Capítulo 12: Tuyo Y Solo Tuyo

604 72 49
                                    

Hola!

Gracias por leer esta historia... ❤️

Esta historia fue pensada por mí, me gusta escribir historias diferentes acerca de ellos... si han leído mis historias tekilas saben que en ellas hay de todo y puede pasar de todo, no me voy a lo usual.

Esta historia es diferente, causa alegría, tristeza, enojo, felicidad, amor...

"Una historia que podrás odiarla o amarla" puse en mi descripción desde que la publiqué.

Me escribieron tanto público como privado que ya no les gustaba mi historia y está bien. ❤️

Supe desde el principio que no a todos gustará y es completamente aceptable.

Esta historia de Inés y Victoriano es hasta ahora la más sentida para mí y causarán una lluvia de emociones en lo próximos capítulos, mucha ternura.

Gracias por el apoyo que me dan, trato de ser auténtica en mis historias y hacer una lluvia de emociones en mis palabras.

Eso es todo... 🥺🫶🏻

Si gustan, continúen con otro capítulo de hoy...
⬇️
⬇️
⬇️
⬇️
⬇️
⬇️

---------------------------------------------------------------

>>>Habitación de Inés>>>

Los tres hijos de Inés sentados en el sofá de aquella habitación esperaban pacientemente que despertará Inés, y su padre sentado frente a ella.

El silencio reinaba en aquel lugar, el olor de hospital les removía el estómago a los cuatros hombres, no les gustaba para nada estar en su lugar y mucho menos tener a la mujer más importante para ellos en una cama de hospital.

La cabeza de Inés estaba vendada, sus ojos cerrados todavía, sus labios ya habían vuelto a su color habitual, pero sus mejillas estaban pálidas.

Inés despertaba de a poco y Victoriano se incorporó.

—¡Daniel, llama al doctor!

—¡Sí, papá! —levantándose fue y salió de la habitación.

—¿Inés? ¿Mi amor?

Inés se removía quejumbrosa, conforme despertaba sentía un dolor insoportable en su cabeza.

El doctor entró apresurado con una enfermera detrás.

Daniel entró segundos después atemorizado.

—¿Señora?

—Mmm... — abría los ojos despacio — ¿Qué pasó? Gracia... mi yegua... -susurró.

—Inés...

Inés abrió completamente los ojos y se extrañó.

—¿Porqué está todo borroso?

El diagnóstico del doctor había sido realidad.

—¿Porqué no veo nada? —comenzó a alterarse — ¿Por qué tengo la visión así? —sintió un peso de más en su brazo derecho, trató de esforzar su vista para lograr divisar lo que había en su brazo pero no lograba ver nada — ¿Qué tengo en mi brazo? ¡Estoy asustada! ¡No entiendo nada! ¿Dónde está mi marido? — comenzó a llorar — ¡Victoriano! — gritó desesperada.

Victoriano se acercó a ella desesperadamente en tanto escuchaba como lo llamaba.

—¡Aquí estoy, mi amor! ¡Aquí estoy!

—¿Dónde estás? ¡No te veo! ¡No veo nada!

Victoriano tomó la mano izquierda de Inés. —Aquí estoy, mi morenita... aquí estoy contigo — respondió con voz quebrada a su esposa.

La Mujer De Victoriano SantosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora