano gruñía en tanto trataba de defenderse. - ¡Jamás! ¡Ella nunca hubiera sido feliz como lo ha sido conmigo desde el día que nos conocimos!
-¡Eres un...! - le dió un puñetazo en el hombro a Victoriano equívocamente al tratar de dárselo en la cara, Victoriano se había movido.
-¡Tampoco me devolviste la parte que me correspondía! ¡Él me dejó también tierras y tú las tomaste!
-¡Eso nunca ha sido tuyo!
Los hijos de Inés entraron y con prontitud intercedieron entre su padre y Francisco.
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La Mujer De Victoriano Santos
RomanceElla nació para mí, todo lo que tengo y lo que soy se lo debo a ella, es la mujer de mi vida. Nadie se atreva a meterse con ella porque me conocerán. ~~~~~ 🔺Nueva Historia🔺 Una historia donde podrás odiarla o amarla. Autoría: SofiN728