CASATE CONMIGO...

31 4 0
                                    


PAULA.

Me entrego completamente en cada beso, en cada caricia y la profundidad de su mirada mientras me hace el amor de una manera tan intensa que me consume. Siempre debió ser así, ambos juntos complementándonos. Lo arruinamos, pero parece que con cada segundo que pasamos juntos algo se repara dentro.

Las miradas cargadas de deseo y amor. El espacio que parecía vacío y se llena con cada suspiro. Las piezas que parecen no encajar y que en este momento se encuentran ensambladas a la perfección. Todo parece perfecto en este instante... él lo parece.

Hay un momento en el que me siento culpable por disfrutarlo de una forma en la que jamás he podido disfrutar la intimidad con Jared, pero me deshago de todos esos pensamientos y me concentro en este perfecto presente.

Nos quedamos recostados en la cama dándonos pequeñas caricias y hablando de nosotros.

—Antes de morir mi madre me dijo algo que jamás he podido hablar con nadie —dice de repente.

Levanto mi cara de su pecho y lo observo.

—¿Quieres contármelo? —pregunto dudosa.

—Me dijo que tenía una clase de efecto en las personas. Ella dijo: tu simple presencia mueve la vida de todos, los haces bailar a tu propio ritmo y es un ritmo precioso... —comenta perdido en sus pensamientos.

Lo observo por unos segundos y veo a ese chico herido que jamás pudo superar quedarse sin la persona por la que su mundo giraba. El y su madre poseían esa conexión especial que te hace envidiarlos y añorar que alguien te amé de la misma forma.

—Creo que tenía razón —hago una pausa—. Lo veo en la forma en la que tocas los corazones de las personas con tu música. Eres de los pocos artistas que entregan todo en sus canciones y no lo digo solo porque seas tú, es porque lo siento. Eres tan especial y creo que aun si no te hubieras convertido en esto lo harías. Lo hiciste conmigo de una manera tan natural... —digo tratando de transmitirle todo mi amor en palabras.

—Tengo miedo de arruinarlo... —susurra con una voz cargada de terror.

Me acomodo sobre él rápidamente y tomo su rostro entre mis manos para que escuche con atención lo que le voy a decir.

—No lo harás. Sé que vas a hacer cosas increíbles y estoy tan segura porque cada vez que crea que lo estas echando a perder te voy a recordar que puedes hacerlo mejor —hablo firme.

Sus ojos me observan con una devoción tan intensa que me abruman un poco, pero no me aparto.

—Ella tuvo razón en una cosa —afirma.

—¿Qué cosa? —pregunto.

Se endereza un poco conmigo encima y mete su cara entre mi cuello.

—Dijo que eras una chica increíble y sé que lo arruine muchísimo contigo. Fui un completo imbécil, era un niño asustado que creyó que hacia lo mejor. Lo siento tanto, no merezco que estés aquí conmigo; pero no puedo verte de nuevo mientras te alejas de mí, no solo por cinco años sino para siempre. No puedo volver a estar lejos de ti. No me dejes, no te cases con él. Yo te daré el mundo entero si te quedas conmigo. Antes no tenía nada y ahora que tengo algo quiero que también sea tuyo —dice con ansia.

Su cuerpo tiembla de miedo y desesperación. Reconocería donde fuera esa clase de sentimiento. Me sentí de la misma forma ese día que hace cinco años que me subí a un avión dejándolo atrás.

—Estoy aquí ahora y no me iré —susurro y beso uno de sus hombros.

—Cásate conmigo... —dice.

CUANDO EL AMOR NOS DIO OTRA OPORTUNIDAD.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora