Capitulo 17

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Ever Anderson:

Muchas noches, mañanas, tardes y madrugadas pensaba que no me quería, que nada de lo que habíamos vivido había tenido sentido para ella, mis pensamientos estaban llenos de su nombre, su olor, cada uno de sus suspiros, las pequeñas risas, sus lunares y esos ojos verdes olivo que depende del clima se volvían más claros o más oscuros, pero seguían siendo mi lugar seguro; tantas noches pensando en lo que pudimos y no fuimos, lo momentos que compartimos, los recuerdos que un día vivimos.

Cuando dijo que me quería, cuando hablo sobre el miedo que le tenia al rechazo de su madre, a decepcionarla y no ser lo que ella quisiera, no había pensado que una persona como ella le tuviera miedo al que dirá su madre... cuando la vi llorar mi corazón se derritió, sabía que los muros que había estado construyendo para que no pudiera entrar tan fácil nuevamente, se derrumbaron en el momento que hablo... lo admito, odio a su madre por hacer que ella se sintiera incapaz de lograr sus sueños, porque le causo miedo de ser rechazada si no era la mejor, de que solo se preocupara de hacerla sentir orgullosa, porque además la hacía sentir insuficiente, y es la persona suficientemente capaz para hacer lo que se proponga... dijo que seguramente la odio por haberme roto el corazón, pero no es así, me rompió el corazón, pero mis sentimientos por ella nunca cambiaron, porque a Sophia yo la amo, aunque no se lo haya dicho, es lo que siento y seguramente seguiré sintiendo, en este tiempo sin ella me di cuenta que no la podría dejar de sentir cosas por ella ni aunque me muera, porque mi alma seguiría amándola desde donde este.

- ¿Café y huevos o café con algo que no sean huevos? – pregunto Hanna.

- Café con huevos – respondió Audrey sentándose en el sofá.

- Solo café – le dije sentándome junto a la embarazada.

- Te agradezco nuevamente por permitirme quedarme en tu casa, te prometo que pronto llamare a mi abuela para poder irme a vivir con ella – me miro.

- No hay de que, enserio quédate el tiempo que necesites – le di una sonrisa de lado.

Hoy es ese día de verano que amanece con ganas de llover, el sol no se ha dejado ver hasta el momento, y seguramente por el resto del día tampoco.

Cuando llegue al hotel para tener una pequeña reunión como Neil, Stan y Carlos, ellos ya habían llegado, quedamos de hablar sobre los nuevos proyectos en la costa, o próximas ampliaciones, hace una semana Stan había ido a mi casa con unos papeles de unas mejoras para el hotel, ahora solo decidiremos las nuevas propuestas y ampliaciones... solo estamos esperando que Hanna vuelva del baño.

- Podríamos presentar nuestras propuestas, y si ninguna nos convence, pues hacemos una en común y ya – dijo Neil sacando su laptop.

- De acuerdo – dijimos todos al mismo tiempo.

Comenzó Steve con la idea de colocar una fuente estilo griega, en la que las personas pensaran que, si tiran una moneda pidiendo un deseo, y si desaparece se hará realidad, solo nos encargaremos de sacarla y nos quedaremos con esa moneda.

Neil prefirió irse con una idea para el próximo hotel, ya que este tiene bastantes cosas y está bastante constituido, propuso un hotel color rosa, que llame la atención de las personas, y que por dentro sorpresivamente también sea rosa, y se supone que son personas maduras, porque al ser llamativo las personas llegarían y les gustaría alojarse en un lugar así.

Cuando Carlos estaba colocando su presentación, mi celular comenzó a vibrar, llamada entrante desconocido, colgué, y continuo, llamada entrante, volví a colgar, estuve a punto de apagarlo cuando volvió a parecer llamada entrante.

- Lo siento – me levanté y salí al pasillo para contestar.

Descolgué la llamada y sonó una voz, era Luis.

Destinos cruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora