𝟐𝟏. 𝐚𝐣𝐞𝐝𝐫𝐞𝐳 𝐞 𝐢𝐧𝐭𝐞𝐫𝐜𝐚𝐦𝐛𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐫𝐞𝐠𝐚𝐥𝐨𝐬 𝐚𝐜𝐥𝐚𝐦𝐚𝐝𝐨 𝐩𝐨𝐫 𝐥𝐚 𝐜𝐫𝐢𝐭𝐢𝐜𝐚

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EL VIENTO ESTABA VIVO CON DELICIAS DE AZCUAR MIENTRAS LAS FESTIVIDADES SE ACERCABAN. MEZCLÁNDOSE CON el estaba la calidez espesa y viciosa que se expandía desde la punta de tus dedos físicamente congelados hacia las profundidades de tu corazón.

Había algo sobre el inverno que te hacia querer acurrucarte con una taza de chocolate caliente y abrazar a tus seres más queridos. En años pasados, Brigitte podía encontrarse bufando mientras sus compañeras tenían sus sonrisas permanentes, la anticipación de las vacaciones de invierno llegando a su punto más alto al final de un largo día.

Ahora, podía entender el atractivo. No estaba atrapada entre las franjas de seda y vestidos de fiesta extravagantes que podría haber disfrutado bajo circunstancias diferentes. Miradas frías lo suficientemente heladas para congelar hasta los corazones más suaves, y lujuria depredadora en el aire como una mosca molesta en su casa.

Se sentía contenta con morder galletas navideñas colgadas que James y Sirius habían inventado con los Elfos Domésticos, posiblemente incluso podía ignorar la muerte inminente mientras mordía un cáscara de huevo, y holgazanear mirando a Dave ( casi todos los días terminaban siendo un día libre ) perseguir burbujas que salían de la varita de Mary.

A pesar del clima violento que había golpeado al castillo, Brigitte podía decir con seguridad que nunca había sentido tanta calidez.

Marlene se las había arreglado para convencerla que no valía hacer cálculos extras para determinar precisamente cuantas calorías tenia una galleta, especialmente no debía juzgar las monstruosidades misteriosas no secadas que James y Sirius crearon para ella y los otros. El sustento era sustento, y ya sea que venga en forma de cacerolas veganas o heterodoxas y galletas francamente repulsivas, no importaba mucho.

Brigitte determinó que esta sería la única forma aceptable de presión de grupo al que se permitiría sucumbir, y se comió la maldita galleta.

Decir que los otros estaban felices estaba de mas.

Incluso los profesores podían ser vistos hablando animadamente entre ellos sobre su shepherd pie calentado. El Profesor Slughorn incluso estaba usando una corbata festiva de muérdago, a lo que Sirius y Remus se burlaron varias veces, aunque Remus también era podía aguantarse la risa muy bien, dejando a su pobre profesor en la ignorancia.

La mas sorprendente de todos era Minerva McGonagall, que podía ser vista tarareando villancicos Navideños por lo bajo. Su fachada seria se mantenía, pero las tareas que mandaba se habían reducido un poco...

Sorprendentemente ( aunque, Brigitte comenzó a sospechar que esta sería la generosidad exacta por la que se sentiría culpable ), James había renunciado a su Navidad con sus padres para quedarse con los otros Merodeadores. Peter le había enviado una lechuza a sus padres por separado ( no estuvieron tan decepcionados como esperaba ), Remus se había esforzado en no decepcionar a su madre ( a su padre no le importaba mucho su regreso y tampoco su bienestar ), y Sirius, siendo Sirius, había saltado ante la primera oportunidad de firmar su nombre en el pergamino tan pronto como salió.

Incluso le había dado un codazo accidental a un estudiante de tercer año que fue lento en escapar del lugar.

Las clases habían terminado, aunque el estrés por los próximos TIMOS no se habían disminuido, a pesar del espíritu navideño infeccioso.

Brigitte pasó muchas mañanas y tardes devorando libros con la tranquila compañía de Remus y Lily.

Ahora podían estar seguros que sus encantamientos de camuflajes eran efectivos, ya que todos habían logrado meter comida a la biblioteca bajo la mirada de águila de Madame Pince. Barras de chocolate de lo que parecía un suministro infinito de Remus disminuyeron, pero podían contar con las cocinas para un suministro de emergencia de ranas de chocolate.

𝐭𝐡𝐞 𝐝𝐨𝐰𝐧𝐬𝐢𝐝𝐞𝐬 𝐨𝐟 𝐢𝐫𝐫𝐞𝐬𝐢𝐬𝐭𝐢𝐛𝐥𝐞, james potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora