Capitulo XX

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Una vez ambos hombres estaban abajo del taxi, caminaron hacia la casa, la cual había cambiado ligeramente, puesto a que la madre de Miguel había hecho unos cuantos cambios gracias al dinero que Miguel había mandado.
Al estar frente a la puerta, Miguel tocó el timbre de ésta, unos segundos después abrió la puerta a una mujer de estatura mediana y piel trigueña, la cual al abrir la puerta sonrió ampliamente al igual que Miguel.

-M: Mamá...

-Rosario: Miguel... Mi Miguel...

Ambos se acercaron para abrazarse con una pequeña sonrisa soltando algunas lágrimas de felicidad.

-Rosario: Mírate nomás... Que guapo estás.

Miguel sonrió un poco mientras se separaba ligeramente.

-M: No podría ser de otra forma si tú eres mi mamá...

La madre de Miguel se hizo a un lado para que pudieran pasar.

-M: Mamá, te presento a Antonio Montana... Tony, le gusta más que le digan así.

-T: Mucho gusto, señora.

Dijo Tony con una ligera sonrisa mientras le extendía la mano en forma de saludo, mientras que Rosario se acercó para abrazarlo.

-Rosario: Miguel me había hablado mucho de ti y de Many, que lo han ayudado mucho.

Tony correspondió su abrazo con una pequeña sonrisa.

-T: En lo que hemos podido... También Miguel nos ha ayudado mucho.

En ese momento Tony y Rosario se separaron del abrazo mientras Miguel los miraba un poco.

-M: ¿Y Jorge?

-Rosario: Aún no llega del trabajo... Se quedó con tu empleo cuando te fuiste.

-M: Me alegra... ¿Se ha estado comportando?

-Rosario: Y muy bien... Le dará mucho gusto verte... Pero por favor, deben de estar cansados.

-M: No mucho, iré a subir las maletas.

-T: Te acompaño, chico.

-M: Dejaré mis cosas en la habitación de Jorge... Tony, tú te quedarás en el mío ¿De acuerdo?

-T: Para nada, chico... ¿Cómo te voy a sacar de tu habitación?

-M: No hay más habitaciones... Yo dormiré en la sala.

Tony miró a Miguel, de aquella forma tan característica, no podía disimular sus sentimientos, Rosario notó aquella mirada y sonrió disimuladamente, ya que Miguel veía a Tony de la misma manera.

-M: Luego decidimos eso ¿Te parece?... Ahora hay que subir las maletas.

-T: Como tu digas, chico...

-Rosario: Yo prepararé algo de comer mientras ustedes se deciden.

-M: Gracias, mamá.

Aquellos subieron las escaleras con las maletas, yendo en dirección a la habitación de Miguel.
Una vez estuvieron fuera abrieron la puerta, Miguel observando que rodo estaba tal cual lo había dejado.

-T: Vamos, chico... Es cama matrimonial, los dos alcanzamos bien... Además, no es la primera vez que dormimos juntos.

Dijo Tony con una pequeña sonrisa mientras Miguel dirigía su mirada a Tony.

𝕎𝕚𝕥𝕙 𝕒 𝕥𝕒𝕤𝕥𝕖 𝕠𝕗 𝕒 𝕡𝕠𝕚𝕤𝕠𝕟 𝕡𝕒𝕣𝕒𝕕𝕚𝕤𝕖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora