Capítulo XI

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Jerry había salido de la oficina de Tony, mientras que los otros tres hombres se quedaban ahí.

-T: Ese perro... Ese puto gringo...

Tony abrió un pequeño cofre donde tenía listas ya unas líneas de coca, para luego aspirar una, siendo sincers a Miguel no le gustaba verlo drogado, ya que Tony de manera natural ya era violento y algo explosivo, pero con cocaína lo era aún más, pero no podía hacer nada, sabía que estaba así por el estrés del matrimonio y el estrés de los negocios y ahora, aún más con lo de los intereses de los bancos.

-T: Me habla como si fuera un puto imbécil que bajó de un bote.

-Many: Oye, Tony... No necesitas a ese banquero hijo de puta... Deberíamos de hablar con ese judío... Seidel Bound ¿De acuerdo? El tiene su propio banco, cobra 4% a lo sumo y está conectado.

-T: Putos... Mafiosos... Italianos... No confío en ellos.

Refutó Tony mientras encendía un puro.

-M: ¿Puedo dar mi opinión acerca del judío?

-Many: Adelante.

-M: Many... Tanta belleza junta me genera desconfianza... ¿Solo cobraría 4%? Siento que hay algo chueco ahí.

-T: ¿Chueco?

-M: Algo que no está bien... Me genera desconfianza a lo que Many a dicho acerca de esa situación... Claro, es solo mi opinión.

-Many: ¿Hay alguna mejor opción?

-M: Pues no lo sé, quizás sí... Quizás no... Tony, tienes dinero suficiente para pagar los intereses que está generando el banco... No necesitas ahorrar más.

-T: Eso es lo que pasa... No tienes ambición.

-M: Eso es lo que pasa, tu ambición te llevará al declive si sigues así... Lo mejor sería parar un poco. Tony tú lo sabes... Sabes que es tiempo de frenar un poco... Ni siquiera sabes que hacer con el dinero ya.

-T: Ese es mi problema, chico... ¿Tú que sabes?

-M: Mi opinión es que, en el negocio que está haciendo Many, los podrían estafar... Hay muchas personas que actúan así para atrapar de una cosa u otra a los "criminales"... Precisamente, porque saben que son ambiciosos y siempre quieren más de lo que tienen, saben por donde atraparlos.... El dinero... ¿Cómo? Evasión de impuestos, lavado de dinero y esas cosas.

-T: Escúchalo, Many... Sabe más que tú y que yo juntos.

Dijo Tony sarcásticamente, Miguel únicamente soltó un suspiro de frustración.

-M: ¿Saben qué? Hagan lo que quieran... Igual, nunca me escuchan...

Miguel se dió media vuelta para ir a la puerta y comenzó a caminar.

-T: Ey... No te vayas, aún hay cosas de las que debemos hablar.

Dijo Tony en un tono algo alto, para que Miguel pudiese escucharlo.

-M: ¿Y para qué me necesitan aquí? Si mi opinión nunca la escuchan.

-T: Vamos, cariño... Vuelve aquí mi amor, ven.

-M: No me llames así.

Dijo Miguel con un tono de molestia mientras regresaba a dónde estaba el escritorio.

𝕎𝕚𝕥𝕙 𝕒 𝕥𝕒𝕤𝕥𝕖 𝕠𝕗 𝕒 𝕡𝕠𝕚𝕤𝕠𝕟 𝕡𝕒𝕣𝕒𝕕𝕚𝕤𝕖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora