BRIGITTE TOMÓ SHOT TRAS SHOT HASTA QUE LA HABITACIÓN GIRABA EN UNA NEBLINA DE COLORES intermitentes y voces lejanas. Había perdido completamente el control, su mente estaba desesperadamente afligida. Porque sin importar lo mucho que trataba de ignorarlo, sin importar lo muy profundamente que trataba de enterrar sus emociones, sabía una cosa.
Quería ser Lily Evans.
No era una nueva realización, de hecho, había incursionado en la posibilidad un poco desde la cita de Lily en Hogsmeade. Pero este sentimiento solo había crecido con certeza, tan cierto como uno sabía que el sol volvería a subir mañana en el este, y retirarse en el oeste. Ella quería ser a quien James Potter besara y acunara. No quería estar feliz por los dos, a pesar a que ahora estaba obligada a estarlo por estar dispuesta a llamar amiga a Lily.
No recordaba mucho mientras la tarde continuaba, muchos compañeros masculinos vinieron a bailar con ella, y ella se obligó a hacerlo, pero su enfoque principal, cada mirada furtiva estaba dirigida a James Potter y Lily Evans, su novia.
Era una confusión como no otra, lo rápido que esos sentimientos se las arreglaron para atraparla. El amor se suponía que debía ser lento y hermoso, no errático e inesperado, tan adverso que podía sentir el suelo moverse bajo sus pies. Era como si alguien hubiera pulsado un interruptor, las imágenes de James y Lily juntos quemando brillantemente en sus ojos la enfermaban. Y ninguna ( pequeña ) cantidad de whisky de fuego podría borrar el dolor crudo que se había establecido en cada centímetro de su cuerpo, pasando por su sangre en un torbellino de dolor.
Miró a la taza del inodoro, el frio suelo lastimando sus rodillas mientras sus ojos se ajustaban a la luz fluorescente, y el dolor calmado y estable se abría por completo, gentilmente y todo al mismo tiempo.
Después de repente se preguntó cual sería verdaderamente la sensación, si tal vez, en el fondo, lo hubiera sabido todo este tiempo.
Nunca había llorado tan fuerte.
Había algo muy irreal sobre estar en el baño durante fiestas. Alojando a las de corazones rotos, arreglándose la máscara, listas para volver a poner la fachada. Por fuera, sería otra vez volver a pretender que nada te importaba en el mundo, pero en el baño, bajo las brillantes luces y nauseas, sentías todo.
La música sonaba, distorsionada en sus orejas y sollozaba con fuerza porque la Brigitte que tenía que proteger no estaba aquí. Necesitaba a la Brigitte que no sentía, la Brigitte que podía dejar pasar el más terrible de los dolores con una expresión de desprecio y lápiz labial rojo.
Pero ella ya no estaba, había sido remplazada por una chica llorando amargamente, el cabello rubio desordenado, la perfección a mil años luz de distancia. ¿Cómo podía ir de no sentir nada a sentir todo en segundos?
James Potter la hacía sentir.
Le hacía sentir todo al mismo tiempo, luces estroboscópicas en la media noche, dolores de cabeza y corazones rotos. Ahora, lo quería todo. Quería sentir sus labios sobre los de ella, escuchar su voz en su oído.
Le había dado una cucharada de eso y ahora, era adicta. Pero nadie le había dicho lo mucho que arriesgabas al dar tu corazón. Especialmente cuando esa persona amaba a alguien más.
No, no podía detenerse en eso. El hombre tenía una novia, por Godric. Viviría, como muchas otras que sonreían a través de corazones destrozados, y deseaban más que nada que el chico con el que bailaba con sus manos en sus caderas sea James Fleamont Potter.
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NO HABÍA NADA PEOR QUE TENER RESACA.
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𝐭𝐡𝐞 𝐝𝐨𝐰𝐧𝐬𝐢𝐝𝐞𝐬 𝐨𝐟 𝐢𝐫𝐫𝐞𝐬𝐢𝐬𝐭𝐢𝐛𝐥𝐞, james potter
Fanfiction𝘦𝘯 𝘥𝘰𝘯𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘷𝘦𝘦𝘭𝘢 𝘦𝘮𝘰𝘤𝘪𝘰𝘯𝘢𝘭𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘥𝘪𝘴𝘵𝘢𝘯𝘵𝘦 𝘴𝘦 𝘦𝘯𝘤𝘶𝘦𝘯𝘵𝘳𝘢 𝘢 𝘴𝘪 𝘮𝘪𝘴𝘮𝘢 𝘢 𝘵𝘳𝘢𝘷𝘦𝘴 𝘥𝘦 𝘫𝘢𝘮𝘦𝘴 𝘱𝘰𝘵𝘵𝘦𝘳 Nunca te contaron la belleza de una espada de doble filo. Brigitte Alarie nunca hab...