Capitulo XXVII [+18]

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Unos cuantos minutos habían pasado, y entre besos y mordidas la situación había subido de temperatura, ambos reflejaban la excitación a flor de piel, sus voces un tanto temblorosas, el agua que en cierto modo estaba algo fría, pero a la vez sus pieles estaban tibias.

-T: Jamás lo había hecho en un lago...

Susurró Tony al oído de Miguel con una pequeña sonrisa, mientras que el mexicano sonreía también.

-M: Yo menos...

Así pasaban los minutos, hasta que Tony tomó entre sus brazos a Miguel sujetándolo en su regazo mientras que el contrario enredaba sus piernas en la cadera de Tony. Tony tomó su miembro para colocarlo dentro de Miguel con delicadeza para luego comenzar a embestir lentamente.
Tony buscó los labios de Miguel para comenzar a besarlos con una pequeña sonrisa sin dejar de embestir, aumentando poco a poco la velocidad en sus estocadas.
Minutos pasaron y ambos seguían en aquella posición, mientras que Miguel había dejado completamente marcada la espalda de Tony con sus uñas, escondiendo su rostro en el cuello de Tony con una ligera sonrisa y a la vez dejando unos ligeros besos en su cuello.
Pasado un rato, ambos habían llegado al orgasmo, dejando salir unos agudos gemidos.
Al pasar unos minutos, ambos habían salido del lago para vestirse con una ligera sonrisa en su rostro.
Cuando ambos estuvieron con la ropa puesta, se sentaron en la manta que había en el piso, para después mirarse mutuamente.

-T: Nunca me había sentido así, chico...

Dijo Tony casi en un susurro mientras veía al menor con una ligera sonrisa.

-T: No sé que es lo que me haz hecho... Pero me gusta...

Miguel únicamente rió un poco al escuchar las palabras de Tony.

-T: ¿Qué? ¿Te estás burlando?

-M: No, no... Para nada... Es solo que... Jamás imaginé oírte hablando así....

Soltó Miguel mientras se acercaba a Tony y lo abrazaba ligeramente acostándose en su regazo.

-M: ¿Recuerdas cuando me dijiste que todo ésto sería sin sentimientos?

-T: Si... Lo recuerdo, chico...

-M: Bueno... Yo ya no sabía qué hacer... Ya me había enamorado de ti...

-T: ¿Enserio?

-M: Mjmm... Me sorprende que no te hubieses dado cuenta...

Miguel se levantó un poco para comenzar a abrir la comida con cuidado de no tirar nada.
Tony solo lo veía con una expresión de saber que era lo que Miguel pensaba, era como si Miguel no tuviera ningún secreto con él pero a la vez seguía teniendo una personalidad misteriosa.

-M: Tengo hambre... ¿Tú no?

Tony solo asintió un poco mientras se acerba para comer con Miguel.
Así pasó el día, ambos hablando de su vida y otras cosas, hasta que comenzó a hacerse tarde y tenían que volver a la casa, pero ahora ambos volvían con una sensación de por fin estar completos, se habían contado toda su vida, todos sus gustos, todas las cosas que les disputaban. Ahora parecía que ambos se conocían más.
Al subir a los caballos, Tony sabiendo montar mejor y eso lo hacía sentirse bien, ya que Miguel lo había ayudado a mejorar, y no cabía duda de que el mexicano se preocupaba por él.
Pasados unos minutos, ambos iban en los caballos, con una ligera sonrisa, el transcurso era silencioso, más no incómodo, hasta que Miguel comenzó a cantar una canción.

-M: Porque tu amor es mi espina
Por las cuatro esquinas hablan de los dos
Que es un escándalo dicen
Y hasta me maldicen por darte mi amor

𝕎𝕚𝕥𝕙 𝕒 𝕥𝕒𝕤𝕥𝕖 𝕠𝕗 𝕒 𝕡𝕠𝕚𝕤𝕠𝕟 𝕡𝕒𝕣𝕒𝕕𝕚𝕤𝕖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora