Capitulo 6

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Ever Anderson:

Ha pasado un mes desde aquel día, y hemos estado mas cercanas que antes, ayer fuimos a una galería de arte, fue increíble mirar su cara mientras miraba cada obra de arte, para mí la única obra de arte en ese lugar era la que tenia frente a mi siempre que se paraba a tomarse una foto. Y bueno he estado pensando en muchas cosas, hace un tiempo podría haber cuestionado estar tanto tiempo con ella, no habría creído, pero ahora sí, estoy segura de eso porque lo estoy viviendo.

- ¿en qué piensas? - pregunto mientras se sentaba junto a mí.

Estábamos en un estanque de patos, eso sí, no había ningún pato, compro semillas y migas de pan para darles, cuando llego y no vio ninguno me dio risa, me burle de ello por unos minutos, pero luego comenzó a darles a unos pajaritos que llegaban.

- En lo linda que te ves- dije mirándola.

- ¿Me lo tomo como cumplido o coqueteo? - se acercó a mí.

- Tómatelo como quieras, ambos son buenos- dije tomando una botella con limonada.

- ¡Yo quiero! - hizo ojitos de niñita.

- Toda suya- le pase un vaso.

- ¿Quieres ir a comer? - me levante.

- Depende- sonrió mientras la ayudaba a levantarse.

- ¿De qué? - le sonreí.

- De donde vamos- se puso un poco de puntitas.

- ¿Y dónde quiere ir? - puse mi mano libre en su cintura.

- Hay un lugar al cual me llama la atención ir, pero yo quiero manejar- coloco sus manos en mi nuca.

- No, ni sabes manejar- junte mi frente con la suya.

- Bueno, solo confía en mi- junto sus labios con los míos.

Nos subimos al auto, ella iba a manejar, la verdad no sé cómo sabe manejar, o como le dieron su licencia de estudiante para conducir, es una licencia para estudiantes que tiene transporte propio, es como la licencia normal, solo que dice estudiante.

- Bien, ¿Cómo se encendía? - dijo colocando sus manos en el volante.

- Jooder- apoye mi cabeza en el asiento.

- No te creas, si se- lo hecho a andar y partimos.

No tenia idea de donde quería ir, pero nos estábamos alejando un poco de la ciudad, lo cual vaya a saber a que lugar vamos a llegar.

- ¿Por qué tan callada? - pregunto con la vista al frente.

- No me vas a secuestrar, ¿verdad? - dije divertida.

- Si, te voy a dejar en una casa, viviremos ahí, solo nosotras, y veremos si te dejo salir, pero te tendré solo para mí- sonrió bajando la velocidad.

- No me molestaría, pero déjame hacer una carta de que no me busquen- mire hacia un local.

- Llegamos- sonrió deteniendo el auto.

- Vaya lugar- me baje y mire un puesto de comida rápida.

- ¿Te gusta? - pregunto sonriendo.

- Si, esta interesante, no me lo esperaba- le sonreí.

Cuando terminamos de comer, fui a pagar, ella insistió en pagar ella, pero le dije que para la próxima.

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