Ever Anderson:
Había una vacío en mi pecho, el cual no sentía desde hace mucho tiempo, un vacío, un espacio en mi corazón el cual dejo ella, lo hizo cuando me dejo sin ser nada, cuando aparte de romper mi corazón se llevo unas piezas que necesitaba para reconstruirlo, sabía que no quedaría igual, las grietas no se pueden cubrir fácilmente, y las cicatrices no desaparecen, pero por lo menos lo podría reconstruir.
Cuando salió por la puerta, sabía que no volvería, pero por alguna razón tenia la esperanza de que lo hiciera, pero no paso, y entendí que todo era demasiado bueno para ser real, pensé que estaba incomoda conmigo esas dos semanas antes por lo que le dije, sin saber que era porque solo quería jugar un rato, porque por alguna razón sabía que esto podría acabar así, ella solo era una niña que quería indagar en su sexualidad, y yo alguien que cayo en su juego, que al primer chasquido de dedos estuve para hacer lo que quisiera.
No podía llorar, tenia como una espina que no salía, que estaba dentro y no podía sacarla, la cual no me dejaba llorar, y fue entonces cuando marque.
- ¿Qué pasa? - dijo el apenas contesto.
- ¿Estás en tu casa? - pregunte.
- Si- seguramente estaba medio dormido.
- ¿Puedo ir? - susurre.
- Ven ahora- susurro.
Cuando llegue toque la puerta y abrió a los pocos segundos.
- Ven aquí- extendió sus brazos y lo abrace.
Llore, llore dejando salir todo lo que sentía, llore recordando lo que ella había dicho y lo que habíamos vivido, llore por cada uno de los días que pasamos juntas, por cada noche y por cada hora, no llore por arrepentimiento, al contrario, agradecía poder estar con ella.
Pero tenia claro de que ya nada seria igual, no la odio, al contrario, la sigo queriendo y me arriesgo a decir que la amo, y es que no puedo odiar a la persona que venia a mi mente en los días malos, aquella que no sabia de mis sentimientos, pero la cual cada noche pensaba antes de dormir, no podía olvidarla ni odiarla, pero podía sacarla de mi mente, o intentarlo, nada se pierde, pero ahora recuerdo porque me da miedo el fracaso, o porque simplemente no me arriesgo. Pero lo are, me arriesgare nuevamente.
- ¿Qué paso? - dijo Emmet mirándome.
- Pues pasa que fracase, la perdí Emmet- mire mis manos.
- ¿Como?
- Le dije lo que sentía, le dije que la quería- susurré.
- Y te dijo que no- tomo mi mentón y levanto mi cabeza.
- Desapareció por dos semanas, y cuando la volví a ver, dijo que ella no podría querer a alguien como yo, y el otro día me había dicho que me quería, pero ahora dijo que no me podía querer porque no tenía claro lo que quería- dije mientras la vista se volvía borrosa.
- No pasa nada seguro que no estaba lista- me abrazo otra vez.
- Emmet- me separe y lo mire.
- Dime- me miro preocupado, una mirada que pocas veces había visto.
- ¿hice algo mal? - susurré con la voz entrecortada.
- No mi niña- coloco sus manos en mis hombros- solo le abriste tu corazón, que eso no es malo. No hiciste nada mal.
- No quiero volver a abrir mi corazón- dije asegurándome.
- No puedes tomar decisiones estando triste- se colocó junto a mí y paso su brazo por encima de mi hombro.
- No lo abriré nuevamente hasta que cicatricé- dije mientras caminábamos hasta el sofá.
- ¿Y por qué no intentas dejarlo abierto? - pregunto sentando es uno de sus sillones como flotadores con agua dentro.
- Porque si vuelve entraría fácilmente otra vez, y no quiero ser vulnerable y débil otra vez frente a ella, no puedo- me senté junto a él.
- Claro- encendió la tele.
- ¿Me puedo quedar aquí hoy? - pregunté mirándolo.
- ¿Y pensabas que te iba a dejar ir en estas condiciones? - se quitó sus zapatillas.
- Gracias- pronuncie secándome unas lágrimas que seguían cayendo.
- No tienes porque agradecer- susurro cerrando un poco sus ojos.
Eran las cuatro y cincuenta de la madrugada y no podía dormir, pensaba en que tenia que ser alguien con las cosas claras, papá una vez me ofreció tener alguna de sus empresas, que si quería podría terminar el instituto virtualmente o simplemente dar una pequeña suma de dinero para pasar el último año, si quería ir con el a aprender el manejo de las empresas, soy la única heredera lo que significa que algún día tendré que aprender todo eso.
Le escribí un mensaje esa misma noche, diciéndole si podríamos vernos en algún lugar para conversar el tema, tardo unas horas en responder, dijo que con mucho gusto nos juntáramos, hacia rato no nos veíamos (unos dos años tal vez) y le gustaría saber de mí, nos juntaríamos en Richwood, me enviaría los pasajes para el avión y nos juntaríamos en el hotel.
- Hablé con mi padre- dije mientras miraba a Emmet.
- ¿de verdad? - pregunto un poco confundido.
- Si, tengo que tener algo claro en mi vida, y creo que ya no hay nada que me aferré tanto a este pueblo mas que tu y el recuerdo de mi madre, pero tu te iras a la universidad, lo cual me hace entender que tengo que avanzar en mi vida- sonreí.
- Serás increíble manejando alguna de las empresas de tu padre, ya te imagino- me sonrió divertido.
- Me voy mañana por la tarde- mire por el ventanal hacia la piscina.
- ¿algo que quieras hacer antes? - pregunto mirando en la misma dirección que yo.
- Disfrutar un poco antes de irme- me levante y seguido el también.
- ¿Y que es disfrutar? - pregunto.
Lo ultimo que recuerdo era estar comiendo una hamburguesa con una botella de whisky junto a mí, Emmet estada fumando entre las olas, mire el atardecer, el naranja, amarillo y rosado, combinados eran una mescla inolvidable, sonreí porque a pesar de todo, no era tan malo, aparte de tener mi vida en otro corazón que no era el mío, si todo estaba increíble.
Holaaa!! que tal va todo??
Espero que les haya gustado este capitulo, con los sentimientos de Ever.
Muchas gracias por leer!!!
ESTÁS LEYENDO
Destinos cruzados
Teen Fiction¿Qué ocurre cuando te enamoras de la persona de la que no pensabas enamorarte?, o peor que ocurre si es la novia de tu "mejor amigo", eso era lo que mi mente pensaba hasta ese día, aquel día que me comenzó a desesperar aquel sentimiento que segurame...