SUS PASOS NUNCA FUERON NADA MENOS QUE PREMEDITADOS, CADA PASO RETUMBANDO EN LOS PASILLOS DE piedra helada. Ella imitaba a su padre de esa forma, que necesitaba el control sobre todo lo demás. Era un hombre frio, siempre 238,987 pasos más adelante que sus enemigos y aliados.
Brigitte Alarie conocía la importancia de la belleza. Era un encantamiento potente, uno que su madre empleaba con un abrir y cerrar de ojos.
Mientras más personas comenzaban a llenar los pasillos, las personas le señalaban a sus amigos el espectáculo, con susurros de envidia y lujuria.
Ellos la querían a ella o ser ella.
Las velas eran nativas de Bulgaria, pero ella había crecido pasando la mitad de su tiempo en Francia, y la otra mitad en Inglaterra. Los Alarie eran una familia muy respetada de sangre puras, aunque no eran parte de los Sagrados 28, debido a que sus padres eran Franceses.
Esto fue antes que Alexandre Alarie cayó por los poderes seductivos de su madre. Entre los del mundo magico, las veelas eran odiadas por las amantes, pero más bienvenidas por los magos, especialmente bajo las sabanas. Aunque eran clasificadas como Seres por el Ministerio de Magia, casi siempre eran consideradas como impuras por las familia sangre pura.
Su madre había sido rumoreada de ser la propia Afrodita en su pequeño pueblo en Francia. La herencia Veela era más común ahí, aunque sus poderes eran más definidos.
Muchas de sus compañeras de Beauxbatons tenían sangre Veela, algunas cuantas eran un cuarto o un octavo veelas, pero ella era mitad, convirtiéndola en un espectáculo entre espectáculos. Eran una raza en decadencia, similar a las pocas familias sangre puras restantes que disminuían cada año.
En Hogwarts, eran aun mucho menos comunes. De hecho, cuando Brigitte inspeccionó la escuela mientras el viejo sombrero marrón mohoso era puesto por sus cabellos rubios cuidadosamente rizados, parecía que era la unica con notablemente magia Veela.
Ella nunca hubiera escogido mudarse a Inglaterra, no cuando ella hubiera podido vivir la comoda y fácil vida en Beauxbatons. Nadie la comía con los ojos como si fuera algún tipo de germen en una placa de Petri, de hecho, tenía muchos amigos que disfrutaban de su humor y estudiaban con ella hasta tan tarde que podían ver el amanecer.
En Hogwarts, todo el colegio, especialmente muchos hombres, habían estado particularmente interesados en ella mientras esperaban el veredicto del sombrero. Ella había hecho su investigación previa y había decidido que Ravenclaw y Slytherin eran buenas casas. Los uniformes también combinaban con su fría complexión.
Desde que ella era una pequeña niña, ella quería esconderse. Quería usar pantalones en lugar de faldas, camisetas al menos una talla más grandes para prevenir que otros la miraran. Sin embargo, su padre le dijo que era su deber caminar con la cabeza en alto, mostrarle al mundo lo muy hermosa que era.
Así que ella entró, su mentón en alto, ojos fríos, ya que sabía lo que significaba los apegos. Eran inservibles, ya que todos la veían como algo para experimentar sus afectos. Vuélvete muy cercano a alguien y pronto verás sus verdaderas intenciones.
Su padre no había sido para nada cerca de encantador cuando conoció a Caroline, pero mientras pasaban los años, comenzó a usarla como una pequeña arma para sus planes. Caroline siempre había sido más aterrizada, a pesar de su complexión de diosa. Ella había ayudado a agregar un centímetro más a la falda de su hija y trenzaba el cabello de su hija cuidadosamente, tirando de nudos sueltos.
Cuando el sombrero había gritado Gryffindor, Brigitte casi bufó en voz alta. Sabía como manipular a otros para que cumplieran sus ordenes con solo una mirada. Ella no tendría que hacer su tarea de todo el año si lo quisiera, se conseguiría a un pobre chico que se lo haga. ¿Pero había sido mandada a la Casa que valoraba a los héroes y fuerza bruta?
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𝐭𝐡𝐞 𝐝𝐨𝐰𝐧𝐬𝐢𝐝𝐞𝐬 𝐨𝐟 𝐢𝐫𝐫𝐞𝐬𝐢𝐬𝐭𝐢𝐛𝐥𝐞, james potter
Fiksi Penggemar𝘦𝘯 𝘥𝘰𝘯𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘷𝘦𝘦𝘭𝘢 𝘦𝘮𝘰𝘤𝘪𝘰𝘯𝘢𝘭𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘥𝘪𝘴𝘵𝘢𝘯𝘵𝘦 𝘴𝘦 𝘦𝘯𝘤𝘶𝘦𝘯𝘵𝘳𝘢 𝘢 𝘴𝘪 𝘮𝘪𝘴𝘮𝘢 𝘢 𝘵𝘳𝘢𝘷𝘦𝘴 𝘥𝘦 𝘫𝘢𝘮𝘦𝘴 𝘱𝘰𝘵𝘵𝘦𝘳 Nunca te contaron la belleza de una espada de doble filo. Brigitte Alarie nunca hab...