𝟐𝟖. 𝐣𝐚𝐦𝐞𝐬 𝐲 𝐛𝐫𝐢𝐠𝐢𝐭𝐭𝐞 𝐲 𝐞𝐥 𝐛𝐚𝐬𝐭𝐚𝐫𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐨𝐜𝐡𝐨 𝐩𝐚𝐭𝐚𝐬

244 15 1
                                    

Advertencia: angst, sangre, gore y hablar mal de uno mismo
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

REMUS SABÍA QUE ALGO ESTABA MAL ANTES DE SIQUIERA ABRIR SUS OJOS.

La angustia de Madam Pomfrey salía en olas, contribuyendo a la migraña debilitante que estaba martillando su craneo.

Dolor inundaba su cuerpo con cada respiración, como miles de astillas infiltrándose a sus pulmones con cada subida y bajada rítmica. Sus huesos le dolían tan profundamente que se sentía como si pudiera hundirse directamente en sus sábanas de algodón.

Tratando de recordar lo que hizo anoche era tan inútil como tratar de atrapar humo con una red de mariposas. Tal vez esa era la peor parte, despertarse y no saber a quien pudiste haber lastimado.

Podía acostumbrarse a despertar con un dolor insoportable, pero en todos sus años viviendo como un licántropo, y todos sus años por venir, nunca se acostumbraría a la culpa hirviendo que lo hacia querer vomitar.

Madam Pomfrey lo miró tristemente, su mirada idéntica a la que le dio durante su primera luna en Hogwarts, donde le había susurrado promesas por lo bajo sobre mejores días más sanos.

Pronto Poppy Pomfrey aprendió que la lastima para Remus era una de las sustancias más incomodas que alguna vez tuvo la desgracia de encontrarse con, a parte de la gasa muggle a la que era alérgico y los jersey con etiquetas cosidas en el algodón.

Hoy, sin embargo, mientras Madam Pomfrey le daba las normales pociones, ungüentos y analgésicos, suavemente quitó el cabello de su rostro, mordiendo su labio tan vigorosamente que temía que se rompería la piel.

━━¿Todo bien, Madam Pomfrey? Te ves un poco estresada ━━dijo roncamente,e sintiendo el peso de su angustia incrementarse.

Si hubiera algo que pudiera hacer para disminuir su angustia, lo hubiera hecho en un batir de ojos. Ella siempre había sido muy buena con él.

Su garganta se apretó cuando le mandó una sonrisa apretada. Quería moverse en una posición más cómoda pero era muy tímido para hacerlo frente a ella.

Ella siempre se preocupaba, como las madres lo hacían, alisando sábanas que ya habían sido alisadas y almidonado dos veces previamente, organizando pociones para distraerse, preocupándose por cada uno de sus movimientos que podrían causar que se reabrieran sus heridas.

Y aun así, lo extrañaba. Había pasado mucho tiempo desde que Hope Lupin había estado lo suficientemente bien para preocuparse. Él había dejado que lo ahogara bajo capas de sábanas, que pusiera ranas de chocolate en sus manso ( iba a Honeydukes para compraros especialmente para él ), y se tomaba cada poción responsablemente, hasta que sus labios se estiraran en una débil sonrisa y el escozor en sus ojos cesaba.

A veces, Remus se preguntaba si le hacia esto a sus otros pacientes, o si era solo con él. La ultima opción, que aunque era mortificante, encendía una pequeña llama de calidez y afecto por la amable matrona.

━━Si, estoy bien, querido ━━dijo cuidadosamente. Tomó aire, temor persistiendo en el aire, más grueso que el oxigeno con el que se fusionaba. Pausó, y él aguantó la respiración.

━━Remus... algo malo pasó anoche.

Su corazón cayó.

━━¿Qué? F-fue yo, ¿verdad? ¿Me salí de alguna forma? ¿Qué pasó?

En ese momento, todo en lo que podía pensar era en Sirius muerto, James muerto, Peter muero, Sirius muerto, todos los que conocía y amaba, fríos y sin vida a sus pies, sus cuerpos en pedazos como ropa vieja desgarrada.

𝐭𝐡𝐞 𝐝𝐨𝐰𝐧𝐬𝐢𝐝𝐞𝐬 𝐨𝐟 𝐢𝐫𝐫𝐞𝐬𝐢𝐬𝐭𝐢𝐛𝐥𝐞, james potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora